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«SOS» del campo en Madrid: un mundo rural «en coma» toma las calles por su supervivencia
Una marea naranja de más de 400.000 manifestantes, según los organizadores, personas agricultores, una petición de auxilio al Gobierno | A la concentración se han unido quince autobuses que partieron desde Asturias
Susana Tejedor, Edurne Martínez y Melchor Sáiz-Pardo
Gijón | Madrid
Domingo, 20 de marzo 2022, 11:14
Decenas de miles de personas -más de 150.000, según las estimaciones de Delegación y 400.000 según los convocantes- han inundado el centro de Madrid en la «mayor protesta que se ha visto en la capital española, una cita histórica», según los asistentes. Una marea de gentes de lo más ecléctica movilizada por la plataforma '20Mrural' ha tomado el corazón de la ciudad desde primera hora de la mañana, mucho antes de que a las 11 comenzara la gran manifestación frente al Ministerio de Agricultura, en Atocha.
«Un éxito sin precedentes», a juicio de los representantes asturianos que acudieron en 15 autobuses y decenas de particulares que se desplazaron en sus coches, en avión o en tren. Agricultores, ganaderos, cazadores y representantes del mundo del toro, unidos en defensa del campo asturiano, y dejando claro la necesidad de «medidas urgentes» para que el campo «siga adelante».
Los gritos contra el Gobierno, que han sido muchos, también se han mezclado con peticiones desesperadas de auxilio. Un «SOS» para no dejar «morir el mundo rural», «asfixiado» en los años y meses por el aumento de los carburantes, de la electricidad, de las materias primas y de la sequía y también en las últimas semanas y días por el aumento de precios del cereal para las bestias por la invasión de Ucrania y la huelga de los transportistas que impide sacar a los mercados la producción del mundo rural.
El objetivo de los convocantes de que conseguir una protesta masiva y transversal se ha logrado sin problemas. Pocas manifestaciones en España han concitado la respuesta de tantos colectivos como los que se han visto este domingo sobre el asfalto del Paseo de la Castellana: agricultores, ganaderos, regantes, pescadores, cazadores, gentes del mundo del toro, pequeños empresarios de turismo rural, apicultores...
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Diferentes profesiones y diferentes orígenes, porque este domingo en la principal arteria de Madrid ha sido imposible no encontrar la bandera de una comunidad autónoma, aunque predominaban las enseñas nacionales y los estandartes de los gigantes sindicales del campo, COAG, ASAJA y UPA.
Desbordada por la participación, Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG Asturias, volvió a insistir en España debe «salir de esta situación». «Hemos demostrado de nuevo que somos muchos los que queremos rescatar al campo, pero ya hemos cumplido con nuestra parte; el Gobierno debe hacer ahora la suya», ha dicho.
Y para Ramón Artime, presidente de Asaja Asturias, este domingo ha quedado claro que «el mundo rural está unido». «Somos muchos los que generamos riqueza», ha clamado.
A bordo de 45 tractores, de varias carretas, de burros o a caballo, rodeados de gallinas, vacas u ovejas y tras el lema 'El Mundo Rural despierta' las consignas, gritos y pancartas han sido tan variadas como los colectivos que participan en esta marcha histórica. Aunque la plataforma '20Mrural' ha insistido en su carácter apolítico, lo cierto es que es visible la presencia de conocidos rostros de la oposición como los 'populares' Cuca Gamarra, Fernando López Miras o Esteban González Pons; el líder de Vox, Santiago Abascal (que vuelve a las calles tras la concentración de su partido el sábado en Madrid para protestar por la carestía de precios) ; o Edmundo Bal de Ciudadanos.
'Marea naranja'
Las críticas y ataques al Gobierno de Pedro Sánchez también se han visto y escuchado por doquier. «Gobierno de lobos, pueblo de Borregos», «fuera los ministros que atacan el campo», «Podemita y ecologista de salón, vente a vivir al pueblo como vivo yo» ... Particularmente duros con el Ejecutivo socialista han sido sobre todo los cazadores. La 'marea naranja', el color elegido por el colectivo cinegético, tiene entre «ceja y ceja» la 'Ley de bienestar animal' y «las restricciones al mundo de la caza», que «amenazan con acabar para siempre con miles de puesto de trabajo en un medio rural que ya estás en coma». Las voces contra los partidos que apoyan la prohibición de la caza del lobo también se han dejado oír fuerte, casi tanto como la de los profesionales que viven del toro de lidia, que tampoco ahorran embestidas a los dos partidos del Ejecutivo central.
