El futuro incierto del estuario del Eo
El cambio climático, la construcción del Puente de los Santos y el dique de Ribadeo, claves en el descenso del número de aves según los expertos
ROSANA SUÁREZ
CASTROPOL.
Lunes, 22 de febrero 2021, 00:50
Los censos anuales de aves invernantes, así como las observaciones fuera de los censos en la ría del Eo sirven para descubrir las tendencias de las poblaciones. Desde los años noventa, más de 100.000 individuos de un centenar de especies han sido contabilizados en el estuario. En consonancia con lo que sucede en el resto de Asturias y de España, se viene observando una tendencia a la baja en el número de aves. «Parece claro que el cambio climático está afectando a las aves invernantes que ahora permanecen en latitudes más altas sin desplazarse tan al sur como lo hacían anteriormente. Hay un declive generalizado en su número, no solo en el Eo, sino en la totalidad en los humedales de la península», explica Gilberto Sánchez Jardón biólogo y experto ornitólogo. A pesar de que no afecta por igual a todas las especies, sí es una pauta general.
La singularidad de la ría, considerada como la principal área asturiana de hibernada y reposo migratorio de las poblaciones europeas de aves, reside en el número de patos. Entre los más numerosos se encuentran el silbón europeo (mareca penelope), el ánade azulón (anas platyrhynchos ), el ánade rabudo (anas acuta) y la cerceta común (anas crecca).
«Los números de ánade rabudo en la década de los ochenta y principios de los noventa, con cifras de entre 900 y 1000 individuos, fueron una de las causas de la inclusión de la ría en el listado de lugares con importancia internacional para las aves», detalla Sánchez Jardón. Un acuerdo de ministros en 1994 aprobó su inclusión en la lista de Humedales de Importancia Internacional. «Por entonces, el número de ánatidas invernantes se situaba entre los 4.000 y 5.000 ejemplares, cuando hoy no se llega a los 2.000», añade. En cuanto a las aves limícolas, destacan el zarapito real (numenius arquata), que se puede encontrar a lo largo de todo el año y con un descenso en su número «muy acusado» en el último lustro. Destaca también el correlimos común (calidris alpina), con números «muy fluctuantes».
Entre las especies que faltan hoy en día en la ría del Eo figuran los patos buceadores o porrones, como el porrón europeo (aythya ferina), con «buenos números» en la década de los ochenta y ahora desaparecido, o el porrón moñudo (aythya fuligula), que «nunca fue abundante pero ahora es esporádico». «Estas aves han sufrido un declive muy fuerte como invernantes en toda la península», detalla. Algo similar ocurre con las fochas (fulica atra), abundantes en los años ochenta y que fueron declinando a lo largo de los noventa, ahora son «esporádicas».
Los biólogos coinciden en que el período de invernada se ha acortado. Es decir, las aves llegan más tarde y se van antes. En cuanto a su reproducción, el número de especies reproductoras en la ría es «muy bajo».
Factores locales
No solo el cambio climático está provocando alteraciones en las aves. Factores locales concretos están alterando la dinámica del agua y afectan al fondo de la ría y a las comunidades de plantas bentónicas que son el alimento principal de las anátidas. «Tras la construcción de infraestructuras como el Puente de los Santos o la escollera de Ribadeo se produjeron caídas abruptas en el número de determinadas especies como el Ánade rabudo (Anas acuta) o el Silbón europeo (Mareca penelope), entre otras», explica Sánchez Jardón. «Coincide todo con la construcción de esas dos infraestructuras. Hay una alteración que ha provocado que ahora haya cifras ridículas en cuanto al número de fochas y ánades rabudos invernantes», agrega el presidente de la Coordinadora Ornitológica de Asturias (COA), Adrián Vigil.
Las parrillas para el cultivo de ostras, según estos expertos, también pueden estar actuando como «trampas» de sedimentos que alteran el tipo de fondo.