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Rubén Villar, en su puesto de flores del mercado de Unquera.

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Rubén Villar, en su puesto de flores del mercado de Unquera. XUAN CUETO

Coronavirus en Asturias | El Principado rectifica y amplía el cierre de Gijón y Oviedo a todo el municipio

Los controles de tráfico y las quejas por el impacto económico marcan el primer día de restricciones para entrar y salir de la región

GUILLERMO MAESE

GIJÓN.

Jueves, 29 de octubre 2020, 01:15

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Las quejas de los alcaldes de Gijón y Oviedo por las limitaciones que marcaban los cierres perimetrales de ambas ciudades han surtido efecto. El presidente del Principado, Adrián Barbón, anunció ayer en la Junta General su intención de ampliar el cierre perimetral completo de ambos municipios. Desde el pasado sábado, 24 de octubre, la medida está vigente en los núcleos urbanos de Oviedo y Gijón, así como en todo el municipio de Avilés con el fin de limitar el aumento de contagios en esas áreas. Seguirá en vigor, en principio y con estos cambios, hasta el 7 de noviembre.

Barbón confirmó que el pasado martes recibió un requerimiento de los regidores de Gijón y Oviedo en el que solicitaban que el cierre perimetral abarcase todo el municipio. La alcaldesa de Gijón, Ana González, había asegurado que el Principado «no ha tenido en cuenta el intercambio constante de vecinos entre las parroquias rurales y la zona urbana». A su vez, su homólogo en Oviedo, Alfredo Canteli, calificaba de «incongruencia» que «desde la zona rural de Oviedo se pueda pasear por toda Asturias».

La decisión de ampliar, en ambos casos, el cierre perimetral a todo el concejo se hará oficial en el Consejo de Gobierno que se celebra hoy. El cambio se lleva a cabo con el beneplácito de la Consejería de Salud. «Estamos dispuestos a llegar a ello», aseguró Barbón en la Junta a preguntas de Susana Fernández, portavoz de Ciudadanos.

A pesar de las discrepancias con Gijón y Oviedo, Barbón resaltó la importancia que se da a los responsables de los municipios afectados a la hora de tomar decisiones sobre restricciones para frenar los contagios. Por ello, explicó que los alcaldes han sido informados, invitados al comité que toma las decisiones y que en el último decreto que ha aprobado el Ejecutivo tras la declaración del estado de alarma se incluye expresamente que las restricciones se adoptarán siempre «previa audiencia al concejo afectado». La nueva medida será comunicada a la Delegación de Gobierno, que la trasladará a los efectivos policiales.

Mientras tanto, los mandos de la Comisaría de la Policía Nacional de Gijón y de la Policía Local mantuvieron una reunión técnica para articular las medidas para hacer cumplir las restricciones de la libre circulación.

«Situación realmente grave»

«Somos responsables de que las medidas se cumplan y, en el caso de Gijón, hemos creído que lo ideal es trabajar de forma conjunta», manifestó Dámaso Colunga, comisario jefe de la Policía Nacional en la ciudad, quien pidió a «todos los gijoneses que cumplan las medidas. La situación es realmente grave». Se organizarán controles, se pondrán a disposición medios conjuntos y se evaluarán necesidades a diario. Habrá controles a personas y vehículos tanto dentro de la ciudad como en vías periféricas y se continuará vigilando en las calles el uso de la mascarilla y los negocios de hostelería, entre otros.

El jefe de la Policía Local, Alejandro Martínez Gallo, apuntó que «lo que más preocupa es el control de la movilidad y garantizar el cierre perimetral». Sobre el toque de queda, abundó, «se está cumpliendo prácticamente 100%».

Los grupos municipales también se manifestaron sobre la ampliación del cierre perimetral a todo el concejo. «Es de sentido común», señaló IU. «No hay dos 'gijones'», defiendió Foro. « Es lo lógico», añadió Podemos. No hay un solo partido que comparta la decisión que tomaron Delegación del Gobierno y Principado. «Era un sinsentido», lamentó Ciudadanos. Además, Vox y PP criticaron la «improvisación» de la medida y pidieron que «no se cometan errores de nuevo».

En el resto de la geografía asturiana, los cuerpos armados desplegaron dispositivos de control de la movilidad en el primer día de cierre perimetral de Asturias.

Oviedo

Dispositivos para comprobar que los viajes son por trabajo o por cuestiones sanitarias

Agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil vigilaron ayer al mediodía que se cumple el cierre de la capital. Tras una primera comprobación en San Esteban de las Cruces, la Benemérita desplegó un segundo dispositivo en la rotonda de La Manjoya, en la N-630. El control, que concentró a más de una decena de agentes, duró tres cuartos de hora y dio el alto a la gran mayoría de los vehículos, especialmente a los turismos particulares.

Por su parte, la Policía Nacional se apostó en la N-634. Un control de entrada, al final de Fuertes Acevedo, y otro de salida, en la rotonda de conexión con la A-63, pasando el campo de fútbol de la Pixarra. Realizó comprobaciones aleatorias con las que evitó cualquier perjuicio en el flujo de tráfico.

