«La faba tiene que dejar de ser un complemento de otra actividad»
Sergio Suárez | Presidente del Consejo Regulador de la IGP Faba Asturiana ·
«Podemos competir en Europa, pero no tenemos medios ni personal para cuestiones como la trazabilidad y el papeleo»COVADONGA DEL NERO
GIJÓN.
Miércoles, 11 de noviembre 2020, 01:26
Sergio Suárez López (1980, Coaña) se convirtió ayer en el nuevo presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Faba Asturiana. A los 22 años, su camino se entrelazó con la agricultura para convertir la cosecha de fabas en su forma de vida. 18 años después y con más de 30 hectáreas dedicadas a su cultivo, posee la empresa La Estela junto a tres miembros más de su familia. Llega a este puesto tras siete años en el cargo de vocal, sustituyendo a Juan José Menéndez. Afronta con optimismo esta etapa, que durará, al menos, cuatro años.
-¿Por qué decidió presentar su candidatura en estas elecciones?
-Para mí la faba es un sector estratégico y es de lo que vivo. Es mi forma de vida. Además, creo que estoy en la edad perfecta, con una larga formación vinculada a la faba. Crecí en este sector y considero este el momento idóneo para liderar un nuevo proyecto de cuatro años con un grupo de gente muy ilusionada y que apuesta por él.
-¿Cuáles van a ser sus líneas de actuación en estos próximos cuatro años?
-Lo más importante es la unión del sector. Con la fuerza de todos se pueden alcanzar grandes cosas. Lo segundo es la profesionalización porque la faba tiene que dejar de ser un complemento de otra actividad y convertirse en principal. Para que esto ocurra tiene que ser profesional, que dé para vivir. Además, es necesario la certificación del total de la producción y la potenciación de un producto tan emblemático en nuestra región para llegar a consumidores y establecimientos.
-Exigían hace meses un censo regional que recogiera las hectáreas dedicadas a la producción de esta legumbre, ¿sigue siendo una prioridad?
-Hoy en día prácticamente todo el mundo que tiene fabes está inscrito en el Consejo Regulador. El censo es interesante para conocer la situación en profundidad y porque, cuando la gente ve que un sector va bien, se suma a las iniciativas.
-¿Cómo afecta el cierre de la hostelería a la venta de faba asturiana?
-No es plato de buen gusto porque se trata de un sector muy importante para la faba asturiana. Cubrimos esas pérdidas con las grandes superficies, donde la gente compra nuestro producto. Siempre es negativo la clausura de restaurantes.
-¿Cómo ve la cosecha de este año?
-Hay demanda y hay mucha salida de faba. Quizás un poco menos que el año pasado, ya que hubo escasez de lluvias, aunque ahora al final se dieron varias jornadas de viento y agua, justo antes de la recogida. Al final, una buena cosecha y una buena producción.
-Europa tiende a la producción ecológica, ¿la faba asturiana tiene posibilidades de adaptarse a ella?
-Puede competir, pero el mayor problema es la falta de demanda. Temas como la trazabilidad, el papeleo, cómo separarlas... Es un trabajo que lleva tiempo y no tenemos ni medios ni personal.
-La faba granja goza de un reconocimiento internacional, ¿ahora le toca el turno a la verdina?
-Esta es ya la tercera cosecha y ha tenido una acogida muy buena. Somos 16 productores para hacer 32 toneladas. En el 2019, se certificaron 20.000 kilos. Ahora toca posicionarla y creer en ella.