El Principado pide «sentido común» y «llevar siempre» la mascarilla
El presidente del Gobierno asturiano, Adrián Barbón, insta a los jóvenes a ser prudentes porque «son los más vulnerables ahora»
El presidente del Principado, Adrián Barbón, protagoniza hoy un encuentro con sus homólogos de Cantabria y Galicia, Miguel Ángel Revilla y Alberto Núñez Feijoo. El objetivo es promocionar el Camino de Santiago pero la actualidad manda y tiene forma de mascarilla. «Más allá de la norma lo que siempre funciona es el sentido común», instó el jefe del Ejecutivo asturiano. «Como decían Feijoo y Revilla hay que llevarla con uno siempre y se quitará cuando se mantengan las distancias», manifestó.
El presidente asturiano recalcó su mensaje en especial para los jóvenes «que han pasado un año y medio muy duro». «Todos tenemos muchas ganas de avanzar hacia la normalidad pero debemos mandar un mensaje de prudencia», reiteró. Los jóvenes «son ahora los más vulnerables» dado el avance de la vacunación en los tramos de edad superiores. «Somos las comunidades autónomas con los mejores datos de España en vacunación pero nos quedan aún por proteger», indicó.
«Prioridad a la vacunación» sobre las vacaciones
Este jueves, el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica del Principado respondía a esta pregunta sin duda alguna: «¿Cómo tienen que hacer aquellos que quieran posponer la cita de vacunación porque estén (o vayan a estar) de vacaciones?»: «Es una elección de vida, aseveraba. Eso es lo que se tiene que plantear la gente». De esta forma, y siendo conscientes de la dificultad de algunos asturianos para hacer carambolas entre el tiempo libre y la cita con la vacuna, el Ejecutivo regional pide que se de «prioridad» a lo segundo. Y, para los que se enfrenten a esa cancelación en el sistema automatizado para, posteriormente, obtener una nueva cita a la vuelta de vacaciones, los propios responsables de Salud reconocen que se trata de un «sistema bastante farragoso».
La dicotomía, vacaciones o vacunación, asalta en un momento que confluyen tres variables: la llegada del verano, la flexibilización de las restricciones -también las de viajar-, y que la campaña de vacunación ha llegado a las franjas más susceptibles de organizar una escapada. Lógicamente, no es un dilema en el que Asturias tenga la exclusividad. El Ministerio de Sanidad intenta hacerle frente en la octava actualización -recién aprobada y publicada- de la Estrategia de Vacunación. En ella, además de figurar por primera vez los grupos 11 (30 a 39 años) 12 (20 a 29) y 13 (12 a 19) abre la puerta a la «solapación» de los mismos, manteniendo el orden de edad descendente. Y de paso, facilita que no se pare el ritmo con vistas a cumplir el objetivo del 70% de inmunizados a finales de agosto que prometió Pedro Sánchez. Sanidad justifica esta decisión «teniendo en cuenta la mayor disponibilidad de vacunas en estas próximas semanas, la situación epidemiológica, la entrada en el periodo estival, y por cuestiones organizativas y de factibilidad». Uno de los argumentos contrasta por lo dicho ayer por Ismael Huerta quien aseguró que julio y agosto «bajarán» las partidas que se reciban colocándose en «niveles del mes de mayo». Esto lleva al responsable asturiano a dudar de que «vayamos a tener una vacunación masiva para solapar».
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Aún así, la prioridad ahora es otra. Está en el grupo de 60 a 69 años que se quedaron descolgados en la administración de la segunda dosis. Con los giros de guión en la planificación marcada por Sanidad, se les administró AstraZeneca, para cuyo segundo pinchazo hay que esperar tres meses. Actualmente, casi cien mil asturianos están esperando por ello mientras que la gran mayoría de los que tienen de 40 a 49 años ya cuentan con la cobertura completa. Ante esta situación, Salud decidió ayer adelantar dos semanas, hasta las inoculación de la segunda dosis y comenzar a llamar a aquellos que se encuentran en esta situación. De doce semanas ahora que solo esperarán diez.
Detrás de esta decisión está el previsible aumento de la variante india -conocida como delta-, con mayor capacidad de transmisión. Una sola dosis de AstraZeneca reduce la eficacia hasta el 30% en el caso de síntomas leves; sí mantiene el 70% en los graves que pudieran requerir hospitalización. Ya con el segundo pinchazo aumenta al 88%. Unos número que también son aplicables a la vacuna de Pfizer.
