Langreo despide a su primer Ciudadano Ejemplar, modelo de «trabajo altruista»

Langreo despidió ayer con emoción, en la iglesia de San Pedro, en La Felguera, a su primer Ciudadano Ejemplar, Rufino Roces, fallecido anteayer tras una larga enfermedad a los 75 años. De ellos, más de 55 los dedicó Rufino al movimiento asociativo en las cuencas mineras. No es de extrañar, por tanto, el cariño presente en toda la ceremonia.

Fue una despedida sencilla coronada por las palabras de su hija Rosa y su nieta Ana. La primera, muy emocionada, agradeció a su «papi» que «nos hicieses crecer en amigos. Gracias por escoger el camino de la honradez y la lealtad a los amigos, del trabajo altruista, de la humildad y de la generosidad». Ana, la benjamina de la familia se mostró, a pesar de su corta edad, la más fuerte y siguió la misa participando como el resto de sus compañeros con la música que más le gustaba a su abuelo, la de la orquesta langreana de Plectro, en la que actúa habitualmente. Al final recordaba algunas situaciones vividas con su abuelo. «Para mi esto no es el final. No dejaré de referirme a él tanto en público como en privado».

Arropando a su familia se encontraban ayer cientos de personas, llegadas de la mayoría de concejos asturianos, la mayoría anónimos, pero muchas representando a distintas asociaciones. También caras muy conocidas del mundo de la política, la empresa y las artes en general.

Entre otros, Jaime Reinares, concejal del Ayuntamiento de Oviedo; Severino García Vigón, expresidente de Fade; José Antonio Martínez, diputado regional de Foro; Alain Fernández, director del teatro Prendes de Candás, y Sagrario Fernández, presidenta de la Fundación Marino Gutiérrez acompañada por su junta directiva.

La Corporación en pleno

Tampoco faltó la Corporación langreana en pleno, encabezada por María Fernández; así como la doctora María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. Un abanico interminable que cerraban el pintor Manuel Linares, el sacerdote Nicanor López, el empresario Emilio Serrano y el ejecutivo Fernando Delgado, todo ellos, como el finado, miembros de la tertulia 'Los quijotes'. Sin duda el nombre le hacía justicia a Rufino Roces.