La dimisión de 85 directores de centros asturianos coloca el sistema educativo al borde del caos
Además de esta medida de presión, mañana habrá concentración en Oviedo y los sindicatos advierten de «encierros, cortes de tráfico y barricadas»
Finaliza la segunda semana de conflicto en la enseñanza asturiana y lo hace peor que el primer día. La dimisión de la consejera de Educación, Lydia Espina ... , no calmó en absoluto los ánimos. Que la vicepresidenta, Gimena Llamedo, y el consejero de Hacienda, Guillermo Peláez, se hicieran cargo de las negociaciones, tampoco ha servido para demasiado. Que la oferta del Principado haya pasado de 14,5 a 32 millones anuales, tampoco. Porque, para los docentes, no es sólo que el presupuesto ofrecido sea «insuficiente», es que directamente consideran que muchas de las iniciativas que el Gobierno ha puesto sobre la mesa «son humo».
Y, por eso, porque los docentes clamaban ayer que «no es hora de rendirse» y los sindicatos hacían un llamamiento a seguir en la lucha, el conflicto aún va a dar un paso más. Se radicaliza. Y lo hace en varios frentes. El más grave: 85 directores de colegios públicos de Asturias y sus equipos directivos (secretarios y jefes de estudio) presentaron ayer su dimisión en bloque, en una maniobra avisada y organizada para mostrar el malestar de un colectivo que se ha unido desde el principio del conflicto para dejar clara su postura. Primero hicieron un manifiesto firmado por más de 180 responsables de centros. Se lo mandaron al presidente del Principado. Se concentraron y consiguieron llegar a Adrián Barbón. 105 de ellos le remitieron otro escrito advirtiendo de que dimitirían si no había una solución «en horas». Y no la ha habido.
Dicen en una carta hecha pública que la decisión «profundamente meditada y dolorosa», que responde a la ruptura de negociaciones y que su prioridad «no es la equiparación económica, sinola defensa de una educación pública de calidad». Piden para ello recuros educativos suficientes, autonomía pedagógica real para los centros, reducción de la carga burocrática, reconocimiento insitucional del trabajo directivo más allá de lo económico. Saben que no son interlocutores en esta negociación pero «tenemos claro que ni la Administración ni los sindicatos están en los centros educativos y en las aulas, por lo que somos la fuente de información más fiable y objetiva». Su dimisión, defienden, es «un acto de responsabilidad y de denuncia».
En alguno de los centros, los claustros y AMPAS han elaborado manifiestos de apoyo y agradecimiento a sus directores dimitidos, que el domingo explicarán ante los medios su decisión «en un momento clave para visibilizar la situación crítica de la educación pública asturiana».
La situación complica aún más este final de curso, en pleno periodo de evaluaciones, informes, memorias y matriculaciones. Está por ver cuál es la reacción de la consejería a esta grave situación que puede suponer auténtico caos. En cualquier caso, las dimisiones deben ser aceptadas por la consejería para que sean efectivas.
Mientras tanto, la comunidad educativa esté llamada a concentrarse de nuevo ante la Plaza de España. Será el domingo, a las 12, y la intención es que vuelva a ser una cita multitudinaria. Pero no se quedará ahí la cosa. Los cinco sindicatos de la Junta de Personal, ANPE, CC OO, SUATEA, UGT y CSIF acordaron ayer esa radicalización de las protestas, en un día en el que los docentes habían vuelto a las aulas, ya que la convocatoria de huelga indefinida está diseñada para ser de cuatro días a la semana. Después de once días de movilizaciones y ocho de huelga hay cansancio pero queda ánimo para resistir.
Por eso, todo seguirá a partir del lunes, cuando se retomará la huelga y se planea esa «radicalización» de las movilizaciones, «tal y como nos están pidiendo los afiliados y los docentes», explicó Gumersindo Rodríguez, de ANPE, al término de la reunión. Habrá «cortes de carreteras, barricadas, encierros en centros educativos y otro tipo de iniciativas». Cualquier cosa parece ya posible.
¿Reunión el fin de semana?
No obstante, las organizaciones sindicales mandan «un llamamiento a la responsabilidad hacia el diálogo por parte de la Administración, de manera que podamos cerrar el conflicto de manera satisfactoria para ambas partes». La Administración responde que «siempre tenemos los teléfonos abiertos». Por eso, entre los representantes sindicales se confía en que haya algún tipo de diálogo el fin de semana. «Sería lo lógico», dicen.
Sin solución para la gestión de los comedores escolares
Fue lo que encendió la mecha de este conflicto y de lo que casi no se ha vuelto a hablar. A principios de mayo, y sin previo aviso, la consejera Lydia Espina anunciaba que por fin se atendía una demanda histórica de las familias: dotar de comedor escolar los meses de junio y septiembre a los centros de gestión directa del Principado, que no disponían de dicho servicio. Pero había un 'pero'. Esa decisión implicaba organizarse con el transporte escolar e igualar condiciones en toda Asturias, esto es, jornada normal para todos, adiós a la tradicional jornada reducida en estos meses a partir del próximo curso.
No calculó la consejería lo que se le venía encima y, el mismo día de la primera gran concentración en Oviedo, Adrián Barbón anuncia que ha cambiado de opinión: se mantendrá la jornada reducida, pero se seguirá ofreciendo el comedor. Había que buscar la fórmula para lograrlo, dice.
Y en ello se está todavía. Justo antes de dimitir se le preguntó a Lydia Espina si había novedades y se remitió a «la literalidad» de lo que había dicho Barbón. Gimena Llamedo y Guillermo Peláez no han hecho referencia a este asunto y nada sabe al respecto.
Desde la Federación de Asociaciones de Padres, la FAPAS Miguel Virgós, también han tratado de tener más información, pero no hay nada adelantado. Además, hay que tener en cuenta que la consejería está en cierto modo descabezada, aunque Vanesa Gutiérrez hay quedado al frente de forma provisional.
Espina había insistido en que era imposible mantener los comedores con jornada reducida porque no se podía contratar personal externo para hacerse cargo del alumnado. Su propuesta de que los niños y niñas pudieran estar en el recreo fue rechazada de plano. Y el problema, para los centros de gestión directa, es la organización del transporte escolar.
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