Un futuro en el campo gracias a la Faba Asturiana IGP
La marca potencia la profesionalización de un cultivo lleno de posibilidades
La Indicación Geográfica Protegida Faba Asturiana echó a andar el 21 de junio de 1996. Mucho antes, en 1989, algunos productores de la región solicitan a la Consejería de Agricultura de Asturias una marca que garantizase y defendiese el origen y velase por la calidad de un producto clave. Ahora, los que la hacen posible tienen el firme objetivo de crecer seguro de tener entre sus manos un cultivo lleno de posibilidades, dinamizador de los pueblos y la marca asturiana e indispensable en la mejor gastronomía.
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La campaña actual, correspondiente a 2020 - 2021, deja 146 productores trabajando 184 hectáreas en 442 parcelas. De los datos se despendre que la mayoría, 63 productores, opera en fincas pequeñas. Solo 11 superan las tres hectáreas, 19 están entre dos y tres y 33 trabajan una. La principal voluntad del nuevo órgano rector es profesionalizar el sector y recibir nuevas manos.
Aunque el número de hectáreas plantadas se ha duplicado en los últimos años, el de quienes velan por ellas se ha reducido de los 193 agricultores que llegó a tener la cosecha 2006 a los 146 productores actuales. Este mayor número de terreno dedicado a la Faba Asturiana IGP, la que tiene la contraetiqueta que certifica su origen, trazabilidad y calidad, se traduce en mayor producción y certificación y, por ende, en grandes posibilidades para quienes se sumen. Si en la camapaña 2007/08 se produjeron 185 toneladas de Faba Asturiana y se ampararon 78 y al año siguiente los número se redujeron hasta colocarse en 153 toneladas producidas y 67 amparadas, en la anterior cosecha se llegaron a producir casi el doble con 246 toneladas y 109 amparadas. Este año, se certificaron 81 toneladas de las 208 amparables.
Estos datos perfilan el presente y el futuro de la marca, en los que la formación de agricultores a través de cursos específicos sobre el cultivo de faba y verdina tiene y tendrá un papel muy importante. Navia y Grado fueron en junio los centros de operaciones. El objetivo claro de los responsables es dar a conocer más y mejor el trabajo que hay detrás de un cultivo tan nuestro. De hecho, los participantes de ambos cursos conocieron el trabajo del productor desde el inicio hasta el final del cultivo con fases teóricas y presenciales. También recibieron un curso de marketing, gestión de redes sociales y fotografía para que se adapten a las nuevos tiempos y nuevas tecnologías.
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