«Cuando la víctima pretende romper con el agresor, el riesgo de feminicidio se dispara»
Javier Fernández Teruelo, decano de la Facultad de Derecho, es investigador principal de un proyecto nacional para evaluar la protección a las víctimas
chelo tuya
Sábado, 22 de mayo 2021
En febrero, según la última estadística oficial, 629 asturianas, víctimas de violencia machista, tenían algún tipo de protección policial. La cifra supone un ... descenso del 2,5% respecto a un año antes. Tal y como adelantó EL COMERCIO, también son menos, un 2,8%, los expedientes abiertos en el VioGen, el sistema de control de cada caso de maltrato: 1.425.
En el resta y sigue de la estadística mensual de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, el mayor de los descensos, del 25%, lo protagoniza el grupo de víctimas con especial seguimiento debido a que se encuentran en riesgo letal. Había 92 casos el año pasado, frente a los 69 a los que las Fuerzas de Seguridad del Estado aplican un protocolo específico ahora. Como también son menos los internos en el Centro Penitenciario de Asturias por agresiones machistas. De los 223 que había en febrero de 2020 se ha pasado a 200.
A esta cifra hay que sumar a Senén Fernández, el presunto asesino de María Teresa Aladro, la primera mujer muerta por violencia de género en Asturias en el presente año. Tere, como le conocían cariñosamente, ySenén estaban separados y proceso de divorcio.La mujer fue hallada muerta en su domicilio de Pola de Laviana en la madrugada del jueves con dos disparos de escopeta en la espalda.Su expareja se entregó a la Guardia Civil y la jueza le envió a prisión el viernes.
«No tengo tan claro de que sean buenas noticias sin más», explica Javier Fernández Teruelo. El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo es el autor del informe 'Feminicidios en España 2000-2015', que puso de manifiesto los fallos del protocolo seguido para detectar el nivel de riesgo en que se encuentra una mujer que denuncia sufrir maltrato.
Tras el éxito de su trabajo, el entonces catedrático de Derecho Penal fue 'fichado' por el Instituto Asturiano de la Mujer para evaluar el sistema de protección a las víctimas. Nueve publicaciones sobre la materia y más de 30 conferencias por todo el mundo le han convertido en una de las voces más autorizadas en materia de violencia de género.
Tanto que ahora es el investigador principal de un proyecto nacional que lleva por título 'Diagnóstico del sistema de protección y propuestas de intervención para la predicción y prevención de los feminicidios en contexto de pareja'. Desde su experiencia, entiende él que el descenso en el número de casos de agresiones machistas no está tan vinculado a una disminución de la violencia en sí como a los problemas que la pandemia de coronavirus ha generado a las víctimas.
«Las cifras de maltrato bajan porque la covid dificulta que la víctima denuncie». En opinión de Javier Fernández Teruelo, que las denuncias hayan caído un 10,3% el año pasado (168.057 en 2019 frente a 150.785 en 2020) corresponde a que «el confinamiento, tanto el estricto como el limitado, y la restricción de movimientos ha tenido que limitar las posibilidades de denuncia en sí».
De maltratador a asesino
Como también cree Teruelo que «debe ser matizada» la bajada del 20% en el número de feminicidios. El listado más negro de la violencia machista cerró 2020 con 45 asesinatos de mujeres, la cifra más baja de los últimos años.
Para aclarar el matiz, el decano de la Facultad de Derecho recuerda que «la mayoría de los feminicidios se producen en el contexto de un modelo de relación construido sobre el dominio absoluto del varón sobre la mujer».
Cuando ese dominio se pone en discusión, «el maltratador recurre a la violencia para restablecer el orden cuestionado» y, si la víctima da un paso más «y se atreve a discutir la vigencia de la relación, el riesgo de feminicidio se dispara».
Ese paso último, esa ruptura de la relación por parte de la víctima, ha sido difícil de producirse durante la pandemia. «En la situación que hemos vivido este último año, las opciones de ruptura han sido mucho menores». ConcluyeFernández Teruelo que «por ello las reacciones extremas del maltratador potencialmente feminicida también se han reducido».
Presión familiar
Un perfil, el del maltratador, que Fernández Teruelo tiene perfectamente definido desde su primer informe. «No concibe su vida fuera de esa relación, de la que abusa en extremo y de la que depende vitalmente».
Durante sus trabajos, ha ido aportando novedades a la radiografía del hombre que convierte a su pareja en su víctima. «Hay una enorme presión en determinados entornos, incluso familiar, que le transmite la idea de no haber sido capaz de controlar a su pareja si ella se separa».
Una presión que se proyecta sobre la víctima, como demuestran las cifras. «Las víctimas españolas denuncian menos que las extranjeras, porque éstas tienen menor presión familiar».
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