Covadonga Tomé avisa: la reforma fiscal de Asturias no tiene, «por el momento», su voto clave

La Consejería de Hacienda sometió a consulta pública el expediente de la reforma fiscal, especificando qué cambia, a quién afecta, y cómo espera que altere la recaudación. El miércoles pasado cerró el plazo de alegaciones, sin recibir ni una sola. Partidos, asociaciones y particulares dejaron pasar el trámite de participación, dejando así la vía libre al Ejecutivo para aprobar la versión definitiva en un Consejo de Gobierno a celebrar en los próximos días. Luego llegaría el turno del debate parlamentario para –según calcula el Ejecutivo– tener la reforma aprobada en el último trimestre.

La propuesta retoca los tramos del IRPF e introduce un recargo del impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentales para grandes tenedores que sigan comprando viviendas. La primera medida renuncia a una recaudación de 38,1 millones al año; con la segunda se aspira a ingresar 500.000 euros más al año.

Todo son propuestas que, para entrar en vigor, necesitarán que el gobierno de coalición de los socialistas e IU-Convocatoria convenza al menos a un diputado de la oposición, algo que, hoy por hoy, no ha sucedido.

Así lo remarca Covadonga Tomé, representante de Somos Asturies y el apoyo más factible: «Nos sorprende que la reforma se dé ya por asegurada». «No sabemos si cuentan con el apoyo de otras fuerzas; con el de Somos Asturies, por el momento no», dijo. «Aún tendremos que valorar con serenidad y en profundidad la propuesta para decidir si es lo suficientemente valiente; si, de verdad, se basa en la progresividad fiscal», argumentó.

Desde la Consejería de Hacienda defienden que en efecto el articulado propuesto se ha «diseñado para favorecer a la gran mayoría social, y que facilitará que ocho de cada diez contribuyentes ahorren al menos 119 al año». Las rentas más favorecidas serán las inferiores a 35.000 euros mientras que las superiores a 55.000 «no pagarán ni más ni menos tras la reforma», salvo que pasen de los 175.000, en cuyo caso sí «tendrán que pagar algo más», defienden.

A juicio de Hacienda, a la derecha el texto le supone «un reto. La pregunta que deben resolver es si de verdad quieren defender a las clases medias y trabajadoras». En cuanto al PP, consideran en la consejería que «van a rebufo en todo, no hay más que ver que en sus primeras propuestas de reforma bajaban el primer tramo solo al 9,5% y subían los mínimos solo un 5%. Y en esta última (insisto en que llevan tres en seis meses) han copiada literalmente lo anunciado por el gobierno».

Desde el PP oponen que la propuesta del Principado «es un parche que en nada profundiza en la reforma integral que Asturias necesita». Andrés Ruiz, diputado popular, estima que la medida «nace del fracaso de la vía fiscal asturiana y sobre todo de la rebaja del tipo mínimo en Cataluña; el presidente Adrián Barbón se vio ese día solo y tuvo que actuar con medidas cosméticas».

A su juicio «las rebajas son muy ligeras y suman más presión a las rentas medias y los contribuyentes altos, con el consiguiente riesgo de deslocalización». Critica Ruiz el «populismo fiscal» de gravar determinadas compras de vivienda. «La causa de la escalada de precios en ella viene de la escasez de vivienda y no se revertirá con más impuestos que distorsionan el mercado». En síntesis, de ser aprobado el texto «será un mero parche para un gobierno que no sabe qué hacer con el modelo fiscal, y ahondará en el problema de la falta de renta disponible y la dificultad en el acceso a la vivienda».

En Vox entienden que con la reforma «anunciaron un león, y surgió un ratón». Según su diputado Gonzalo Centeno, el recargo del 15% en el impuesto de transmisiones para los grandes tenedores supone «filfa, el chocolate del loro y maquillaje para decir que gravamos a los ricos». Los cambios en el IRPF también los cree motivados porque el movimiento de Cataluña «los dejaba como sádicos fiscales». Centeno critica que para equilibrar la pérdida de recaudación en el primer tramo se suba 0,7 puntos en el escalón entre los 35.200 y 53.407 euros: «Para el consejero de Hacienda es rico todo aquel que gane más de 35.200 y por tanto hay que ir a por él».

IU-Convocatoria apoyará una reforma que cree «marca un antes y un después». Eso sí, su diputada Delia Campomanes matiza que «está claro que nosotros habríamos hecho una reforma aún más ambiciosa porque la redistribución y la progresividad son dos pilares básicos del Estado avanzado». De cara al futuro dice que «las necesidades presupuestarias para poder garantizar cuestiones básicas como la educación, el ERA, o la sanidad deben ser elementos fundamentales para definir nuevos cambios fiscales si así fuera necesario».

Por su parte Adrián Pumares, de Foro, mantiene que «Asturias necesita una reforma fiscal de verdad, no una medida cosmética que además deja fuera a muchísimos asturianos de clase trabajadora».

El diputado cree que para aliviar «de verdad» a la clase media y trabajadora habría que deflacar la tarifa del IRPF, solución «que a quien más beneficia es a las rentas bajas y medias. El IPC, del 2022 al 2024, ha subido el 12,5%».