Los problemas logísticos en el envío del material retrasan la campaña de vacunación en Asturias

Un problema en el proceso de carga de la fábrica de Pfizer en Puurs (Bélgica), la central desde la que se reparten las vacunas contra la covid-19 a toda Europa, ha entorpecido el arranque de la campaña de inmunización en ocho países de la Unión Europea, incluyendo España. El Gobierno central contaba con recibir ayer la primera gran remesa del fármaco, llamado Comirnaty, y distribuirlo por las comunidades autónomas. Pero no ha podido ser, por lo que el operativo se ha retrasado un día. El Ministerio de Sanidad tiene claro que hoy se recuperará la normalidad y que llegarán a España 369.525 dosis. El plan es recibir una cantidad similar cada lunes de las próximas doce semanas.

El contratiempo se ha producido justo un día después del día del inicio oficial de la campaña, una jornada organizada con un gran despliegue por el Gobierno central y el asturiano para anunciar la llegada del fármaco de Pfizer-BioNTech, considerado el primer gran paso para acabar con la pandemia. El Servicio de Salud del Principado (Sespa) informó ayer por la mañana a los geriátricos de la región en los que estaba previsto continuar la vacunación de que la campaña se aplazaría debido al fallo logístico en Bélgica.

La única residencia en la que, de momento, se ha vacunado a casi todos los usuarios es la Mixta de Pumarín, en Gijón, la más grande de la comunidad autónoma, elegida por las autoridades asturianas para iniciar el proceso. De los 282 residentes, 247 ya han recibido la dosis. Solo se han negado a ella veinte usuarios. Respecto a los empleados, han sido inmunizados 73. En total son casi 400 trabajadores, por lo que la dirección del centro está a la espera de las instrucciones del Sespa para vacunar al 80% que ha dado su consentimiento. Lo más probable es que sean citados en un lugar concreto.

Fuentes sindicales de la plantilla de la Mixta aseguran que «la organización ha sido un despropósito total» y que «han quedado sin vacunarse algunos trabajadores que estaban en el geriátrico, mientras que se ha llamado a otros que estaban de descanso para que fueran a la residencia a ponérsela».

Más allá de la Mixta, varias residencias de mayores de Asturias contaban con recibir a lo largo de esta semana a los sanitarios del Sespa para administrar las primeras vacunas en los residentes y en los profesionales sociosanitarios. En concreto, diversos centros de Gijón recibieron ayer la llamada de las autoridades para comunicarles el retraso.

La campaña en Asturias no cuenta, de momento, con unos plazos uniformes para todo el territorio: cada una de las ocho áreas sanitarias en que se divide la región tiene previstas distintas fechas en función de sus circunstancias y de los cargamentos que vayan llegando. Así, varios geriátricos gijoneses, así como algunos de Avilés y del oriente, contaban con iniciar la inmunización esta semana. En el área de Oviedo, no obstante, todavía no disponen de fechas ni siquiera aproximadas. El alcalde ovetense, Alfredo Canteli, aseguró ayer que no ha recibido ninguna notificación del Principado al respecto.

El aplazamiento de los envíos ha trastocado aún más una agenda que ya se mostraba muy abierta. El domingo, horas antes de que teóricamente llegara el primer gran cargamento a Asturias, desde la Consejería de Salud no podían dar cifras estimativas de las dosis esperadas.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistió ayer en que cada comunidad autónoma recibirá un cargamento de vacunas proporcional a la población que es objeto de esta primera fase de la campaña, es decir, los residentes de los geriátricos. En el Gobierno central también prevén informar periódicamente, posiblemente cada semana, de la administración de las dosis en los distintos territorios.

La Asociación de Usuarios de la Sanidad (Asencro) tacha de «absolutamente ilegal» el plan del Ejecutivo para registrar a los ciudadanos que nieguen vacunarse. «La ley no ampara norma alguna que se pueda registrar a quien no desee vacunarse, es ilegal tal acción», denuncia el colectivo.

«Si el Gobierno quiere saber los motivos, deberá realizar una encuesta anónima, jamás un registro de negativas», señala Asencro, que insta al consejero de Salud, Pablo Fernández, a convocar «inmediatamente» un Consejo monográfico sobre la vacunación.