«No he dormido nada en toda la noche. Cada poco me despertaba»

Veinticuatro horas han pasado desde que ayer varios vecinos de Tazones tuviesen que ser desalojados por un gran argayu que amenaza la integridad de varias viviendas y dos establecimientos hosteleros. Las intensas lluvias y las labores forestales realizadas en el terreno hace casi un año serían las causas de este movimiento de tierra que ha tenido a todo en pueblo en vilo durante la noche. «No he dormido nada en toda la noche. Cada poco me despertaba», reconoce Pilar Fernández. Ella es una de las principales afectadas por este desprendimiento, que ha alcanzado tanto su casa como el hotel y el restaurante Las Terrazas, del que es propietaria. Esta mañana, con la colaboración de Protección Civil, pudo acceder al interior del inmueble para recoger algunas de sus pertenencias.

Fernández logró sacar varias bolsas de ropa, así como medicamentos. El día anterior, tanto ella como su madre salieron de casa con lo puesto tras encontrarse con una gran lengua de barro que llegaba casi hasta su vivienda. «Ahora estoy casi peor que ayer porque lo ves con otra perspectiva», explica. El primer desprendimiento tuvo lugar en torno a las siete de la mañana, cuando una gran piedra cayó en una de las terrazas afectadas, pero no fue hasta mediodía cuando se produjeron los mayores daños.

Paola García, propietaria del Asador de Tazones, se encontraba en la cocina junto a su marido cuando los desalojaron. «En un primer momento te asustas. Estas tranquilamente cocinando y vienen a decirte que tienes que salir corriendo», recuerda. Ellos también han podido acceder al interior y han tenido que empezar a cancelar las reservas del fin de semana, «aunque parece que esto va a alargarse más tiempo».

Por el momento, desde el Ayuntamiento han comenzado las labores para desviar el flujo del agua y evitar que siga cayendo por la finca. Además, se han encargado de limpiar la carretera principal de Tazones, que también acabó llena de barro.