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Javier Fernández, profesor de climatización en la EPI. M. ROJAS
Coronavirus | Ventilar, clave para evitar el contagio por aerosoles

Coronavirus | Ventilar, clave para evitar el contagio por aerosoles

Científicos sostienen que estas pequeñas partículas, que quedan suspendidas en el aire, pueden transmitir el virus al ser inhaladas

LAURA MAYORDOMO / EFE

GIJÓN.

Domingo, 1 de noviembre 2020, 02:03

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Hay tres medidas de protección individual que se repiten como un mantra en esta pandemia: uso de mascarilla, higiene de manos y distancia social. Añada una más: ventilación. Cuanta más renovación de aire en espacios cerrados, mejor para evitar la transmisión del coronavirus. La recomendación empieza a ser ya habitual en el discurso de las autoridades sanitarias. Sin ir más lejos, el consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández, insistió en ella el viernes en la reunión con todos los alcaldes para informarles de la situación epidemiológica de la comunidad.

¿Por qué es importante ventilar? Para eliminar del ambiente gotículas y aerosoles. De las primeras, las pequeñas gotas de varios cientos de micras que se expulsan al toser o al estornudar, se ha venido hablando desde el principio de la pandemia como una de las vías de contagio.

De las segundas se ha empezado a hablar más desde que el pasado verano 239 científicos de 32 países dirigieron una carta abierta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que reconociera que el contagio por aerosoles también era posible. Aunque en la comunidad científica no hay consenso, la OMS admite que «la transmisión de aerosoles a cortas distancias no puede descartarse, particularmente en lugares interiores específicos, como en espacios abarrotados y no ventilados lo suficiente».

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¿Y qué son los aerosoles? Javier Fernández, profesor de climatización en la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) de Gijón y que en 2012 presentó su tesis sobre el comportamiento de los aerosoles en ambientes industriales, explica que son minúsculas partículas líquidas (de un tamaño de unas pocas milésimas de milímetro) que exhalamos al hablar -mucho más si se grita-, cantar o respirar. Porque al hablar expulsamos diez veces más cantidad de aerosoles y al cantar o gritar, cincuenta veces más.

Mascarilla FPP2

Esas mínimas partículas, que pueden contener el virus, «son tan pequeñas, que por su peso no caen» al suelo u otras superficies al instante, como ocurre con las gotículas -de mayor tamaño-, sino que quedan suspendidas en el aire durante minutos y pueden acabar contagiando la enfermedad por inhalación. Más en espacios cerrados y poco ventilados.

¿Cómo se puede evitar la emisión de aerosoles? Lo más básico, «usando mascarilla», responde Fernández. De esa forma no se garantiza una eliminación total, pero, al menos «no emitimos tantos». Y las FPP2 son las que garantizan una mayor protección frente a esas partículas aéreas.

Lo que es fundamental para acabar con su concentración en ambientes cerrados es renovar el aire. «Hay que favorecer la ventilación lo máximo posible», insiste Javier Fernández. Es importante en los domicilios -donde se recomienda abrir las ventanas varias veces al día, con corrientes cruzadas, o dejarlas en batiente-, pero lo es aún más en espacios concurridos, ya sean públicos o privados. Es en esos casos donde se recomienda una ventilación forzada para introducir aire del exterior. Este sistema, apunta el profesor de la EPI, es «más efectivo».

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