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Coronavirus en Asturias

«Sin la vacuna los brotes serían mucho más graves», aseguran los científicos

Admiten que los más mayores pueden tardar más en generar defensas. El Principado señala que «la mayoría de afectados son asintomáticos»

YAGO GONZÁLEZ

OVIEDO.

Viernes, 5 de febrero 2021, 01:10

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Los numerosos contagios en residencias de ancianos de Asturias justo cuando acaba de terminar la campaña de vacunación en ese colectivo ha generado cierta inquietud, especialmente tras dos brotes detectados en Gijón, el del Sanitario Marítimo y el de la residencia Cimadevilla, donde ya se habían administrado las dos dosis del fármaco, que teóricamente otorgan una inmunidad del 95% a la semana de la segunda inyección. En el caso concreto de Cimadevilla transcurrieron diez días entre el último pinchazo -el 19 de enero- y la detección del brote -el 29-, que se ha cobrado una víctima mortal, una mujer de 92 años.

Los científicos consultados por EL COMERCIO aseguran con rotundidad que es «materialmente imposible» que estos contagios se hayan generado como causa de la vacuna. «Está totalmente descartado, porque estas vacunas son lo que en el argot médico se conoce como 'vacunas muertas', es decir, que no inoculan el virus», explica Francisco Álvarez, pediatra y miembro del Comité Asesor de Vacunas del Principado. En concreto, los fármacos de Pfizer-BioNTech y los de Moderna (es decir, los que están en circulación, especialmente el primero) se basan en la técnica del ARN mensajero: se introduce una réplica del material genético del SARS-Cov-2 para que las células humanas fabriquen una proteína de dicho virus, de modo que todo el organismo produzca los anticuerpos necesarios para responder a la infección. Es decir, no hay riesgo de que la persona enferme, porque lo que se inocula es un material que 'engaña' al organismo para generar las defensas adecuadas.

Álvarez señala que, en el caso de la residencia Cimadevilla, la aparición del brote diez días después de la vacunación es «una casualidad». «Aunque la teoría diga que la vacuna concede la inmunidad siete días después, lo habitual es que el sistema inmunológico humano se adapte en un periodo de aproximadamente dos semanas». Además, comenta el pediatra, «en el caso de personas muy mayores, lo más probable es que sufran otras patologías y tomen medicaciones fuertes que depriman un poco su sistema inmune, por lo que es probable que el desarrollo de los anticuerpos no sea tan rápido como en la población general», dice.

Venancio Martínez, también pediatra y miembro del Comité Asesor, indica que, «en la teoría, la vacuna debería generar una respuesta inmunitaria protectora frente al virus en una gran mayoría de las personas, por lo que aquellos correctamente vacunados no se deberían contagiar y tampoco contagiarían a terceros pasados unos días». No obstante, indica que «es demasiado pronto para saber la protección a medio y largo plazo de la inmunización, lo que iremos conociendo según avance la fase IV del ensayo clínico y se hagan públicos los resultados de forma fiable». El médico tampoco descarta posibles errores en los últimos suministros: «Estoy seguro que los expertos de la Consejería de Salud están estudiando también la posibilidad de un fallo vacunal en algún lote». No obstante, desde la consejería sólo ofrecen esta explicación sobre lo sucedido en las residencias: «Los casos en vacunados han ocurrido antes de alcanzar la protección óptima y la gran mayoría son asintomáticos. Se espera también que hasta un 5% de las vacunas actuales no desarrollen protección adecuada, ya que su eficacia es del 95%».

Porcentaje mínimo

Santiago Melón, jefe del servicio de Virología del HUCA, coincide con ese último argumento: «Está contemplado que alguna de las vacunas, aunque sea un porcentaje mínimo, no sean tan eficaces a la hora de generar inmunidad. También es probable que la gente más mayor desarrolle una respuesta más lenta. Pero en absoluto los brotes se deben a las vacunas, es probable que se deba quizá a fallos de prevención. A veces la vacunación puede generar una sensación de falsa seguridad y se descuidan ciertas medidas».

Carlos López Larrea, jefe de Inmunología del mismo hospital, sugiere que «lo más probable es que esos residentes estuvieran en proceso de incubación de la covid en el momento de recibir la segunda vacuna, y que los resultados se manifestaran unos días después». El inmunólogo añade que «de no haber recibido la vacuna, seguramente el brote hubiese sido mucho más grave». Y reafirma la tesis de sus colegas: «La vacuna no es la causa de estos contagios. La vacuna es la solución».

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