Dirigentes de Ciudadanos en Asturias encabezan la revuelta que pide la dimisión de Inés Arrimadas

El secretario de Organización, Sergio García; la portavoz de Ciudadanos en la Junta, Susana Fernández y el coordinador de la agrupación en Gijón, Manuel Iñarra, forman parte del grupo de unos treinta dirigentes de Ciudadanos de diferentes puntos de España que han impulsado este movimiento, gestado, principalmente, en Asturias, Aragón y Valencia. De hecho, Sergio García ejerce de portavoz de la plataforma, junto a Susana Gaspar, diputada de Aragón. Se conocía también ayer que se han adherido con sus firmas a este movimiento interno buena parte del aparato del partido, como los también diputados autonómicos Manuel Cifuentes y Luis Fanjul; los concejales ovetenses José Luis Costillas, Luis Pacho y Lourdes García; el concejal gijonés Juan Carlos Sarasola; el edil colungués Rubén Candás; las dos concejales de Siero, Patricia Martín y María Luisa 'Mapi' Madrid; José Ramón González, edil en Grado; Javier Hurtado, concejal en San Martín del Rey Aurelio, así como los coordinadores locales de este último municipio, Simón Marcos; de Langreo, Javier Ruiz y de Pravia, Adrián Valle.

El también diputado y portavoz adjunto en la Junta, Sergio García, reconoce que dirigentes de todo el territorio nacional llevan trabajando desde hace dos meses en esta plataforma que busca forzar la celebración de una Asamblea General para «dar voz a los afiliados», y no dejar el futuro del partido en manos de una refundación cuyos resultados se prometen para enero, a las puertas de las elecciones. «Tiene que convocarse una asamblea general cuanto antes para que se celebre en septiembre y que en otoño nos podamos dedicar a lo que van a hacer el resto de los partidos, la campaña electoral. No podemos hablar con posibles candidatos si no sabemos lo que va a pasar con el partido, si vamos a ser naranjas, rojos o azules, ni cómo nos vamos a llamar», argumenta.

Tal y como recoge el manifiesto que acompaña la recogida de firmas impulsada por esta plataforma, el dirigente asturiano atribuye a la dirección nacional «errores estratégicos» como «los pactos con PSOE y Podemos» para impulsar la fallida moción de censura de Murcia y, en general, los últimos resultados electorales. «Si las encuestas dicen que Inés Arrimadas, a la que yo apoyé en la pasada asamblea, es la líder más cuestionada, algo tendremos que hacer», sentencia. Niega que se esté poniendo en tela de juicio el liderazgo de Nacho Cuesta en Asturias, si bien el también teniente de alcalde de Oviedo forma parte del equipo de Arrimadas y, por lo tanto, el manifiesto también pide su dimisión. Éste rechazó ayer responder a las preguntas que le trasladó EL COMERCIO.

La plataforma Somos Ciudadanos ha generado todo un debate interno en la formación tanto por las formas como por el momento. La portavoz de la formación en la Junta, Susana Fernández, una de las impulsoras de la iniciativa, entiende que el proceso de refundación está mal enfocado porque «no se trata de cambiar el nombre ni el ideario del partido, sino la estrategia política» y, para ello, considera que debe «darse voz a los militantes, ya que la dirección nacional no está haciendo la autocrítica que tenía que hacer». «Por una cuestión de responsabilidad y lealtad al proyecto debe ponerse el partido en manos de la militancia y no tener miedo a una asamblea general», añade. También el coordinador de la agrupación de Gijón y miembro del Consejo General, Manuel Iñarra, opina que «no hay tiempo para proyectos de refundación a medio plazo porque nos estamos jugando sobrevivir» y se niega, dice, a ver al partido «morir por inacción sin haber intentado nada para evitarlo».

Frente a los impulsores del movimiento, que aseguraban ayer que muchos otros militantes trasladaron su intención de sumarse a esta iniciativa, otros dirigentes como Luis Fuentes, concejal de Ribadesella, manifestaban su desacuerdo con la misma. «No me parece el momento idóneo para hacer esto, precisamente ahora que se está trabajando en la refundación. El momento de hacer algo fue hace un año, tras la moción de censura de Murcia, pero entonces no se quiso. Ahora toca callar y esperar, y no ponerle el pie encima al partido. No entiendo muy bien cuál es la intencionalidad de este movimiento y qué hay detrás de todo esto», reflexiona. El debate está abierto.