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MIRIAM SUÁREZ
OVIEDO.
Miércoles, 2 de junio 2021, 04:44
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La presencialidad volvía ayer a los centros de salud asturianos, pero no la calma ni la normalidad. El cabreo de los médicos de familia con la Consejería de Salud es monumental y así se lo hacían saber a su titular, Pablo Fernández, a través de un escrito de protesta avalado por más de 400 profesionales. En medio de este aluvión de críticas, el consejero no tuvo reparos en defender su gestión de la Atención Primaria en el Pleno de la Junta General del Principado.
Mientras Fernández comparecía en sesión plenaria, afirmando que «hemos organizado la Atención Primaria de la mejor forma posible», el personal sanitario afectado le reprochaba su presencialidad a la carta: «Es un error que nuestro sistema sanitario no se puede permitir». Mientras él hablaba de decisiones coordinadas con los profesionales, fuera, en los centros de salud, estallaban las críticas por «no haber contado con nuestra opinión». Y mientras el consejero se deshacía en elogios hacia el trabajo realizado, los aludidos le espetaban que «menos declaraciones elogiosas y más arremangarse».
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La cuestión es que la normalidad que el Principado pretende devolver a los centros de salud viene cargada de polémica. El modelo propuesto desde el gobierno autonómico pasa, por ejemplo, por incluir en la agenda de citaciones de cada médico 18 consultas presenciales, de 8 minutos cada una. Y plantea, además, que sea el propio paciente el que decida si su dolencia requiere o no una atención directa. El modelo autonómico no contenta ni al personal sanitario ni a los pacientes, que ayer hacían cola a la puerta de los centros sanitarios con mayor presión asistencial.
«No todos los centros han iniciado la presencialidad, pero lo harán en los próximos días», matizaba Pablo Fernández en el Pleno de la Junta, donde quiso dejar muy claro que «la Atención Primaria no ha estado parada» en este año de pandemia por covid. Todo lo contrario: «En febrero de 2021 se han pasado 465.039 consultas, un 23% más que en el mismo mes del año pasado».
Si fuera del Parlamento asturiano le llovían las críticas de los profesionales de Atención Primaria, de puertas para adentro, el consejero de Salud tuvo que esquivar los dardos de la oposición. Incluso Izquierda Unida, apoyo político de los sucesivos gobiernos socialistas, le advirtió de los problemas «que la pandemia ha destapado y acentuado». El diputado Ovidio Zapico incluso llegó a reprochar a su Consejería «la desafección cada vez mayor hacia el sistema público de salud».
El Partido Popular no se quedó corto. Además de su gestión de la Atención Primaria, cuestionó sus planes de choque para frenar unas listas de espera que, según la diputda Beatriz Polledo, son alarmantes. «Sus planes de choque son humo», sentenció, al tiempo que apoyaba sus palabras en el hecho de que «duplican las de Galicia, Madrid o Valencia». Y fue más allá: «Los seguros privados no han dejado de crecer por su culpa».
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Según el consejero, sin embargo, las esperar quirúrgicas sólo aumentaron un 4% en este último año. O lo que es lo mismo: ha crecido en 836 pacientes. En cuanto a las primeras consultas, de 72.441 se ha pasado a 64.487, lo que supone un descenso del 11%. Fernández también de cifras relativas a las pruebas diagnósticas. En este caso, «aumentó la lista de espera para mamografías o resonancias y disminuyó para ecografias, escáner o colonoscopia».
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A la vista de los datos, «la situación es insostenible por su política errática. Somos la terdera comunidad autónoma con los peores datos», concluyó Beatriz Polledo, tras un duro rifirrafe con el consejero de Salud.
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