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Chelo Tuya
Oviedo
Domingo, 8 de junio 2025, 12:36
Si alguien piensa que, tras once días de movilizaciones y ocho de huelga, la comunidad educativa asturiana estaría hoy falta de energía, se equivoca. ... Hora y media antes de la gran concentración convocada en la plaza de España de Oviedo frente a una Consejería de Educación en la que desde el lunes pasado ya no hay consejera, tras dimitir Lydia Espina, los directores de los centros que han presentado su dimisión ofrecieron una rueda de prensa. O, en realidad, realizaron una asamblea en la que participaron más de un centenar de personas y en la que los medios de comunicación no fueron bien recibidos. En realidad, bien despedidos. Todo comenzó bien. Antes de la hora fijada para la cita, las 10.30, ya había decenas de personas en las inmediaciones del colegio público La Ería, donde se había anunciado la rueda de prensa. Los directores dimitidos, cien enviaron la carta previa, 85 parecen que ya han confirmado su dimisión, fueron recibidos en un emotivo paseíllo formado por sus compañeros y con aplausos. Como aplausos hubo, rotundos, para gritar ¡Viva la Enseñanza Pública! y corear el eslogan que ya han hecho suyo ¡Ni un paso atrás!
En el escenario, Inmaculada Rodríguez, Carlos Pérez, Rubén Velasco, Ainhoa Pérez, Sonia Castillo, Desirée Martínez, Daniel Sánchez, Inés Estrada y José Ramón Núñez, todos «exdirectores o ex directoras» acompañados por la presidenta de una AMPA, Amaya Carnero.
Las reivindicaciones
El comunicado, largo y lleno de reivindicaciones, fue leído de forma coral. Inmaculada Rodríguez fue la primera en hablar y dejó claro que «no hay ninguna entidad partidista, la decisión que hemos tomado de dimitir se debe a un ejercicio de responsabilidad con nuestros alumnos, con la educación pública, y creemos que es inadmisible que no se haya llegado a un acuerdo y la pobreza de la negociación». Tras ella fueron tomando la palabra el resto de ponentes que explicaron que la protesta, la más importante en la educación pública asturiana en toda su historia, «no es por la hora ni por el dinero, sino por la dignidad de la enseñanza pública asturiana».
«No pedimos privilegios», aseguraron, «sino una educación inclusiva», para la que se necesitan «el número adecuado de profesionales de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje (PT y AL)», así como «bajar las ratios» y, por supuesto, «que no exista ningún centro con un único director o directora». Todo debe quedar recogido, pidieron, «en un marco normativo que no existe en Asturias. Necesitamos un decreto de equidad, con memoria económica y con ratios adecuadas, que contemple los tiempos de intervención». Algo común a todos los centros, «tanto urbanos como rurales, porque la educación pública asturiana tiene que ser igual para todos», clamaron en una petición que fue largamente aplaudida. Como la intervención de Rubén Velasco director dimitido del Centro de Educación Especial San Cristóbal. «Somos los invisibles del sistema. Tengo que decir que entre mi primer año como director y ahora, diez años y ya ex director, no ha cambiado nada».
Unos mensajes que iban dirigidos no ya a la ex consejera de Educación, sino directamente al presidente del Principado, Adrián Barbón. «Le pedimos que cuide de la consejería, que no siga siendo esclava de Función Pública ni del Adolfo Posada», frase que fue cortada con aplausos rotundos. Le dijeron, también, que el conflicto ha saltado «por un error de cálculo, con la hora de junio y septiembre» y le piden que «revise el número de grandes profesores que han ido abandonando la consejería» y que deje que «inspección esté a nuestro lado».
El resto de las peticiones ya no pudieron ser escuchadas. Dado a lo prolijo de la exposición, sin que hubiera posibilidad a preguntas previas de los periodistas, los compañeros de diferentes medios tuvieron que ir abandonando la sala debido a la coincidencia en el tiempo (las 11 horas) de la carrera contra el cáncer y, en nada con la gran protesta en la plaza de España. Una salida que no gustó a los presentes, que comenzaron a gritar a los primeros periodistas en abandonar el lugar. Cuando otros lo intentaron, el abucheo ya fue general y de nada sirvió intentar explicar que seguiríamos informando, como hemos hecho desde el primer día, incluso de madrugada, pero desde los diferentes puntos informativos. El griterío fue general y todos los medios de comunicación abandonaron, abandonamos, el salón de actos de La Ería. La información sobre los motivos, las posibles soluciones y el minuto a minuto sobre el conflicto de la educación pública asturiana continúa ahora desde la plaza de España.
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