Siete fósiles únicos en el mundo para el Muja

El Museo del Jurásico de Asturias (Muja) confirmó ayer que su colección es «la primera de Europa y la tercera del mundo» con la incorporación de siete nuevas piezas «raras» que pasan a integrar la exposición permanente del centro ubicado en Colunga. A las 4.700 piezas con las que cuenta el museo se suman ahora estos fósiles recuperados en los últimos años en la llamada 'Costa de los Dinosaurios', franja del litoral asturiano que se extiende entre Gijón y Ribadesella.

Entre las piezas que ayer salieron a exposición, la 'joya de la corona' es un esqueleto parcial de ictiosaurio de 190 millones de años de antigüedad que pasa por ser el ejemplar más completo localizado hasta la fecha en la Península Ibérica. El fósil, con una longitud aproximada de 3,5 metros, fue hallado en la ensenada de La Conejera, en la localidad maliaya de Selorio. También de Villaviciosa proceden las huellas de dinosaurio ornitópodo encontradas en Argüero, que representan la primera evidencia mundial de esta especie en el Jurásico Superior. Entre los descubrimientos curiosos que ahora se exhiben al público se encuentran los montones fecales producidos por gusanos Jurásicos, única muestra fosilizada de todo el mundo. Otro tipo de fósil, el caparazón de una tortuga marina procedente de la playa colunguesa de La Griega pasa también a formar parte de la nueva sala dedicada al Jurásico asturiano. El que por el momento debe aguardar en los fondos del Muja es el esqueleto parcial de ornitópodo hallado en Quintueles, ya que el equipo científico continúa trabajando sobre el original mediante tomografías «para verlo en tres dimensiones», explicó el director científico del museo, José Carlos García-Ramos. A mediados de diciembre, añadió, está previsto que dos científicos alemanes se trasladen a Asturias para estudiar en detalle la pieza, de la que el público puede disfrutar en la sala en forma de réplica.

Para la recuperación de este fósil, en 2012, fue necesaria la intervención del helicóptero del Ejército de Tierra debido al peso del bloque de arenisca en el que se encuetra incrustado, de más de tres toneladas. Del éxito de la operación son en buena parte responsables dos de los más estrechos colaboradores voluntarios del Muja, los gemelos Gerardo y Teo Morís, que ayer recordaron el arduo proceso de colocar los anclajes a la pieza y los momentos de tensión vividos al verla elevarse en el aire. «Era como un caldero lleno de agua, si el asa se rompe se va todo al suelo», recordaron. Otras dos ciudadanas, Victoria Álvarez y María Paz Cifuentes, han contribuído también a que los fósiles reposen hoy en el museo. El suyo, contaron, fue un hallazgo casual mientras bajaban a pescar. «Vimos aquello allí y nos llamó la atención. Nos pareció que era algo importante y avisamos. Y sí que era importante», celebraron las dos mujeres junto al fósil descubierto en la costa de Villaviciosa.

La singularidad de la colección del Muja «no es solo por el número de ejemplares sino por la excelente conservación», valoró García-Ramos. Ante la cantidad de piezas que atesora el museo, el director científico apuntó en presencia del viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez, la necesidad de «ir pensando en ampliar» la instalación. Ante «una disposición en la que no es fácil hacer añadidos», las opciones que baraja el director científico es la de incorporar vitrinas en la sala central para exhibir los bivalvos de agua dulce, que permanecen en los fondos del museo.

Los descubrimientos científicos van, además, respaldados por el éxito entre el público. Este 2017 «llevamos 12.000 visitantes más que el año pasado», apuntó la concejala colunguesa Sandra Cuesta. La cifra dada ayer a conocer sitúa la afluencia al centro por encima de las 160.000 personas.