Trabajador, familiar y austero: así retratan a Cascos los testigos llamados por su abogado
El expresidente del Principado tuvo que ser trasladado al HUCA por problemas de salud y no siguió un juicio en el que se aseguró que regaló un coche al partido, comía bocadillos de lomo hechos por su chófer y hacía miles de kilómetros para repasar los deberes de sus hijos
Francisco Álvarez-Cascos tiene amigos, excompañeros de partido y extrabajadores capaces de declarar en un juicio bajo juramento que en su etapa al frente ... de Foro Asturias era, sobre todo, un tipo trabajador, austero y preocupado por su familia. Así lo han aseverado esta mañana los diez testigos convocados por su abogado y que han intervenido en la cuarta sesión del juicio abierto para dilucidar si el expresidente del Principado cometió el delito de apropiación indebida del que le acusan el fiscal y el abogado del partido. Ha sido una vista que avanzó sin el procesado sentado en el banquillo por un problema de salud. Según relató su abogado, Luis Tuero, su cliente sigue un tratamiento de diálisis peritoneal, «ha pasado mala noche, está con vómitos y mareos», motivo por el que pidió dispensarle. Los magistrados de la Audiencia Provincial pidieron que lo revisara un médico forense, que dictaminó que dados sus antecedentes fuera trasladado al HUCA.
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Así que con el protagonista ausente, los testigos fueron componiendo un retrato favorable. Antonio José González fue chófer de Foro, cinco años y medio, un tiempo en el que hizo «un millón de kilómetros». Sobre todo se encargó de llevar a Álvarez-Cascos dos días por semana a Madrid, los martes y jueves, para atender a sus obligaciones como padre. «A veces le preparaba un bocadillo antes de salir, con pan y lomo del Alimerka, y eso es lo que cenaba. Nunca nos sentamos en un restaurante», declaró. La suya era «una oficina con ruedas» en la que el político se pasaba «todo el tiempo trabajando». Se había instalado un flexo y un cargador de ordenador. Si el conductor estaba cansado «me daba relevos» al volante.
Aseguró que el partido compró en Ávila un vehículo «porque eran conocidos de Álvarez-Cascos y hacían precio», que «nunca» lo llevó en viajes de placer, y que una vez «hicimos un viaje a Estepona (Málaga), un día con vuelta al día siguiente, para ver a unos familiares». El exempleado de Foro detalló que la sede del partido en Madrid existía, que en esos despachos recogió material promocional de la formación para un mitin en un hotel y que en el despacho que usaba Álvarez-Cascos, que era de «unos 18 o 20 metros cuadrados», «había un sofá que se transformaba en cama. Cuando se cerró la sede lo llevé hasta la sede del partido en Oviedo». Plegado, cabía «perfectamente» en el maletero del Subaru que utilizaba. En la puerta de la oficina el letrero que ponía era el de Cincualium.
Javier Canal, uno de los fundadores del partido, aseguró que se le informó de que la condición que había puesto Álvarez-Cascos para liderar la formación era «mantener las mismas retribuciones que tenía en aquel momento, una condición lógica y natural. No hubo nada escrito, fue un acuerdo verbal y gracias a ello pasamos en cuatro meses de ser unos desconocidos a ganar las elecciones». Este empresario aseguró que tras ganar las elecciones «le donaron un vehículo a Álvarez-Cascos y él lo dio al partido». Según relató, supo que en alguna ocasión el líder de la formación acudió a La Coruña: «Tuvo alguna reunión con el señor Feijóo y alguien más. Había elecciones generales y había alguna posibilidad de concurrir juntos».
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Otro fundador, José Antonio Martínez, consideró que lo que pidió Álvarez-Cascos para ponerse al frente «no era una cosa desproporcionada». «Recuerdo que iba dos veces por semana a ver a sus hijos y repasar los deberes», anotó. Este empresario abrió un negocio hostelero en Madrid, cerca de las oficinas objeto de la polémica. «La gente del partido venía a comer habitualmente», dijo. «Yo sabía que Álvarez-Cascos era el dueño de esos locales» que se usaban como sede del partido, «se habló en la comisión directiva, era público y se sabía lo que se pagaba por ellos». Según dijo, estuvo varias veces en las dependencias.
Carmen Sela recuerda que en aquellos tiempos de fundación «estábamos todos encantados de que viniera, sabíamos que había puesto como condición no perder nivel adquisitivo y estábamos todos de acuerdo. Sin él no habríamos conseguido todo lo que logramos». Confió que una vez Álvarez-Cascos acudió a Villaviciosa con su entonces mujer, María Porto, y «no nos dejó invitarle, pagó a tocateja lo que le correspondía». No vio inconveniente en que el partido alquilara unos despachos en Madrid de la pareja porque «la mayoría de las sedes del partido eran de gente del partido, que te hacía el favor de alquilarlo a un precio más bajo». Según reiteró, la existencia de esas dependencias era comentada en las comisiones directivas, en las charlas de antes y después. «Enrique Lanza me dijo que aparcaba ahí, nunca me dio por pensar nada raro».
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A José Ramón Campo lo ficharon cuando tenía su propio partido en Allande, y después de que a una reunión para presentar el proyecto de Foro dijera que «no necesitábamos nuevos mesías», evocó. Asegura haber oído hablar de la sede en Madrid «cientos de veces» porque era un tema «polémico». La controversia que recordaba es que «había mucha gente que quería que diéramos el salto a la política nacional y europea, y otros que no. Se debatía mucho esto».
Fue diputada y senadora del partido Rosa Domínguez de Posada. Aseguró que su entonces compañero, Isidro Martínez Oblanca, le confió a toro pasado un «remordimiento». Inicialmente su idea era aprovechar más la sede de Madrid y hacer trabajo en la capital de lunes a viernes para lograr una implantación territorial del partido en dicha comunidad. Es un deseo que, aseguró la testigo, se fue al traste al enfermar la madre de Martínez Oblanca. Al final «iba a Madrid justo antes de los plenos y volvía después» para atender a su madre. Domínguez de Posada deslizó otro dardo a los denunciantes: «A mí el señor Lanza me dijo que la sede le venía muy bien para aparcar cuando iba al Bernabéu». Sobre el procesado hoy ausente dijo que «se dedicaba las 24 horas al partido, trabajaba por todos, a mí me ayudaba en temas de alcaldía y del senado, continuamente».
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