«Aquí el 80% somos cazadores», reconocía Valentín Morán, presidente de Federación de Caza del Principado de Asturias, un colectivo que se manifiesta contra el anteproyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, las políticas anticaza, el nuevo Real Decreto de Núcleos Zoológicos, la modificación del código penal, la prohibición de la caza de la tórtola, el silvestrismo, inclusión del lobo en Lespre y la caza en parques nacionales, entre otras.
Pero más allá de reivindicaciones más o menos políticas, los mensajes eran gritos desesperados de gentes que no ven la forma de salvar su modo de vida si no cambian las cosas, las leyes y la forma de mirar a la economías del campo. «Ganaderos contra las cuerdas», «Nos están matando de hambre», «En defensa del olivar y sus socios», «Soy mundo rural y soy tauromaquia», «La supervivencia del campo es de todos»... Un esqueleto sobre el que cuelga un cartel con la leyenda «Agricultor español, SOS» y una esquela que anuncia la «Muerte de don Mundo Rural tras 10.000 años de vida», resumen graficamente la inquietud que se respira por doquier.
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Llamadas de atención de unos trabajadores que han dejado también claro en la gran ciudad que no quieren que los urbanitas ni regalen nada porque, como recordaba una de las pancartas más recurrentes, «Si el campo muere, la ciudad no come». «Queremos soluciones, no subvenciones» o «Por un mundo rural vivo y sin limosnas», son otros los carteles y lemas que se han dejado ver y oír por todo el recorrido. Esos poco más de 4 kilómetros que separan la Plaza del Emperador Carlos V, frente al Ministerio de Agricultura en Atocha, hasta la Fuente de San Juan de la Cruz, a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica, se han llenado de colorido, pero el ambiente no era festivo. La zozobra de los manifestantes se percibía, incluso por encima de las tamborradas y el constante ruido de los cencerros que acompañaban la marcha desde el inicio.
La manifestación estaba prevista desde hace meses, pero las subidas de precios de materias primas, carburantes y energía que se están experimentando desde principios de año no han hecho más que agravar la situación de miles de familias del sector agrario y ganadero. Por eso se esperaba que esta manifestación fuese una cita «histórica» y multitudinaria, con más de 1.500 de autobuses procedentes desde todos los puntos de España.
«Es el momento de unir nuestras voces frente a unas políticas ineficaces que están dando la espalda a quienes trabajan día a día para llenar las neveras de todos los españoles y para cuidar de un medio ambiente que todos necesitamos y del que todos disfrutamos», aseguraban desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
Ha sido la primera vez que nueve asociaciones diferentes y con intereses diversos se unen para reclamar sus derechos. Se trata de Asaja, COAG, UPA, la Oficina Nacional de la Caza, la Alianza Rural, Real Federación Española de Caza, Federación de Regantes de España, la Unión de Criadores de Toros de Lidia y Cooperativas Agro-alimentarias.
El 20M Rural ha recalcado el carácter apolítico de la manifestación porque quieren que los únicos protagonistas sean los agricultores, ganaderos y el mundo rural en su conjunto. En su manifiesto conjunto, han exigido un plan de choque al Gobierno por la subida de precios de la energía, una Política Agraria Común (PAC) justa o la aplicación de la Ley de Cadena Alimentaria, que aunque se reformó para no poder vender a pérdidas denuncian que no se está cumpliendo.
Desde el Gobierno defienden sus políticas y aseguran que muchas de estas reivindicaciones ya se están cumpliendo. En una entrevista a este periódico, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, aseguró que el sentimiento de fondo de la movilización es que «el mundo rural quiere ser escuchado ya que fueron esenciales en los momentos más duros de la pandemia». Además, anunció que su gabinete espera que Europa otorgue «una buena dotación» de fondos para mitigar las «dificultades» que atraviesa el campo.