Galicia pugna por los trenes que Adif confía en tener en la ruta asturiana

El futuro de la conexión ferroviaria con Madrid se libra en las obras de la variante de Pajares, pero también en otros dos terrenos. La liberalización del tráfico de pasajeros se organiza con la idea de que las empresas compitan con Renfe a partir de 2020. Ahí y en la escasez del parque móvil de la operadora nacional, que está pendiente de que Talgo le entregue las primeras unidades del modelo AVRIL y termine la reconversión para la alta velocidad de las antiguas unidades de tren-hotel.

Adif, la empresa pública que avanza las obras de la variante, viene suministrando al Ministerio de Fomento informes en los que detalla los recortes de tiempo que ofrecerá la infraestructura. En los últimos años estos estudios dan por hecho que los túneles se estrenarán con el AVRIL, una nueva rama homologada para alcanzar los 330 kilómetros por hora y capaz de circular sobre ancho ibérico como internacional. Gracias a un diseño más ligero, los convoyes contarán con 521 plazas, lo que son 221 más que el Alvia Gijón-Madrid. Esta ventaja puede no serlo tanto en rutas como las del noroeste, con una capacidad para llenar los asientos moderada por su sangría demográfica.

Pese a ello, la pugna por las primeras unidades ha comenzado. La previsión era que empezaran a salir de fábrica este año, algo que aún no sucede. Galicia también espera por el AVRIL y su Gobierno autonómico ha dirigido una carta al presidente de Renfe exigiendo que aclare qué trenes utilizará cuando Adif termine las obras de alta velocidad. La operadora tiene así piezas por encajar por todo el país y está también a la espera de si la entrada de la competencia le permite retirar parte de sus trenes en unas rutas para llegarlo a otras.

A corto plazo, la empresa valora fletar microbuses que desde Gijón y Oviedo permitan coger el AVE en León. Para calibrar si hay usuarios interesados realizará encuestas entre sus viajeros en septiembre.