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Una de las piedras que habitualmente caen sobre la comarcal 261 en Amieva y Ponga. FOTOS: NEL ACEBAL

Los vecinos urgen una solución a la caída de rocas en la carretera a Beleño

Amievenses y ponguetos señalan que las barreras y mallas de contención son insuficientes y piden más seguridad al Principado para esta carretera

LUCÍA RAMOS

SAMES/BELEÑO.

Domingo, 24 de junio 2018, 01:39

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El pasado miércoles una joven profesora que se dirigía a su puesto de trabajo en San Juan de Beleño se llevó el susto de su vida cuando una roca de doce kilos cayó sobre su coche, atravesando la luna delantera y alojándose a los pies del asiento del copiloto, mientras circulaba por la carretera AS-261, en las inmediaciones de la localidad amievense de Parcia. Superado el estupor inicial, uno de sus compañeros del CRA Picos de Europa acertaba a decir lo que también ayer repetían quienes a diario transitan por esta comarcal ubicada en pleno Desfiladero de Los Beyos: «Salvó la vida de milagro, por unos pocos centímetros».

Y es que en la zona ya son muchos los sustos y accidentes que la «continua» caída de piedras ha provocado en las últimas décadas. Se han ido colocando algunas barreras y mallas de contención, pero para los vecinos de Amieva y Ponga estas medidas no son suficientes e instan al Principado a «poner solución al problema antes de que suceda una verdadera desgracia. La verdad es que pasa poco para lo que podría ser, y no debemos olvidar que ahora llega el verano y va a aumentar el tráfico en la carretera», apuntaba ayer Genaro Traviesa, vecino de la pequeña localidad de Lladeros, en Ponga.

En términos similares se expresaban Ángel Manuel González y Belén Alonso, matrimonio de Vega de Sebarga, en territorio amievense. «Lo mismo que le pasó a la chica nos podía haber pasado a cualquiera de la zona, pues circulamos continuamente por esta carretera y lo cierto es que casi siempre vemos piedras y muchas veces incluso tenemos que apearnos para apartarlas», relataron. De hecho, Ángel Manuel recordó cómo hace muchos años él mismo recibió el impacto de una pequeña piedra. «Aún tengo la marca», agregó.

También Teodoro González, residente en Parcia (Amieva), tuvo una mala experiencia en la AS-261. «Hace tres años, cuando iba con mi hijo a la feria de la Ascensión, hubo un desprendimiento y tuvimos un accidente. El coche quedó siniestro total», relató. El amievense recalcó que «tanto el Principado como Carreteras saben de este problema, pero parece que les da igual».

Luis Collado y José Antonio Llera, vecinos de Sellaño, en Ponga, se mostraron de acuerdo con estas apreciaciones y criticaron que, a su parecer, las administraciones les tienen «abandonados». «Es cierto que ya pusieron barreras y redes en algún punto, pero otros muy peligrosos, como la zona de Mestas o de Los Corredores, donde hace unos meses cayeron más de cien toneladas de piedra, siguen mal», apuntó Collado, y Llera agregó que «aunque suponga una inversión, está más que justificada. Caen piedras continuamente y es un riesgo, cualquier día pasará algo gordo, así que deberían ponerse cuanto antes a instalar barreras más altas o viseras».

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