La mayoría de los movimientos durante la mañana correspondieron a trabajadores y personas con justificantes médicos. Tanto Policía como Guardia Civil subrayaron a los conductores la importancia de acreditar la razón de su traslado, ya sea a través de una autorización por parte de la empresa empleadora, el último recibo de la cuota de autónomos o, en el caso de las cuestiones sanitarias, la citación o el volante médico. También se paró a ciclistas y se les recordó que tan solo aquellos que estén federados podrán circular más allá de los cierres. Ambos realizarán controles aleatorios en los próximos días.

Límite con Galicia

«El cierre va a dar un buen sopapo a la economía de Ribadeo y de Vegadeo»

También hubo controles de la Guardia Civil en la N-640, que comunica Galicia con Asturias a través de Vegadeo. Lo hicieron en diferentes franjas horarias. Con ellos se encontró una vecina de Valdés que acude cada día a trabajar al Hospital da Costa de Burela (Lugo), transportistas que regresaban de la provincia vecina tras descargar carbón en Viveiro y empresas de paquetería. En la mayoría de los casos, los agentes se limitaron a recordar las medidas y a advertir de posibles sanciones.

El alcalde de Vegadeo, César Álvarez, mostró su temor al impacto económico que puede causar el cierre perimetral de la región. «A la economía le va a dar un buen sopapo, tanto para un lado como para el otro», lamentó.

Durante el transcurso de la mañana hubo poco movimiento de gente por el centro de la localidad: vecinos que hacían la compra en el supermercado, alguna persona que acudía al banco para realizar gestiones..., mientras otros entraban en comercios locales y establecimientos hosteleros. Precisamente, el sector de la hostelería es el que se verá más afectado, según indica el gerente de la Asociación de Comerciantes de Vegadeo (Ascove), José Antonio Pasarón, pero no el único.

Las floristerías están sufriendo los daños del cierre de Asturias con cancelaciones de pedidos para el Día de los Difuntos. «Para muchos gallegos, el núcleo comercial más cercano es Vegadeo. Prefieren hacer las compras cerca y no desplazarse a Ribadeo», explicó.

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Vecinos de localidades gallegas del interior, como Trabada, Couxela o Louteiro, compran lo básico del día a día en Vegadeo por su proximidad. El desplazamiento hasta Ribadeo supondría recorrer más kilómetros. «Tradicionalmente son clientes de aquí. Aquí compran o llevan su coche al taller mecánico», añadió. Los comerciantes afrontan con incertidumbre esta nueva medida con temor a que sus negocios no sobrevivan a una nueva crisis. «Es que, para nosotros, es como si la frontera no existiese, cruzamos varias veces al día hacia un lado y hacia el otro» .

Límite con Cantabria

Sin restricciones para cruzar el puente del río Deva y acudir al mercado de Unquera

En el límite con Cantabria por el oriente, la primera jornada de cierre de la región dejó la misma estampa que antes de las medidas: vecinos cruzando entre comunidades para hacer recados y acudir a sus puestos de trabajo. Cántabros y asturianos encaraban las nuevas restricciones con temores que ayer quedaron despejados, pues no se encontraron ni con controles para cruzar el puente sobre el Deva ni en accesos desde la autopista.

En Bustio y Unquera, el ir y venir de asturianos fue constante, ya que el miércoles es día de mercado en la localidad de la comunidad vecina. «Dependemos de Unquera para ir a comprar, nos tenían que hacer algún papel», señaló Conchi Gutiérrez, de Bustio. Con varios ramos de flores regresó a Colombres Amparo Sánchez, que dejó el coche en la orilla asturiana y pasó el puente caminando «por si luego no dejaban volver». «La gente está viniendo igual, es lo más cercano que tienen para las flores», destacó desde su puesto en el mercado el cántabro Rubén Villar, de Viveros Villar. No obstante, reconoció que el «miedo a no poder pasar» motivó cancelaciones de pedidos de Asturias.

Límite con León

Sin controles en Pajares y el Huerna, y anulación de reservas para la Vuelta

La jornada transcurrió sin controles en la carretera del puerto de Pajares, la N-630, y en la autopista del Huerna. Así lo aseguraban los transportistas Carlos Solís, que procedía de Burgos con destino Llanera, y Abel González, procedente de la población castellano manchega de Talavera de la Reina. Ahora bien, el cierre perimetral se dejó sentir en Campomanes, punto de acceso a sendas vías que comunican con León.

«Hoy apenas se detuvo nadie». Lo decía Manuel González, al frente del Asador Campomanes, justo al lado de la carretera N-630, en el inicio del puerto de Pajares. «Dependemos mucho de esos viajeros que hoy ya no llegaron. Claro que se venden cafés a los del pueblo, pero esto es un batacazo», explicaba.

Misma preocupación es la que se expresaba en la gasolinera que se encuentra junto a la A-66, a la altura de Villallana. Se trata de un punto para el repostaje de todos los vehículos que proceden tanto del puerto de Pajares como de la autopista del Huerna. «Ha bajado mucho la facturación, más de un 50% respecto a la semana pasada». Los alojamientos rurales, que tenían buenas expectativas con la llegada de la Vuelta Ciclista a L'Angliru el domingo, han registrado «una avalancha de cancelaciones». Lo indicaba Luis Núñez, de los apartamentos rurales San Feliz. «Estamos al límite», adviere.

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