El malestar de los médicos llega «al límite» en Asturias con una huelga que «ha sido un éxito rotundo»
La Consejería de Salud reduce el seguimiento del paro a un 18,39%, mientras el Simpa lo sitúa en más de las tres cuartas partes de los médicos. Los facultativos en servicios mínimos sólo atendieron urgencias y los pacientes, «cuando les explicas que estamos aquí por la dignidad de la profesión, lo entienden»
«El resultado de la huelga ha sido rotundo». Es el balance que hace el Sindicato Médico Profesional (Simpa) de la jornada de paro ... que ayer se convocaba en Asturias, y en el resto de España, para protestar contra el Estatuto Marco que regula sus condiciones laborales. Según las cifras aportadas por la organización sindical, en el Principado secundaron la jornada de paro el 75% de los médicos de Atención Primaria y más del 80% de los facultativos que trabajan en los hospitales.
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Unos datos que difieren radicalmente, como agua y aceite, de los aportados por la Consejería de Salud. Desde el gabinete que dirige Concepción Saavedra situaron adhesión a la huelga en un nimio 18,39%. Y precisaban: «Han participado 722 facultativos de los 3.926» que trabajan en el conjunto del Servicio de Salud del Principado (Sespa), tanto en su red pública como concertada.
Esta diferencia abismal de cifras tiene una explicación. Mientras el Simpa contabiliza únicamente a los profesionales que pudieron ejercer el derecho a huelga, Salud calcula el porcentaje de participación incluyendo a los médicos que tuvieron que realizar servicios mínimos, estaban de baja o se encontraban de vacaciones. «Han querido trampear el impacto de la huelga», denunciaba ayer el Simpa, que en los días previos ya había chocado con la Consejería a cuenta de los servicios mínimos.
«Han sido abusivos», se quejaban los organizadores de una huelga respaldada en Asturias por el Simpa, el Ilustre Colegio de Médicos y la Plataforma de Médicos del Sespa. En algunos centros sanitarios, «no se ha podido poner de huelga ningún compañero», ponían de manifiesto para contextualizar sus quejas. Aún así, y teniendo en cuenta que el seguimiento del paro ha «sido muy variable» dependiendo del servicio y del área sanitaria, «consideramos que la huelga ha sido demoledora y contundente, y demuestra que el malestar de los profesionales ha llegado a su límite».
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El secretario general del Simpa hacía estas declaraciones durante la concentración convocada ayer ante el edificio de consultas externas del HUCA, donde anunció que el Ministerio de Sanidad había convocado a los representantes sindicales a una reunión en Madrid la próxima semana. «No les queda otra solución que negociar. Igual la ministra, en su globo de cristal, resiste otra huelga como ésta. Pero el sistema sanitario no, y mucho menos el de autonomías como Asturias, con una larga lista de espera», remarcaba Vidal.
El Estatuto Marco que establece las condiciones laborales del personal estatutario del Sistema Nacional de Salud llevaba sin modificarse en profundidad desde que comenzó el nuevo siglo. Los médicos esperaban que la reforma planteada por la ministra Mónica García «acabase con un régimen laboral que nos ha mantenido esclavizados durante 23 años». Pero, con el cambio legislativo previsto, «vamos a peor», considera un colectivo que ayer, frente al edificio de consultas externas del HUCA, clamaba «esto no es vocación, es explotación» o «el Estatuto Marco me lo paso por el arco».
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Su protesta generó quejas entre algunos pacientes afectados por la huelga, que obligó a reorganizar agendas y quirófanos, aun cuando los servicios mínimos llegaron a ser, en algunas áreas sanitarias, del 61% en Primaria y del 58% en Atención Hospitalaria. El personal enmarcado en esa condición sólo atendió las consultas urgentes y no demorables. Al resto de pacientes se les citó para otro día.
La reacción de los pacientes
En cualquier caso, puntualizó José Antonio Vidal, «cuando se le explica a la gente por qué estamos aquí, lo entiende». ¿Y por qué los médicos «hemos dicho basta ya»? «Porque trabajamos jornadas maratonianas de 24 horas o más; porque no tenemos derecho a descansos como el resto; porque nuestras horas extraordinarias no cuentan para la jubilación...». Reclaman, además, un Estatuto Marco propio, que reconozca la formación y responsabilidad de una profesión «sin la que no sería posible el sistema sanitario».
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«Hay gente interesada en convertir esto en un conflicto entre estamentos o profesiones sanitarias. Pero yo creo que todo el mundo tiene claro el papel que juegan los médicos en el sistema sanitario», abundó el presidente del Colegio de Médicos de Asturias, Luis Antuña, presente también en la concentración organizada ayer en la explanada del HUCA. El propósito de «este apoyo masivo» a la huelga es conseguir que «ese papel de los médicos se refleje en el Estatuto Marco. Estamos hablando de un problema muy profundo. Si la ministra no se sienta a negociar, es que no está preparada para ser ministra», considera Antuña.
La convocatoria de huelga y la protesta promovida por el Simpa delante del HUCA no fueron las únicas medidas de presión que ayer canalizaron «la indignación» de los facultativos asturianos. La Plataforma de Médicos del Sespa, constituida el pasado mes de julio, también llevó el malestar de la profesión ante la sede del Sespa, «corazón administrativo de la sanidad pública asturiana». Aunque los médicos libran la batalla del Estatuto Marco contra el Ministerio de Sanidad, «creemos que la consejería debe intervenir para que se de una solución a nuestras reivindicaciones».
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Rubén Díaz, portavoz de la Plataforma, insistía en que «nuestras condiciones nos obligan a trabajar jornadas infinitas y guardias de 24 horas sin descanso, qu además no cotizan para la jubilación». Y ante esta situación, el Estatuto Marco «no recoge ninguna mejora». Pero Díaz también apuntaba hacia la Consejería y el Sespa por «la sobrecarga insostenible en el sistema de salud asturiano. Hay compañeros trabajando ocho o nueve guardias al mes, ochenta horas semanales, con agendas de 50 pacientes en una mañana». En su opinión, y así lo gritaron alto y claro en la plaza del Carbayón, «ya es hora de reorganizar el trabajo y mejorar nuestras condiciones».
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