El uso del local alquilado por Foro Asturias en Madrid, punto contradicción entre los testigos
La exmujer de Francisco Álvarez-Cascos declara que se cruzaba habitualmente con «gente de Foro», incluido Enrique Álvarez Sostres, quien asegura no haber visitado «jamás» ese local y desconocer su existencia. Oblanca reconoce su uso puntual, pero meses después de que se alquilara
El local alquilado por Foro Asturias durante casi dos años a una empresa vinculada a la exmujer de Francisco Álvarez-Cascos, por la que ... el partido abonó 173.855 euros, y que la actual dirección asegura que se usó como tapadera para desviar fondos del partido al patrimonio familiar de quien fuera su máximo líder, está generando numerosas contradicciones entre los testigos que están declarando en el juicio por apropiación indebida contra exdirigente político. De un lado, su exmujer, María Porto, que testificó desde Madrid por videoconferencia, afirmó sin titubeos que el despacho -inicialmente individual y luego doble- era usado habitualmente por dirigentes y militantes de Foro. «Me cruzaba con gente de Foro por el pasillo que conocía porque les había ayudado en campaña. No sé lo que hacían en el despacho, pero subían y bajaban. Venía gente de Madrid y a veces de Asturias». Porto aseguró haber coincidido en estas dependencias, donde también tenía ubicado su propio despacho, con los exdiputados Isidro Martínez Oblanca y Enrique Álvarez Sostres e, incluso, manifestó que el vicesecretario de Implantación Territorial, Enrique Lanza, «venía mucho por Madrid y utilizaba la plaza de coche. Aparcaba al lado mío».
La declaración de Porto entra en contradicción con el grueso de los testigos que han declarado hasta el momento en el juicio, que dicen desconocer la existencia de esta sede, incluidos los propios Sostres y Lanza, quienes aseguran no haber tenido conocimiento de ella y, por lo tanto, no haber hecho uso de la misma. «Jamás», dijo Sostres. Éste, de hecho, relató con todo tipo de detalle cómo Álvarez-Cascos le habría informado personalmente de su intención de alquilar esta sede en marzo de 2013 como medida para resolver la «delicada situación económica» que atravesaba su familia y que él mismo le desaconsejó unos días después, vía email, llevar a cabo aquella operación porque podía afectar «al orden moral y legal». Sostres asegura que después de enviar aquel correo electrónico Cascos no volvió a tratar el tema y que fue, en 2019, a raíz de la auditoría encargada por los actuales dirigentes del partido, cuando tuvo conocimiento de que el alquiler no sólo se había llevado a cabo, sino que se había firmado seis meses antes de su conversación con el expresidente del Principado.
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Sostres manifestó incluso que esta sede no era necesaria porque Foro carecía de estructura política en Madrid y, cuando el abogado de la defensa, Luis Tuero, le cuestionó por sus declaraciones políticas de la época, en las que incidía en la proyección del partido en la capital, el exdiputado respondió con un «en campaña se dicen muchas cosas», desatando las risas de los presentes en la sala. Isidro Martínez Oblanca, el único testigo que hasta el momento ha asegurando mantener una relación de amistad con el acusado, sí confirmó el uso por su parte del local, aunque de forma no puntual y no continuada. Al contrario que Sostres, Oblanca reconoce que consideró oportuno el alquiler de la sede para atender las necesidades del partido en Madrid, aunque asegura que no supo de su existencia hasta la «primavera de 2013». Esto es, meses después de su alquiler. Como ejemplo aseguró que aquellas dependencias se utilizaron para preparar la campaña de las europeas de 2014, si bien admitió que el candidato, Argimiro Rodríguez, nunca lo pisó.
Sobre este asunto, y en contradicción con la declaración inicial del propio Cascos, quien fuera secretaria general de Foro, Teresa Alonso, explicó que fue el entonces presidente del partido quien le pidió que firmara el contrato para alquilar de dicho local, «y yo se lo firmé, por su puesto». «No puedo recibir a la gente en hall de hoteles», asegura Alonso que le argumentó el propio Álvarez-Cascos.
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