«Los que todavía tengan dudas, que se pongan la vacuna, es por el bien de todos»

«Los que todavía tengan dudas, que se animen, que se la pongan. Es por el bien de todos». A las 10.25 de la mañana de ayer, Eulalia Josefa Paleo, a la que todos llaman Pepita, se convertía en la primera persona vacunada en Asturias contra la covid-19. Ella forma parte de los cerca de 300 inquilinos de la Residencia Mixta, en Gijón, donde el Principado inició su campaña de inmunización, tal como había adelantado EL COMERCIO.

Pepita, de 80 años, nació en Lugo, pero ha vivido siempre en el barrio gijonés de La Calzada. Desde hace doce años reside en la Mixta, el mayor geriátrico de la región. A este edificio llegaba ayer la primera caja del fármaco elaborado por Pfizer y BioNTech, en el que medio planeta tiene puesta su esperanza. Al igual que en Asturias y que en distintos puntos de España, los países de la Unión Europea dieron ayer el primer gran paso contra la pandemia. Pepita y otros tres compañeros del centro fueron los elegidos para dar ese paso en Asturias: Alberto Díaz (92 años), Alegría Martínez (84 años) y Domingo de Guzmán Nuevo de Tuya (69 años). El plan para la jornada: vacunar a 262 de los 282 residentes (es decir, solo se han negado veinte) y alrededor de los 50 trabajadores a quienes correspondía trabajar en el turno del domingo. El 80% de la plantilla, formada por unos 400 profesionales, prevé hacerlo a lo largo de la semana. Lo mismo sucederá en el resto de geriátricos de la región.

«No estaba nerviosa ni tenía miedo. He pasado por tantas cosas en la vida...», aseguraba luego Pepita en la comparecencia pública para dar a conocer las primeras valoraciones tras la inyección. A su lado estaban Socorro Mancebo, primera trabajadora del centro en recibir la vacuna, y Lara Menéndez, la enfermera encargada de ponerla. «Hoy, 27 de diciembre de 2020, tiene que ser el principio del fin de la pandemia», aseguró Lara, usando casi las mismas palabras empleadas por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para dar la bienvenida al fármaco. «Es lógico que haya algo de miedo, es una emoción normal ante una novedad, pero hay que vencerlo. Animo a todo el mundo a vacunarse, porque lograr un alto porcentaje de inmunización está en nuestras manos», afirmó la enfermera.

El absoluto hermetismo de los últimos días por parte del Principado respecto a la campaña de vacunación contrastó con el despliegue de ayer para publicitar la llegada del medicamento a Asturias. A las 9.30 de la mañana, los fotógrafos y las cámaras de televisión esperaban la furgoneta de la mensajería Tipsa que transportaba la caja con las dosis, custodiada por patrullas de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

El paquete fue recibido entre los aplausos del personal de la Mixta apostado en la entrada principal, y su recepción fue firmada por el jefe de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería de Salud, Ismael Huerta, en presencia de la gerente de los Establecimientos de Residencias para Ancianos (ERA), Ana Suárez Guerra.

Poco después comenzaban a administrarse los primeros pinchazos, entre ellos el de Pepita. Ninguno de los usuarios y empleados de la Mixta tiene el virus: el lunes y el martes pasados, todos se sometieron a un cribado por PCR para descartar positivos, y así ha sido.

Socorro Mancebo, técnico auxiliar del geriátrico, tampoco dudó en someterse a la vacunación: «Siempre estuve convencida, siempre me pareció la mejor opción para dar un paso al frente y evitar el volver atrás, a los confinamientos, a las calles vacías, a no ver niños en la calle... Tenemos que tener claro que personas como Pepita son muy vulnerables y hay que cuidarlas como podamos», advirtió.

En el geriátrico gijonés trabajarán durante estos días tres equipos de sanitarios del Servicio de Salud del Principado (Sespa), que recibieron formación especializada la semana pasada. En Gijón habrá un total de veinte equipos encargados de vacunar a los residentes y profesionales de los geriátricos. «Ha sido una formación breve e intensa, pero suficiente para iniciar durante estos quince días el principio del fin de la pandemia. Hoy es un día histórico para todos nosotros, y para las enfermeras es algo muy emocionante», destacó Lara Menéndez, a cargo del plan en la Mixta.

A pesar del clima de emoción y esperanza, la propia Pepita se encargó de llamar a la prudencia: «La cosa ha debido de desmadrarse estos días de fiesta. Asturias fue la que mejor lo hizo en la primera ola, era un ejemplo en España y hasta fuera de España, pero luego se complicó. Parece que la gente no tiene miedo a las consecuencias, pero yo sí, yo tengo terror». Eso y el convencimiento de que gracias a la vacuna podrá hacer lo que más desea desde que empezó todo: «Volver a salir a caminar».