El efecto de las temperaturas: 218 fallecidos en un año

Esa cifra representa sólo un 1,9 por ciento de los 2.100 decesos desencadenados por el calor en toda España. Pero multiplica por 19 los datos que se registraron hace cinco años, durante este mismo período. Entonces, MoMo reseñaba, entre el 1 de julio y el 22 de agosto, dos fallecimientos atribuibles a las temperaturas. En los veranos sucesivos, el número de muertes propiciadas por el calor ha ido aumentando progresivamente.

Un estudio reciente del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea advertía de que, si no se toman medidas contra el cambio climático, Asturias acabará quintiplicando su tasa de mortalidad por «temperaturas no óptimas» de aquí a finales de siglo. Un pronóstico que sitúa a Asturias como la comunidad cantábrica con más muertes por calor en 2100, con registros muy similares a los que dicho estudio atribuye, ese mismo año, a regiones tradicionalmente más cálidas como Huelva, Málaga, Alicante, Zaragoza o Girona.

Investigadores y médicos ponen el foco en las personas mayores como principal grupo de riesgo frente a la subida de las temperaturas, que a mediados de agosto llegaron a rozar los 40 grados en algunos concejos asturianos. El sistema de monitorización del Intituto Carlos III revela que, de las 216 muertes atribuibles a la tempertura en este último año, 214 se produjeron en mayores de 65 años; dos en el grupo etario de entre 45 y 64 años; uno en el de 15 a 44 años; y otro más en un menor de 14 años. En el caso de este verano, los 40 fallecimientos asociados al calor ocurrieron en personas de más de 65 años. En concreto, 34 superaban los ya los 85 años.