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Quedada en la frontera de Asturias
Amigos y familiares fijaron como punto de encuentro los límites con León, Cantabria y Galicia para reunirse tras el fin del estado de alarma
I. V.
GIJÓN.
Lunes, 22 de junio 2020, 01:10
«Teníamos ganas del reencuentro». Habla José Ramón Louzao, de Cangas del Narcea, uno de los motoristas que ayer acudió a la cita que aficionados al mundo de las dos ruedas de Asturias y León habían fijado en un lugar simbólico, el puerto de Pajares. Tras meses sin poder compartir rutas, el objetivo era «hacer un recorrido por carreteras de las dos provincias, ahora podemos ir de nuevo juntos». Y como punto de partida eligieron un bar situado a escasos metros de la frontera, en cuya terraza, como en las de otros establecimientos de los pueblos próximos lindantes con la carretera, se mezclaban desde primera hora de la mañana leoneses y asturianos. «La gente tenía ganas de pasar de un lado al otro», apuntaba desde detrás de la barra de Venta Casimiro su responsable, Marga Fernández.
No muy lejos de allí habían quedado también un grupo de senderistas leoneses, con un objetivo similar: recorrer a pie rutas por la vertiente asturiana y en la estación invernal de Valgrande-Pajares. «Nos hemos animado con el levantamiento del estado de alarma, ya que podíamos venir hasta aquí», afirmaba uno de ellos, Alberto Salas.
Otra frontera, la del río Deva entre Asturias y Cantabria, la cruzaron pedaleando Álex Sánchez, Juan Carlos Corujo y Juan Crespo, llegados desde Siero y Oviedo. «Hoy iremos desde Unquera hasta Ribadesella con la bici de montaña, pero por lo que más estábamos esperando a que abriesen el grifo es por otra salida que tenemos dentro de dos semanas, desde León hasta Oviedo», explicaban. Celebraban además que el levantamiento del estado de alarma permite a los amantes del ciclismo volver a cruzar puertos como el de San Isidro.
Más tranquilo era el plan que tenían para la primera jornada de la 'nueva normalidad' Susana García y Charín San Pedro, primas y residentes respectivamente en Puente Arce y San Vicente de la Barquera. Aunque ambas localidades están dentro de Cantabria, hasta ahora habían postergado por precaución el reencuentro familiar. Y lo celebraron acudiendo con sus hijos a su querida playa de La Franca. «Teníamos unas ganas locas de venir, porque somos originarias de Colombres y siempre ha sido nuestra playa favorita. En cuanto supimos que íbamos a poder cruzar a Asturias, ni lo dudamos», apuntaban mientras buscaban dónde esperar en la arena a una tercera prima que ya había puesto rumbo al Principado desde Madrid.
Ingresada en Torrelavega
En el domicilio familiar de Panes tuvo lugar el reencuentro con su padre y tres de sus ocho hermanos de Chabela Álvarez Llorens, que vive en Santander y en todo este tiempo no había podido ver a su extensa familia asturiana. «Estábamos esperando que abriesen las fronteras como agua de mayo», asegura. También esperaba con ansia ese momento otra joven peñamellerana, Arantxa González, quien hace seis meses se trasladó por trabajo a Torrelavega, donde no solo la sorprendió el estado de alarma, sino que enfermó de COVID-19. «Fue muy duro. Me tuvieron que ingresar y no pude ver a nadie de mi familia durante todo este tiempo. A mis padres les tuve que ir contando todo por teléfono», relata. Y ayer, en cuanto pudo volver a pisar Panes, «ya vi a mis abuelos, a mis padres y al resto de la familia. Este es mi hogar, en Torrelavega solamente tengo mi trabajo».
En el extremo occidental, en el límite con Galicia, fueron muchos los gallegos que cruzaron el Puente de los Santos para disfrutar en playas asturianas del primer domingo del verano. «Ya apetecía hacer algún plan diferente, nos bañaremos y comeremos al aire libre», apuntaba Jesús Garrido, que se desplazó junto Antonio Rivera desde Monforte de Lemos hasta la playa de Peñarronda, en Castropol. El mismo arenal que eligió la zamorana Clara de Castro. «Es una alegría disfrutar de esta libertad, parecía que no iba a llegar nunca. Tenemos que seguir siendo prudentes y respetando, porque aún noto un poco de temor».
En la frontera que une el suroccidente asturiano con León la jornada fue tranquila. En el puerto de Cerredo los ganaderos pastoreaban sus vacas a ambos lados del límite interprovincial, labor que ya estaba permitida pese al estado de alarma, y el tráfico entre Degaña y la comarca de Laciana transitaba sin concentraciones masivas. «De momento la gente no tiene vacaciones y por un día no se mueven», comentaban los vecinos de la zona, que esperan más movimiento a partir de la próxima semana. Sí hubo actividad en las rutas de montaña, con ciclistas y amantes del caballo que aprovecharon el día para disfrutar de su pasión sin estar pendientes de los límites entre los territorios.