El Corredor Atlántico tiene 16.080 millones por invertir y contará con un calendario «en octubre»
«Es la mayor obra que hay en España en los próximos años», dice su nuevo comisionado, que reclama a las empresas sumarse al proyecto
El Corredor Atlántico ya tiene un comisionado, José Antonio Sebastián, presentado en sociedad ayer en Gijón. Su misión inmediata será reunirse con empresarios y comunidades para elaborar un Plan Director que aprobar en octubre; el documento fijará las obras pendientes y sus plazos. Antes, a finales de este mes, el nuevo secretario de Estado de Transportes, David Lucas, volverá a Asturias para hacer una reunión de seguimiento de los 'Acuerdos de la Castellana', el pacto político con el que la ministra Raquel Sánchez y los presidentes de Cantabria y Asturias, Miguel Ángel Revilla y Adrián Barbón, cerraron el fiasco ferroviario destapado por EL COMERCIO, esto es, el escándalo desatado al saberse que los 31 nuevos trenes de ancho métrico adjudicados en el verano de 2020 seguían sin un diseño válido.
Todo esto dio de sí el acto de presentación del nuevo comisionado, con invitación a los gobiernos de las 11 comunidades que forman parte del Corredor Atlántico y dos que aspiran a sumarse. Sebastián recordó que este eje es uno de los nueve que la Unión Europea tiene designados como de prioritaria mejora. «No hablamos solo de pasajeros, ni de mercancías, ni de trenes, ni de puertos y aeropuertos, hablamos de configurar una red logística», dijo.
En la parte española está formada por 1.533 kilómetros de trazado ferroviario de alta velocidad, 3.880 de red convencional y 2.676 de autovías. Desde que el corredor fue incluido en 2003 en un primer reglamento comunitario, se han contemplando actuaciones por importe de 49.000 millones. «Quedan por ejecutar 16.080. Es la mayor obra de infraestructuras y prestación de servicios que hay en España para los próximos años», consideró.
Se avecinan pulsos. El retrato del comisionado de su corredor detalló actuaciones ahora reconocidas en la planificación estatal. De lo que más afecta a Asturias, incluyó la variante de Pajares (en fase final para su apertura los próximos meses), la renovación del tramo Lena-Oviedo («pendiente de licitar», según detalló) y la adaptación de la alta velocidad del segmento León-La Robla, con una fase también aún pendiente de licitación. Suman 4.083,6 millones, gran parte ya inyectados, pero en los próximos meses el Principado deberá presionar para ampliar esa nómina de actuaciones. Su apuesta incluye modernizaciones estimadas en 2.759,6 millones. Entre otras, urge la variante de Villabona, reformas de mayor calado en Lena-Oviedo, una solución al nudo de Poago, un apartadero para trenes de mercancías de 740 metros, un ramal a la ZALIA y la estación intermodal en este polígono.
Por parte ministerial hablaron el secretario de Estado, David Lucas, el comisionado, José Antonio Sebastián, y el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, todos con un doble mensaje. Que al Corredor Atlántico se lo trata igual que al Mediterráneo y que, además de pedir inversiones, es preciso que el sector empresarial dé el paso y se comprometa con el transporte de viajeros y mercancías.
«Casi todo el mundo tiene conciencia de que el Corredor Mediterráneo tiene una apuesta mayor, y nada más lejos de la realidad», defendió el comisionado. «En 2023 el Presupuesto General del Estado incluye 1.648 millones para el Atlántico y 1.696 para el Mediterráneo, exactamente la misma cantidad», indicó. «El corredor no es solo hacer infraestructuras, es hacer país, hacer España y hacer posible un territorio nacional mucho más solidario», sostuvo el secretario de Estado.
«Siempre he sido un convencido de la colaboración público-privada, la Administración pública no puede llegar a todos los sitios», indicó el secretario de Estado. «Lo que pretendemos es que las mercancías sean el eje fundamental de las actuaciones, una infraestructura sin servicios no lleva a ninguna parte. Necesitamos el apoyo de las empresas», demandó el comisionado.