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El chófer del autobús accidentado, «abatido» tras conocer la tragedia

Omar López, que perdió una pierna en el choque, abandonó la UCI la pasada semana y recibirá en los próximos días el alta hospitalaria

PABLO SUÁREZ

GIJÓN.

Jueves, 1 de enero 1970

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Cuarenta y cinco días. Ese es el tiempo que ha pasado desde que el pasado 3 de septiembre un autobús de ALSA, con destino a Gijón, saliera de la vía e impactase de forma brutal contra uno de los pilares del puente elevado del nuevo enlace del parque empresarial, justo antes de la incorporación a la autovía del Cantábrico desde Avilés. El saldo del siniestro fue de cinco víctimas mortales y quince heridos. Uno de ellos el propio chófer, quien tras lograr sobrevivir al impacto es ahora una de las principales fuentes que manejan los investigadores para determinar las causas del choque.

Sin embargo, Omar López, que ya se encuentra en planta tras haber abandonado la UCI, sigue sin recordar nada de lo ocurrido aquel día. «Ni siquiera recuerda los momentos previos al choque», informan fuentes cercanas a la familia. El chófer, que apura sus últimos días en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ha conseguido finalmente salvar ambos ojos, a pesar de que uno de ellos presentaba daños severos en el momento de su ingreso hospitalario.

También ha logrado reponerse del virus que contrajo durante su estancia en la UCI y que le mantuvo aislado durante varias semanas. De esta manera, su mejoría ha sido constante y más rápida de lo esperado, por lo que los médicos consideran que está listo para comenzar una rehabilitación que se antoja «larga».

Los daños sufridos por el tacógrafo del autocar están dificultando las tareas de investigación

El aspecto físico no será lo único de lo que deba ser tratado. Las mismas fuentes declaran que López es «perfectamente consciente» de las consecuencias del accidente en el que se vio envuelto. «Simplemente se le ha contado lo que sucedió», resumen.

En vista de su posible reacción, el chófer está en manos de un equipo de psicólogos que tratan de gestionar el impacto de las noticias para que pueda, de forma progresiva, asumir la realidad de los hechos. «Hay momentos en los que se hunde por completo. No es fácil, está abatido», afirman desde su entorno. A consecuencia del corte irregular que le provocó la pérdida de la pierna, los médicos se han visto obligados a extraerle la rodilla y renunciar al movimiento de la misma. Una vez esté completamente repuesto de sus heridas, previsiblemente en cuestión de días, López afrontará una operación de cadera y comenzará el proceso para que le sea insertada una prótesis en el miembro perdido. A partir de ahí se sumirá de lleno en la rehabilitación.

La Guardia Civil se entrevistará de nuevo con él en breve con la esperanza de que pueda aportar algún detalle que haga avanzar la investigación. Unas pesquisas que se han encontrado una dificultad añadida en los daños sufridos por el tacógrafo del autobús, que están dificultando enormemente el proceso.

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