Coronavirus en Asturias | María José Villanueva: «Necesitamos reforzar el equipo de rastreadores, aunque ahora no hay atasco»

Veterana profesional sanitaria, María José Villanueva Ordóñez (Oviedo, 2 de mayo de 1967) lleva toda su carrera alternando la labor de médico de emergencias con diferentes puestos de responsabilidad como la jefatura del SAMU y la dirección médica del Hospital Álvarez-Buylla. Esta versatilidad hizo que el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, le plantease coordinar y planificar los procesos relacionados con la COVID-19, es decir, liderar al equipo de rastreadores cuyo objetivo es detectar los posibles casos sospechosos de la enfermedad en Asturias y contener así la pandemia.

-Una semana en el cargo. ¿Cómo lleva pasar de ser médico del SAMU a coordinar los rastreadores de la COVID-19?

-Ha sido un aterrizaje un poco sorpresivo... Buscaban a alguien que conociese los intríngulis de los servicios centrales y de la gestión además de los de la asistencia pura. Y yo tengo ese perfil mixto. Llego muy animada y con mucha humildad.

-En estos momentos hay cerca de 100 rastreadores, ¿son suficientes?

-Ahora mismo no tenemos atascos en la gestión del rastreo, pero por la tendencia que presenta el virus necesitamos crecer y reforzar el equipo. Con la COVID hay que estar continuamente redimensionando las necesidades. Este es otro gran reto para mí, la planificación de los recursos humanos en relación al rastreo y a la vigilancia de la COVID.

-¿En qué consiste el trabajo del rastreador?

-El proceso de rastreo es muy importante en la COVID. En cuanto hay un caso positivo confirmado los rastreadores buscan activamente los contactos estrechos de esa persona afectada ya que puede ser una potencial fuente de transmisión de la enfermedad. Para ello se necesita hacer una entrevista que permita identificar a esos contactos e informarles después y solicitar que se les practiquen las pruebas correspondientes.

-Es una contrarreloj...

-Totalmente. El objetivo es poder establecer los diferentes círculos de contacto derivados del caso lo más rápido posible para contener la expansión del virus.

-¿Cómo reaccionan estas personas cuando las llaman?

-Bien, la mayoría presta una colaboración total. Se les llama por teléfono y se les explica que está en una lista de contactos un caso positivo, se les pregunta cómo se encuentra, les explicamos cuál es el protocolo que hacemos... Entonces, en general, la gente está siendo muy colaboradora y educada, aunque siempre excepciones, claro.

-El propio presidente Barbón apelaba hace unos días a la responsabilidad.

-Sí, porque es cierto que hay ocasiones en que algunas personas se muestran reticentes a dar información o a decir la verdad de con quién estuvieron tomando algo, por ejemplo, porque no quieren comprometer a terceras personas. Pero hay que entender que esto es muy serio y está en juego la salud, incluso la vida de algunas personas.

-¿Y en cuanto al seguimiento?

-Una vez que localizamos a los contactos, nosotros pasamos el listado de esos contactos estrechos al gestor de casos del Área Sanitaria correspondiente. A partir de ahí, Atención Primaria se pone en contacto con la persona y le dice cuándo tiene que ir a hacerse la prueba PCR y dónde. Lo cierto es que la casuística es tan variada que nunca funciona de modo idéntico, pero nuestra labor es hacer más llamadas a estas personas para hacerles seguimiento, programar la PCR de control y, finalmente, cerrar la cuarentena. Si da positivo, Primaria hace el seguimiento.

-La cuarentena se mantiene aunque dé negativo en la PCR ?

-Hay unos protocolos que establecen los expertos de vigilancia epidemiológica y de Salud Pública. En función del caso concreto y de los días que han pasado desde el contacto con el caso positivo, se establece la duración de la cuarentena, que no es siempre de 14 días. También hay que analizar cuándo se produjo el contacto, cuál es la situación concreta, cómo y dónde se hace el aislamiento durante cuánto tiempo... Porque no es lo mismo como que se practique una PCR entre el tercer y quinto día del contacto, a que ya hayan pasado diez días porque, la persona te identificó tarde y la localización se hizo después. Todo eso depende de cada caso.

-¿Y si alguien niega a someterse a la PCR o a la cuarentena?

-Se le vuelve a informar y si es necesario se solicita la intervención de las fuerzas de orden público con carácter informativo. De ahí, para arriba ya entran en un procedimiento más complejo con intervención de autoridades.

Dificultades

-¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentran?

-A veces que la lista de contactos del caso esté bien, tenga teléfonos actualizados... Muchas veces la gente recuerda que estuvo tomando un café con tal o cual, pero no tiene el teléfono de contacto y hay que localizarlo. Otro problema es que hay tantos intervinientes y tantos circuitos en relación con la COVID que a veces no duplicar tareas u optimizar la información es complicado y no se aprovechan todo lo bien que deberíamos los circuitos de información. Es uno de los temas de los que tengo que ocuparme.

-¿Cómo se puede solucionar?

-Hay que hacer mapas de todos los procesos que se están haciendo en la organización, tanto en consejería como en el Sespa, para saber cuántas personas hay trabajando en esto y comunicarnos mejor para facilitarnos el trabajo. Para mí este es el gran desafío y no tanto montar una red de rastreadores muy buena, que la hay y se puede mejorar, sino coordinar muy bien todos los procesos relacionados con la COVID para no duplicar esfuerzos ni dejar espacios vacíos o tener desconocimiento de otras cosas que se están haciendo en el sistema.

-¿Como qué?

-Por ejemplo, si desde Atención Primaria se llama a un caso, poder saberlo para que el rastreador no llame después para decir lo mismo o si sale el resultado de una PCR negativa y lo comunico yo te evito a ti tener que trabajar en esto y cerrar la ficha.