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UCI del Huca. piña
El virus que «nos hizo más vulnerables y frágiles»

El virus que «nos hizo más vulnerables y frágiles»

Trasladaron, atendieron y testearon los primeros casos. Llevan 365 días peleando contra la covid: «Al inicio había miedo y confusión», relatan

LAURA FONSECA

GIJÓN.

Domingo, 28 de febrero 2021, 03:28

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Miedo, confusión, desconcierto y temor ante lo desconocido. Son los sentimientos y sensaciones que recuerdan los profesionales sanitarios que lidiaron con el coronavirus desde el minuto cero, antes incluso de que se decretara el estado de alarma y con él, el confinamiento. Aquel 29 de febrero de 2020, sábado, día que se diagnosticó el primer caso en la región, Pablo Rubianes, médico de Urgencias en el HUCA, estaba dando una charla en Toledo para la Federación de Automovilismo con la que colabora. Rubianes apenas pudo intervenir porque su teléfono no paraba de sonar. Desde el HUCA, en Oviedo, le informaban del primer caso de covid para el que llevaban ya varios días en alerta.

A este facultativo le tocó atender a muchos de esos primeros diagnosticados con el llamado virus de Wuhan, y que «nos ha hecho comprender lo frágiles que somos». Al echar la vista atrás, ve lo mucho que han cambiado las cosas. Al principio, a los posibles contagios «se las iba a buscar a casa en ambulancia». Uno a uno. «Los traían al HUCA y quedaban ingresados», en ocasiones para garantizar el aislamiento. «Estábamos toda la noche si hacía falta esperando el resultado de la PCR», enfundados en EPIs.

De aquello mucho ha llovido. 43.027 casos de covid y 1.743 fallecidos en un año en Asturias dan cuenta de la magnitud de esta pandemia que puso el mundo entero patas arriba. «Era la primera vez que nos enfrentábamos a una enfermedad desconocida, sin tratamientos testados y con una evolución y una expansión tan rápida que no te daba tiempo a asimilarlo», detalla el también urgenciólogo del HUCA, Pablo Herrero. «El cambio continuo de los protocolos y la velocidad de la difusión generaba estrés. Nos dimos cuenta que para el manejo adecuado no sólo eran necesarios tratamientos, si no también acciones organizativas», abunda este especialista.

Pero si por se diferenció Asturias fue por las pruebas de detección precoz. Gracias a la técnica de PCR diseñada en Microbiología del HUCA, la región fue capaz de masificar los test de covid, un aspecto crucial para saber cómo avanzaba el virus e ir «creando cortafuegos». Así, mientras en otras zonas de España se pegaban por una PCR, en el HUCA las hacían por cientos, rememora orgulloso el jefe de Virología. Santiago Melón tiene muy presente la sensación de la primera PCR positiva: «Antes de esa prueba habíamos hecho unas cuantas. Todas habían dado negativo, así que llegamos a pensar que algo podía estar fallando». Pero los hechos y la paciencia demostrarían que los técnicos de laboratorio no se habían equivocado, y el virus acabaría irrumpiendo en un día bisiesto.

Medio millón largo de PCR

Desde entonces, el HUCA hizo 520.000 PCR. El 85% de las realizadas en las últimas semanas «corresponden a la cepa británica», confirma este experto que destaca «la gran profesionalidad de todo el equipo, que hizo frente a las adversidades. La pasión por lo que hacemos pudo más que el cansancio». Eso sí, Melón también critica la proliferación de «mucha opinión gratuita y arribista mediático y apocalíptico».

Para Álvaro González Franco, jefe de Medicina Interna del HUCA y coordinador de covid en la Área IV, lo más duro «fue enfrentarse a lo desconocido desde el punto de vista médico, de conocimiento científico, de magnitud y de impacto y riesgo personal». Ese 29 de febrero, él y su familia iban a ir a Bilbao al cumpleaños de un amigo «pero lo suspendimos por lo que veíamos que estaba pasando». A partir de entonces, por las plantas del HUCA pasaron más de 3.000 enfermos de covid, de los que medio millar necesitaron ir a la UCI.

Gestionar emociones

En este año hubo que cambiar de arriba a abajo la organización sanitaria, ya que la covid puso contra las cuerdas al que presumía ser uno de los sistema de salud más potentes del mundo. «Hubo que trabajar sin límites, gestionando emociones que han ido del miedo a lo desconocido y la incertidumbre, a la fortaleza y seguridad tras resistir un tsunami agotador. Ha sido un ejercicio de resiliencia», opina el gerente del Área V, Manuel Bayona, al que la pandemia le pilló casi estrenando cargo en Gijón. Para su homólogo de Avilés (Área III), Ricardo de Dios, «más que un recuerdo de aquellos días me quedo con una sensación, la de que nos enfrentábamos a un gran reto histórico y de que unidos somos capaces de hacer frente a los grandes retos de la humanidad». Por su parte, Luis Hevia, gerente del Área IV, y responsable del buque insignia de la sanidad asturiana, el HUCA, destaca la enorme capacidad de la organización para cambiar de la noche a la mañana. «Fue un verdadero tsunami que obligó a toda la organización sanitaria y a la sociedad en general a readaptarse».

Javier Valbuena, gerente del Hospital Covadonga, de Gijón, recuerda muy bien ese 29 de febrero. Él se encontraba recogiendo un premio en Ciudad Real cuando le comunicaron desde la Consejería de Salud asturiana el primer caso positivo en la persona del escritor Luis Sepúlveda, que antes de confirmarse como covid había acudido por urgencias de este hospital privado «tras pasar por otros centros sanitarios», detalla Valbuena. «Fue una jornada de locura, pero lo que más recuerdo de todos aquellos días es la tremenda soledad de los pacientes ingresados».

¿Qué nos enseñó la covid en este último año? «Hemos aprendido mucho sobre la vulnerabilidad del ser humano», asegura el consejero delegado de Transinsa, empresa concesionaria del servicio ambulancias. Carlos Paniceres se muestra orgulloso «de los técnicos de transporte sanitario, que supieron estar en primera línea, desafiando el miedo, pero conscientes de cual era su profesión y su obligación».

Adonina Tardón, catedrática de Salud Pública, otra voz experta en esta pandemia extrae enseñanzas positivas de este duro año. «Nos ha hecho ver lo importante que es controlar la contaminación ambiental para evitar el cambio climático. La ciencia lo único que nos puede salvar de futuras amenazas», la misma ciencia que «ha descubierto en ocho meses vacunas eficaces y seguras». Eso sí, esta especialista teme por los efectos en los más jóvenes. «Me preocupa cómo afectará al desarrollo emocional y social de los niños».

En la UCI, la médica Lorena Forcelledo ha visto situaciones «durísimas que jamás pensé que vería». Lleva desde marzo «yendo de casa al trabajo y del trabajo a casa» y espera que no haya sido un año perdido: «Confío que la sociedad por fin se conciencie y aplique las normas. Nosotros vamos a seguir estando, pero cada uno tendrá que poner de su parte».

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