Dos argayos, uno en el corredor y otro en Blimea, complican la circulación en el Nalón

Desplazarse a los tres concejos del Alto Nalón, Laviana, Sobrescobio y Caso, es verdaderamente complicado desde hace aproximadamente un mes. El carril del corredor del Nalón de ida a la altura de Sotrondio permanece cerrado y en obras para subsanar los desperfectos producidos por el último desprendimiento, pero en el desvío por la antigua carretera, la AS-17, que une Blimea con la localidad lavianesa de Barredos, los conductores vuelven a encontrarse con otro problema; de nuevo un carril cortado por un argayo. La situación en este punto es igual desde hace dos años; se llevó a cabo una reparación de urgencia, pero la ladera volvió a ceder.

El corte del corredor y el desvío por San Martín del Rey Aurelio, donde se encuentra el argayo de Blimea, aumenta el tiempo de los trayectos en coche aproximadamente quince minutos. Algo más en el caso de camiones o vehículos pesados. «Desde que cortaron el corredor para ir a trabajar a Pola de Laviana tengo que pasar por Sotrondio y Blimea entre semáforos, camiones, autobuses, sortear el argayo... Deberían poner solución a los problemas en infraestructuras lo antes posible», explica Marisa Álvarez, vecina de Langreo. Ese tiempo de más afecta también a las ambulancias y al transporte público. Una situación deben afrontar los aproximadamente 15.280 vehículos que, según los datos del Principado, utilizan este tramo a diario.

El argayo de Blimea se produjo en febrero de 2019, cerca del pozo Carrio. Recientemente se llevaron a cabo trabajos para repararlo, pero la ladera volvió a ceder, dejando uno de los carriles de circulación cortado. Por el momento no hay una fecha para la reparación de este tramo, mientras continúan las labores en el túnel del corredor del Nalón en Sotrondio. Así, en un tramo aproximado de unos cuatro kilómetros, que se recorría en menos de cinco minutos ahora se invierten veinte. En sentido ascendente se debe abandonar el corredor a la entrada de la localidad de Sotrondio, atravesar su centro urbano, hacer lo propio en el pueblo de Blimea y a su salida, afrontar las caravanas que se producen por el argayo que mantiene inutilizado un carril, metros antes de volver a incorporarse al corredor del Nalón ya en el concejo de Laviana.

Aparte del tráfico, las críticas se dan también en Sotrondio y Blimea; los vecinos tienen que lidiar con un gran volumen de tráfico por sus calles. «Ahora para cruzar la calle tienes que ir sí o sí a un paso que esté regulado por semáforo porque si no, es imposible, no dejan de pasar coches», explica Raúl Fernández, vecino de Blimea.