«Es espeluznante el nivel de suicidios en menores: los hay hasta de tres años»
«Estamos preparando un convenio con Justicia para incluir personal de Trabajo Social en cada Unidad de Valoración Forense Integral»
CHELO TUYA
GIJÓN.
Jueves, 11 de mayo 2023, 01:41
En el instituto, una orientadora le puso sobre la pista de la diplomatura de Trabajo Social. Y Sara Fernández (Oviedo, 1987) ya tuvo claro que su futuro sería intentar deshacer los entuertos vitales de los demás. Sufridora de acoso escolar, tiene estos días el corazón encogido pensando en qué falló para que la gijonesa Claudia Gónzales decidiera suicidarse tras años de maltrato de sus compañeros. La nueva presidenta del Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias (COTSA) no duda: faltó, como en tantas áreas, una trabajadora social.
-Estrena un cargo en el que hereda una batalla: la del COTSA contra la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar. En su decreto para agilizar el atasco de la Ley de la Dependencia abre la puerta a que otras titulaciones ejerzan de valoradores.
-Es que el decreto que han planteado para acabar con el atasco en la Ley de la Dependencia no nos sirve. No podemos aceptar el intrusismo. Las funciones de cada personal están definidas por ley. Que otras personas hagan funciones de Trabajo Social va en contra de la ley y del propio bienestar de los ciudadanos.
-¿Por qué es necesario que la valoración la haga alguien de Trabajo Social?
-Porque es nuestra función, valorar aspectos sociales, igual que a nosotros no se nos permite valorar aspectos médicos.
-La Fiscal de Violencia de Género de Asturias siempre reclama personal de Trabajo Social en juzgados y en cada Unidad de Valoración Forense Integral (UVFI).
-Estamos elaborando un convenio con la Viceconsejería de Justicia para aumentar el número de profesionales en esas unidades. Se necesitan profesionales especializados en género y es una de las estrategias que tiene el COTSA: el género.
-¿En qué fase está el convenio?
-Hay un borrador, nos toca estudiarlo. Hay que ver cuántos puestos hacen falta y si desde el COTSA podemos hacer una selección de personal más específico. También se estudia cómo formar.
-¿Y desde Igualdad?
-También se habló, así como si se imparte desde los propios equipos psicosociales. Estamos aún en fase de estudio. Queremos que sea una formación reconocida.
-¿Cuántos empleos supone?
-Se barajan cuatro profesionales. Ahora mismo tienen 57 expedientes con atraso, hay que decidir si los nuevos contratados se dedicarían al atraso o a nuevos.
-Su nueva junta directiva no puede ser más representativa de la profesión: 15 mujeres.
-Es una profesión feminizada, de cuidados.
-¿Con los mismos problemas que otras profesiones feminizadas y de cuidados: menor salario y representatividad?
-Se nos toma menos en serio que si fuéramos un colegio de ingenieros, por ejemplo. Se unen dos cosas, las profesiones feminicizadas se tienen menos en cuenta, pero, además, al ser de cuidados, todavía menos. Una de las reclamaciones que hace el COTSA es romper el techo de cristal en la función pública.
-¿Qué techo?
-No se nos equipara con otros grados. No estamos en la misma categoría profesional que otros, se cobra menos y no se puede acceder a determinados puestos.
-¿Se nos olvidaron ya los aplausos de las ocho de la tarde durante la pandemia?
-Los aplausos eran para los profesionales sanitarios y nosotras no lo somos. Ese es otro melón.
-Antes de abrir ese melón, ¿no se supone que aplaudíamos a los que cuidaban?
-Igual sí, pero en general el concepto era que aplaudíamos a médicos y enfermeras que, por supuesto lo merecían, pero también estaban las trabajadoras sociales en primera línea de fuego. Y la realidad es que las condiciones no son las mismas. Trabajo Social es una profesión fundamental: el nexo entre las personas más vulnerables y el sistema.
-Abra el melón sanitario.
