Emigrantes de vuelta a Asturias: «Mi madre es ovetense, nunca ha perdido sus raíces, su acento y su cultura»

Su madre tenía 20 años cuando dejó Oviedo para estudiar Medicina en República Dominicana, de donde nunca regresó pero donde conserva «el acento y las raíces». Él tiene ahora 25 y ha emprendido el viaje de vuelta, de momento por una semana, quién sabe si para más tiempo... Alfonso Agelán es uno de los 30 participantes de la segunda edición del Campus Orígenes, organizado por la Asociación Iberoamericana de la Comunicación (ASICOM), el Gobierno del Principado de Asturias y el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) en colaboración con la Universidad de Oviedo. Un campus que brinda a los descendientes de asturianos la posibilidad de conocer sus raíces, pero que tiene también el firme objetivo de «convertir el vínculo afectivo de la emigración en una posibilidad real de retorno», en palabras de la vicepresidenta del Gobierno asturiano, Gimena Llamedo.

Dicen los organizadores que muchos de estos 30 jóvenes de República Dominicana, Argentina, Cuba, México y Chile ya han mostrado su deseo de vivir en Asturias. Una tierra que algunos, como Alfonso, han vivido de cerca («comiendo fabada a 35 grados en el Trópico»), pero que otros han descubierto recientemente. Como Mariana Busto, mexicana de 19 años, que hasta hace poco «no sabía nada de mi lado español». Su bisabuelo paterno era de Luanco y, durante muchos años, las familias de uno y otro continente no supieron apenas nada unos de otros. Son las nuevas generaciones quienes están tratando de recuperar contacto, raíces y memoria. Para ella, Asturias ha sido un descubrimiento. «Debe ser increíble crecer aquí, correr por las calles, ir a nadar al mar». La seguridad y las cortas distancias son para Mariana algo extraordinario.

El Campus Orígenes se enmarca en la política regional de facilitar el regreso a los emigrantes asturianos o sus descendientes. Los participantes son, de hecho, descendientes de emigrantes asturianos hasta tercera generación y han sido seleccionados entre numerosas solicitudes que ha habido este año, por su vinculación con Asturias, su motivación, y su interés por fortalecer los lazos con Asturias.

Como Tomás Barrera Méndez, 24 años, chileno con bisabuelos maternos de Oviedo, emigrantes en la guerra civil española. Tomás vuelve en este campus no solo como bisnieto de asturianos, también como historiador que es, deseoso de conocer unos orígenes que «siempre estuvieron presentes», de recuperar vínculos y de poder llenar, explica, los silencios que de niño no comprendía.

Algunos de ellos han tenido oportunidad en estos días de reencontrarse con la familia, como Mariana. Otros, en cambio, saben que aquí no quedó nadie. Como Milagros López, argentina de Mar de Plata de 23 años, que participa en el Campus Orígenes junto a su hermano. Su abuelo, de Grandas de Salime, dejó Asturias a los 7 años junto con sus tres hermanas. El resto de la familia emigró a Cuba. Sorprendida y encantada a partes iguales, habla de un Oviedo «hermoso».

Estos cuatro jóvenes y el resto del grupo tendrán oportunidad, durante toda esta semana, de participar en un completo programa de visitas culturales e institucionales, conferencias magistrales, talleres... Y también de recibir información sobre las posibilidades que ofrece la región en materia de retorno, empleo y emprendimiento para que, como dijo la vicepresidenta, «los afectos puedan transformarse en afectos».

Este martes fueron recibidos en la Universidad de Oviedo por el rector, Ignacio Villaverde, que enmarcó el encuentro en el camino que sigue la institución para «volver a posicionarse en Latinoamérica, especialmente en México, como universidad de referencia». Porque estos jóvenes y el resto de descendientes «estáis llamados no solo a descubrir Asturias, sino a formar parte de ella».

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