Cruz Roja culmina con éxito la formación de los nuevos socorristas marinos de Castrillón

Puede que su presencia sea cotidiana, incluso poco perceptible, para los bañistas que, verano tras verano, disfrutan del litoral castrillonense. Sin embargo, esa familiaridad no resta a la profesión de socorrista en playas ni un ápice del riesgo y de la responsabilidad que entraña. Así lo ha constatado la decena de jóvenes, ocho hombres y dos mujeres, que, tras dos meses de preparación, ha completado la formación en dicha materia, impartido por Cruz Roja a instancias del gobierno municipal. Una instrucción que les permitirá reforzar una plantilla mermada desde hace años.

Bajo la tutela del monitor Iván Ibáñez, los retos a los que han tenido que plantar cara para obtener el aprobado son dignos de una unidad de operaciones especiales. Buceo y rastreo de náufragos a distancia, remolque de personas, buceo y natación... Con el añadido a última hora del uso del desfibrilador. Pruebas en las que, a menudo, la voluntad, y no el físico o los conocimientos, marca la diferencia entre el éxito o el fracaso. La exigencia, no obstante, está justificada; en sus manos tendrán las vidas de aquellos a los que deban ayudar.

«Tuve una lesión de cadera, y en la prueba de remolque salí del agua llorando, decidido a tirar la toalla», recuerda Fernando Garrido, quien ayer, junto con sus compañeros, recogió el diploma acreditativo en el Ayuntamiento. Por suerte, sus propios redaños y el apoyo de sus compañeros evitaron que tomase esa decisión. «Somos un grupo muy sólido y compenetrado; ha sido muy 'guay'», apuntaba Celia Santiago.

Los ediles de Empleo, Inmaculada Carreño, y de Deportes, Roberto Santiago, se encargaron de repartir los documentos. Por su parte, Berta López, vicepresidenta de Cruz Roja, no escatimó elogios, y les deseó que «ojalá tengáis pocas intervenciones».

• Temas
• Principado de Asturias
• Castrillón