-Hace ya muchos años que se trabaja desde el Consejo de Trabajo Social y desde los colegios de todo el país para que el Trabajo Social se reconozca como una profesión sanitaria.
-¿Por qué?
-Porque muchas compañeras trabajan en el ámbito sanitario y no se les reconoce la equiparación Parecía que iba a haber un cambio legislativo, pero hoy sigue estancado.
-¿Qué beneficio acarrearía ese reconocimiento?
-Lo primero, el reconocimiento en sí, porque están desarrollando un trabajo desde el servicio sanitario. Y, después, claro, por salarios y condiciones laborales. Por ejemplo, no hay coordinadores de trabajo social en las áreas sanitarias.
-¿En Educación están mejor?
-Bueno. Estamos en los equipos pedagógicos, pero, lo mismo, hacen más trabajadoras sociales. Debería haber un profesional por cada centro, pero no es así. En otras comunidades autónomas la ratio de trabajo social por centro educativo es muy superior. Aquí tenemos a una compañera a cargo de varios centros. Cuando la detección de las necesidades básicas de los críos la tiene que hacer la trabajadora social.
-Con una trabajadora social en el centro educativo al que acudió Claudia, la joven que se suicidó en Gijón por acoso, ¿ese drama se hubiera evitado?
-No me atrevo a decir que sí, pero, desde luego, cuantos más profesionales estén atentos a estas situaciones y que, además, esa sea su función. Porque puede haber una pedagoga o una maestra, pero con mucha carga laboral y no darse cuenta de que hay un problema. También deberíamos estar en atención temprana y ahí somos claves.
-Usted trabaja en un centro especializado en salud mental, ¿ya hablamos sin tapujos de ella?
-No, qué va, hubo un lavado de cara muy interesante durante la pandemia pero la estigmatización, la marginación y la falta de inclusión social de las personas con graves problemas de salud mental sigue estando sin resolver ni perspectivas de que se resuelva.
-¿También hacen falta profesionales de su sector?
-Claro. Hay una trabajadora social para tres centros de salud. Y ¿qué paciente le llega? El que tiene falta de recursos, cuando una de las patas de la recuperación es la inclusión social. Pero si la trabajadora social no puede dar respuesta a todo... No puede ser que un paciente severo de salud mental no tenga atención social o tenga que esperar tres meses para una consulta. No puede pasar esto. No debería.
-¿Sigue dando temor la enfermedad mental?
-Si y ahí los medios tienen mucho que hacer.
-¿Cómo?
-Lo primero sería estar seguro a la hora de utilizar conceptos como psicópata o sociópata y, después, saber si esa enfermedad ha tenido algo que ver en el suceso. Es como si de un agresor decimos que tiene diabetes.
-¿Hay que informar de los suicidios?
-Sí. Hay que contarlo y saber qué está pasando. Es espeluznante la tasa de suicidios en menores...
-¿Cómo en menores?
-Sí. Hay casos desde los tres años. Entre 3 y 10 años ya tenemos un porcentaje de suicidios.
-¿Un casi bebé tiene sentimientos suicidas?
-Sí, hay que preguntarse qué se nos está escapando, qué ha pasado en esta sociedad en los últimos años para que un menor que, biológicamente, ni siquiera está preparado para pensar en la muerte tengan sentimientos autolíticos. En Asturias, además, tenemos otro problema, lideramos la tasa de suicidios y con más casos en el otro sector: en los mayores. Qué estamos haciendo para que nuestros mayores quieran morir. Si el sistema de cuidados funcionara medianamente bien esto no pasaría.
-¿Cuántos profesionales de Trabajo Social son necesarios en Asturias?
-Muchos. La ratio dice que es necesario un profesional de Trabajo Social por cada 1.700 habitantes. Pues bien, aquí tenemos a profesionales en la zona urbana que superan, con mucho, esa cifra. Pero también en la zona rural. En Aller, por ejemplo, hay una trabajadora social para 10.000 habitantes. Así no se puede dar un servicio de calidad.