«¿Cómo no pudieron bajar a una persona de un balcón a dos metros en dos horas?»
La familia de Miguel Suárez, el vecino de Villademar que falleció en el incendio de su casa, se queja de errores y valora acciones judiciales
Todo es dolor e indignación en la familia de Miguel Suárez Díaz, el vecino de Villademar (Cudillero) que el pasado jueves ... de madrugada perdió la vida en el incendio de su casa. Sus seres queridos todavía no dan crédito de lo ocurrido, pues para ellos lo que pudo haber sido un rescate sencillo y sin complicaciones terminó de la peor manera. Pedro Suárez, uno de los dos hijos del fallecido, ejerció ayer como portavoz de la familia, y aseguró, con profunda rabia e impotencia, que «las cosas no se hicieron bien». Se preguntaba Pedro «¿cómo no pudieron los bomberos bajar a una persona de un balcón de dos metros de altura, sino hasta dos horas después?».
En medio de lo que él mismo describe como «un duelo terrible», Suárez saca fuerzas de dónde no las tiene para contar que su propio padre, dos horas antes de morir y ya con humo en su vivienda, «hablaba desde el balcón con los vecinos y era él quien los tranquilizaba, e incluso estaba bromeando». Y no bromeaba porque no hubiese peligro, «sino porque él estaba seguro de que lo iban a rescatar», explicó, emocionado.
Este hijo de Miguel, roto de dolor, afirma sin titubeos que fueron varios errores de los servicios de emergencia los que le costaron la vida a su padre, que «no murió quemado, sino por inhalación de humo. Los errores le han costado la vida a mi padre, una persona que estaba bien de todo, física y mentalmente, y que ahora mismo debería estar viva».
«Había mangueras que no tenían agua. Había bomberos preguntando a la gente de dónde coger el agua. Había escaleras que no llegaban al balcón donde estaba mi padre», dijo, indignado, Pedro Suárez, que agregó que, «una vez tengamos los informes de la Guardia Civil, la policía judicial y los bomberos, nos reservaremos el derecho de pedir responsabilidades», afirmó.
«No hay tomas de agua aquí»
El vecino de enfrente de la casa del fallecido, Enrique Fernández, también relató con dolor lo que vio a apenas unos metros de su casa. «Me despertó mi mujer poco antes de las seis de la mañana y ya estaba parte de la casa ardiendo. Todo el mundo estaba concentrado en Miguel, que estaba en el balcón esperando que lo sacasen», recordó Fernández.
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Para este lugareño, que conocía a Miguel de toda la vida, varios factores impidieron el rescate del octogenario. «A él lo estaban tratando de sacar por escalera, pero el camión de bomberos no podía pegarse al balcón porque lo impedía la verja».
El otro problema que se presentó, según explicó este vecino, fue que Cudillero carece de tomas de agua. «Cuando los bomberos se quedaron sin agua, no tenían de dónde obtenerla. Eso no pasa en las ciudades, pero lamentablemente los pueblos son así», aseguró, apenado, Enrique Fernández.
El alcalde niega que falten puntos de agua, «pero no podemos tener uno en cada casa»
Tan afectado por la desgracia de Villademar como los vecinos de la víctima, el alcalde de Cudillero, Carlos Valle, quiso precisar ayer que en Cudillero no faltan puntos de agua, sino que «el problema es que están dispersos, porque no podemos tener uno en cada casa».
Sobre las posibles causas del incendio, el regidor puntualizó que «no se sabe todavía lo que pudo haber ocasionado esta tragedia», si bien «lo que sí es seguro es que no fue por falta de agua porque los camiones estaban llenos».
Aún así, el regidor pixueto lamentó nuevamente lo ocurrido y reiteró todo su apoyo y solidaridad «para lo que haga falta» con la familia de Miguel, «un vecino muy querido por todos aquí en el pueblo», señaló.
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