Crimen en Asturias: muere un hombre tras recibir una paliza a las puertas de su casa en Ribadesella

Pasaban las 12 del mediodía cuando los servicios de emergencia recibían una llamada de una mujer pidiendo ayuda. En Cuevas del Agua, en Ribadesella, en un paraje de una enorme belleza que atrae a numerosos visitantes (estaba lleno) un hombre de 60 años necesitaba asistencia médica urgente. Era José Antonio Otero Toraño, propietario de la ganadería Maella. Había recibido una paliza en su casa, supuestamente a manos de dos hombres encapuchados y se debatía entre la vida y la muerte.

Cuando los sanitarios del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) llegaron hasta el lugar sólo pudieron confirmar su fallecimiento. Había recibido numerosos golpes, si bien la causa última de la defunción fue un paro cardiaco. En la casa se encontraba su pareja y la hermana de esta. Ambas relataron a los agentes de la Guardia Civil que dos individuos lo habían asaltado y que habían huido. Aseguraron que iban tapados y que todo había ocurrido tan rápido que no podían aportar descripción alguna.

Las dos mujeres fueron llevadas a las dependencias del instituto armado para tomarles declaración detallada. La investigación corre a cargo de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Asturias. Los agentes permanecieron durante ocho horas en la vivienda recopilando pruebas e indicios que ayuden a recomponer el complejo puzzle de las pesquisas que ahora empiezan.

El Servicio de Criminalística peinó el escenario del homicidio durante la inspección técnico policial en busca de rastros biológicos y de otras pruebas que puedan determinar si dos personas irrumpieron en esa vivienda, tal y como declaran las testigos.

La vivienda se encuentra en una carretera sin salida, en un pueblo al que se llega atravesando la conocida como la 'cuevona' y a escasos 30 metros de un bar con terraza muy frecuentado. Los vecinos y los visitantes que a esa hora se encontraban por las inmediaciones aseguraron que no vieron nada que les hiciese sospechar y que tampoco escucharon nada fuera de lo normal.

Con el propietario de la ganadería fallecido y su pareja y su cuñada en las dependencias policiales, fueron unos vecinos, Evalia y Aladino, los que acudieron a ocuparse de los animales. «No puden quedar solos, tienen que comer y beber y no sabemos qué va a pasar ahora...», explicaban. A José Antonio, conocido como 'Toño', lo definen como «un vecino de toda la vida la Cueves dedicado de pleno a la ganadería familiar, nunca dio ningún problema y tenía buena relación con todos». La casa en la que residía formaba parte de un núcleo de viviendas y cuadras que pertenencían ya a su familia. Su madre murió hace unos años y desde hacía aproximadamente tres vivía allí con su pareja. Su cuñada también pasaba temporadas con ellos y se encontraba allí cuando ocurrió el violento episodio. En los últimos tiempos la Guardia Civil intervino en ese mismo domicilio, al parecer, por problemas en el seno familiar.

Por el momento todas las vías de investigación están abiertas y sobre la mesa. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, en Oviedo, para practicarle la autopsia.

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