Espectacular exhibición de equilibrio sobre la cuerda floja en Infiesto

El 'slackliner' Alex Schulz maravilló esta mañana a los cientos de personas que se congregaron en Infiesto para contemplar su demostración de equilibrio y valentía al caminar sobre una cinta a diez metros de altura, cubriendo la distancia entre la torre del Ayuntamiento de Infiesto y la plaza Santa Teresa.

El equilibrista acaba de vencer el certamen Memorial María Luisa, en la categoría de vídeo, y esta exhibición es una forma de agradecer a los piloñeses el galardón recibido.

El viernes, Alex se subía al escenario de la casa de cultura de la capital piloñesa para comentar el vídeo ganador, que recoge un resumen de una de sus últimas proezas, al cruzar entre dos rascacielos en la ciudad de México.

Uno de los organizadores, Román Benito, bromeó sobre la posibilidad de que Schulz hiciese alguna demostración en el concejo. Mientras el público reía la propuesta, Román insistió: «¿Cuándo? ¿El próximo mes?». Y Schulz no dudó: «¿Y por qué no este domingo?». Unos minutos después se anunciaba la cita que ayer tuvo lugar.

La demostración de esta mañana ha contado con varios elementos anecdóticos que han añadido color a un evento ya de por sí extraordinario. De esta forma, antes de dar comienzo a su paseo en las alturas, Alex fue bendecido por el párroco de Infiesto, Manuel García Velasco.

Al completar el viaje de ida hasta lo más alto del edificio consistorial, el mismo alcalde de Piloña, Iván Allende, le ha recibido y le ha hecho entrega de una bandera de Asturias, que Schulz ha colgado de su arnés para que ondease en la caminata de vuelta.

Una vez cubierta la distancia hasta el punto de partida, el alemán no ha dudado en escanciar y degustar unos culinos de sidra.

Schulz se ha mostrado feliz por el recibimiento en Piloña y en Asturias, y ha confirmado su intención de volver a nuestra tierra.

La trayectoria del 'slackliner' cuenta con numerosas muestras de lo cómodo que se encuentra caminando en las alturas. En 2014 batió el récord mundial de highline cubriendo una distancia de 375 metros, en China. En aquel entonces su cinta colgaba entre dos grandes barras de piedra caliza. Cuenta igualmente con un récord de waterline. Otra de sus hazañas le llevó a cruzar una línea, entre dos teleféricos, sobre un glaciar.

Se trata de una disciplina muy arriesgada y que precisa de unos nervios de acero. Señala que durante estos paseos es capaz incluso de «relajarse y disfrutar del entorno». El secreto está en «respirar profundamente, andar lentamente y no tener miedo al fracaso».

Eso sí, el mucho público asistente no parecía estar tan relajado como el protagonista principal. Todos suspiraron con alivio cuando Alex alcanzó su meta frente a la iglesia de Infiesto.