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«Entraron dos encapuchados y machacaron a golpes a Toño, yo no me enteré porque estaba arriba»
La cuñada del ganadero riosellano asesinado relata a EL COMERCIO: «Cuando bajé al piso de abajo él estaba en el suelo inconsciente y mi hermana abrazada a él. Todo fue muy rápido». Ambas declararon en el cuartel hasta las 5 de la mañana
«Entraron a casa detrás de Toño y les machacaron a golpes a él y a mi hermana. Yo no escuché nada porque estaba en ... el piso de arriba descansando, íbamos a bajar a Ribadesella a comprar y se llevaron los 100 y pico euros que teníamos preparados». Magdalena Berjón, la cuñada de José Antonio Otero Toraño, el ganadero asesinado ayer en Cuevas del Agua, en Ribadesella, da a EL COMERCIO su versión sobre el episodio violento episodio que acabó con la vida del hombre de 60 años.
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«Estábamos esperando a que pasase el tren de las 12 y así poder sacar a las vacas y bajar a comprar a la villa. Yo no escuché nada hasta que oí a mi hermana decir: '¿Toño, háblame, Toño, contesta!' Bajé y me los encontré a él tirado en el suelo junto a la puerta y a mi hermana abrazada a él. Estaba muy nerviosa y no me acertaba a decir qué había pasado, pero ya vi que tenían golpes los dos», relata. La pareja del fallecido, Mar, se encuentra «en estado de shock y sedada por todo lo que ha pasado». Ambas fueron llevadas al cuartel de la Guardia Civil de Ribadesella para declarar. Estuvieron allí hasta las 5 de la madrugada aportando su versión de lo ocurrido: dos encapuchados entraron en la vivienda a plena luz del día, sobre las 12 del mediodía, y sin mediar palabra la emprendieron a golpes con la pareja, enseñándose con él. El hombre entró en parada cardiorespiratoria y acabó falleciendo. La mujer tiene unas lesiones en un brazo.
«Ella no puede decir nada de cómo eran, estaba muy nerviosa, todo pasó muy rápido y solo acierta a decir que iban tapados y no vio nada ni tampoco dijeron nada», dice Magdalena, que por temporadas vivía con Toño y con su hermana. «Yo solo puedo decir que Toño no tenía ningún problema con nadie ni tampoco ninguna deuda, creemos que a lo mejor venían a robar y se llevaron 100 y pico euros. Ya hemos contado todo lo que sabemos a la Guardia Civil», abunda.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Asturias se he hecho cargo de las investigaciones. Por el momento todas las hipótesis están abiertas, con varias líneas de trabajo. Los vecinos aseguraron que no vieron a ninguna persona que pudieran levantar sospechas y que tampoco habían escuchado ruido alguno ni voces. Tampoco la hermana que asegura que estaba en el piso de arriba, ajena a esa paliza que acabó con la vida de su cuñado. «No lo oí gritar, nada, ni pedir auxilio ni nada, fue todo muy silencioso», asegura.
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Las dos mujeres han regresado a la vivienda de Cuevas del Agua, que ayer fue objeto de una minuciosa inspección ocular por parte del Servicio de Criminalística. El cadáver del ganadero asesinado permanece en el Instituto de Medicina Legal de Asturias, en Oviedo, para practicarle la autopsia. Presentaba golpes en la cabeza producidos presumiblemente con un objeto contundente.
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