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El secretario general de la FSA, Adrián Barbón, y el secretario LGTBI de la ejecutiva federal, Victor Gutiérrez. E. C.

El presidente del Principado ingresa en el HUCA por covid y la FSA aplaza su congreso autonómico

Adrián Barbón, en estado leve, dio positivo en los test de antígenos que se realizaban como requisito para participar en el cónclave

Eduardo Paneque y clara g. santos

Gijón

Sábado, 18 de diciembre 2021, 00:52

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Lo que el jueves era imposible, se acabó llevando a cabo veinticuatro horas después. El positivo en coronavirus de Adrián Barbón cambió el criterio de la FSA sobre la idoneidad de seguir adelante con la celebración del 33 Congreso. El mismo presidente confirmaba el resultado del test de antígenos para, al tiempo, presumir de que «el riguroso control establecido, funciona». Su situación empeoró durante la jornada, lo que motivó, siguiendo el protocolo establecido, que fuese trasladado al HUCA «por prescripción médica». Tras la realización de pruebas, y a pesar de un diagnóstico «leve», se decidió mantener en observación en la planta de aislamiento por covid.

Mientras, en el Palacio de Congresos de Oviedo, la secretaria de Organización de la FSA, Gimena Llamedo, comunicaba a los medios de comunicación la decisión de aplazar la celebración del congreso. La noticia corrió como la pólvora entre los delegados que, a falta de que nadie les hubiera dicho nada oficialmente, continuaban acreditándose y realizándose los test de antígenos obligatorios. Se llegaron a hacer casi 600, y solo tres fueron positivo. No obstante, muchos de los llamados a la cita ya habían excusado previamente su presencia por motivos epidemiológicos.

Porque la cita que iba a consolidar una nueva etapa en el socialismo asturiano tendrá que esperar. Si hace cuatro años la división interna llegó a uno de sus puntos más álgidos, el congreso de este fin de semana tendría que haber supuesto la visibilización de una imagen bien diferente, de cohesión y unión interna. Y la de la reelección de Adrián Barbón como secretario general, esta vez sin ningún rival en la carrera. Lo que se toparon fue la sexta ola y un nuevo repunte de la incidencia. También de las recomendaciones, sin ir mucho más lejos, de su mismo gobierno, pidiendo que se eviten las celebraciones con aglomeraciones de gente. Ni con esas. A la FSA seguían sin parecerle el jueves argumentos suficientes. «Tiene que ser presencial», insistía Llamedo, destacando que se autoexigirían más medidas que las establecidas por la normativa. El mismo presidente, tras comunicar su positivo, habló de congreso «blindado. No hay ni ahora ni en el pasado con peores cifras un evento que cumpla más normas de seguridad», dijo. Y, de seguido, mostró su enfado con aquellos que insinúan que se estaba esperando al lunes para anunciar nuevas restricciones: «Quien me conozca a mi eso no lo puede pensar jamás, no cabe, me tengo por una persona muy seria y lo he demostrado tomando medidas muy duras que me han puesto sobre las cuerdas. ¡Qué poco me conoce, quien piense eso! Además se califica solo». También reiteró que no le temblará el pulso con aquello que Salud proponga aprobar «aunque me cueste el cargo».

Una vez conocido el positivo de Barbón se acabó convirtiendo en posible lo que no lo era: el aplazamiento. «Hemos tomado esta decisión excepcional ante una situación excepcional», comunicó Gimena Llamedo instantes después de haber recibido luz verde de Ferraz para posponer la cita hasta el año que viene. Por el momento no hay fecha ni una hoja de ruta ya fijada sobre los próximos pasos. La opción telemática no es una posibilidad porque no lo permiten los estatutos.

Hasta que se celebre este 33 Congreso se mantendrá la dirección política. De hecho, Gimena Llamedo será el cargo más algo en la organización dado el ingreso de Adrián Barbón. Esto también afecta al Ejecutivo. El vicepresidente Juan Cofiño ejerce de presidente en funciones en estos momentos. Hace ocho meses no fue necesario que asumiese la Presidencia del Principado de forma provisional, dado que Adrián Barbón recibió el alta a las pocas horas de haber ingresado en el HUCA. Sucedió tras participar en el Día del Libro y sentir un «dolor muy fuerte». Según se comunicó después se debía a una gastralgia.

Nada hacía ayer presagiar ese final en Oviedo dado el empecinamiento que se había mantenido hasta, literalmente, una hora antes de la inauguración oficial del congreso. El desalojo del Palacio de COngreso fue pausado. Al fin y al cabo, en muchos casos, son militantes que hacía meses que no se veían.

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