Lunes y los días tras un puente festivo, los peores días para ir a urgencias

Acercar las urgencias a la gente, «que sepa qué es lo que hacemos, como funcionamos y cómo se organiza la atención» fue uno de los objetivos del médico Pablo Herrero en la charla que ofreció este miércoles en el centro de salud de La Lila, en Oviedo, invitado por la Asociación de Pacientes de la Sanidad Pública y Privada de Asturias (Asencro).

Pablo Herrero, facultativo adjunto a Urgencias (un área reconvertida en gestión clínica) y responsable, a su vez de llevar la docencia, la formación y la investigación del servicio, no es de los médicos que riñen a los pacientes por ir a urgencias. «Se supone que si una persona acude al hospital es porque entiende que necesita cierta inmediatez en la atención o, porque está preocupado». De hecho, de los más de 110.000 enfermos que acudieron a lo largo del pasado año, apenas un 0,7% fue lo que ellos llaman un código azul, el equivalente a una nimiedad.

En problema, dice, no está tanto en el aumento de la demanda (para lo que habría que hacer una importante labor de educación sanitaria) sino en establecer prioridades en la atención sanitaria. «No es lo mismo un infarto o sospecha del mismo, que una gripe», sin embargo, a la hora de pasar el llamado triage (calificación de los enfermos en función a su estado clínico) «un cólico nefrítico puede requerir casi la misma rapidez que una sospecha de ataque cardíaco».

Cinco son los colores, explica Herrero, por los que son seleccionados los pacientes cuando llegan a Urgencias del HUCA. Rojo para lo que no puede esperar, lo que se entiende como una urgencia vital; naranja para casos que no deberían esperar más de diez minutos en ser vistos por el médico; amarillo para los enfermos cuya situación puede esperar al menos una hora; verdes para los que pueden aguardar dos horas y azul para el resto-

Los años que lleva en Urgencias del HUCA, así como los estadísticas, le han llevado a saber que los lunes son los peores días pues es cuando más enfermos acuden y, los sábados, los mejores, ya que la presión asistencial «baja bastante». En cuanto a las horas, el pico se sitúa entre las 11 y 12 horas de la mañana, y también a partir de las cuatro. Los días posteriores a un puente «son horrorosos». Las estadísticas no dejan lugar a dudas: los días de récord en el HUCA fueron el 26 de diciembre y el 2 de enero, con 440 pacientes diarios.