Ribera rechaza cambiar su plan para el lobo y choca con el Principado

La vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, insistió anoche en la reunión mantenida con los consejeros del ramo de Asturias (Alejandro Calvo), Cantabria, Galicia y Castilla y León en la que las espadas se mantuvieron en alto sobre la intención del ministerio de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).

La ministra pidió a los consejeros coordinación para «poner en marcha acciones que contribuyan a reducir los daños en la cabaña ganadera y también a reducir la mortalidad del lobo ibérico y asegurar de ese modo su conservación a largo plazo». Para ello, Ribera ha solicitado a los consejeros que identifiquen «los problemas que genera este cambio de estatus legal de la especie para contribuir a buscar soluciones», y desde el ministerio se recordó que a los ganaderos afectados por la actividad del lobo sobre sus cabañas se les ofrecerán ayudas un 30% superiores a las actuales, vía fondos europeos, y vinculadas a la adopción por parte de los ganaderos de medidas preventivas de los ataques del lobo.

Preventivas siempre, porque el borrador que elabora el ministerio deja claro que se trata de «perseguir y reducir a niveles irrelevantes» la caza ilegal del lobo, sobre todo con disparos, trampas ilegales o veneno. Según el ministerio, lo que se pretende es evitar conflictos a través de una mejora de la coexistencia; implantando sistemas de protección de ganado de manera «generalizada» y «con fondos públicos». Al mismo tiempo, pretende vincular las medidas de desarrollo rural y buenas prácticas agrarias para aplicar sistemas de prevención de daños.

Ribera, con todo, quiso dar una imagen de cercanía con los ganaderos, de los que anotó que «no pueden sostener sobre sus espaldas los costes de un patrimonio natural común, que en este caso es el lobo, por lo que es necesario dotar al sector de recursos suficientes y de un marco de seguridad jurídica, que solo podemos conseguir con una estructura equiparable en todas las comunidades autónomas».

En resumen, Ribera insiste en diseñar una política común para todo el territorio en lo tocante al lobo, mientras que los consejeros de las comunidades que tienen el 95% de los ejemplares insistieron, en una reunión que también contó con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Alfonso Morán, y el director general de Biodiversidad, Jorque Marquínez (ambos asturianos) en mantener las competencias en la gestión de la especie, con el consejero asturiano a la cabeza. Con calma, pero sin concesiones, Alejandro Calvo admitió que «el debate es muy complejo», pero afeó a la ministra que «se ha precipitado una situación sin tener una visión global».

De hecho, Calvo, ya se había reunido con el ministro de Agricultura y Alimentación, Luis Planas -quien tiene una postura muy cercana a los agricultores del noroeste- por la mañana, y recordó que es ahora cuando «se incorpora al grupo de trabajo el propio Ministerio de Agricultura y Alimentación -algo que en su encuentro de por la mañana agradeció al ministro Planas- y las organizaciones de productores agrarios». Sin contar con sus aportaciones, el debate sobre el lobo «estaba muy poco maduro para proponer una catalogación. Retrotraigamos a ese punto y procedamos con lealtad y responsabilidad», pidió Calvo a la ministra, a la que volvió a advertir de que Asturias defenderá «nuestras competencias si llega a ser necesario. Hoy hemos dado un paso en la recuperación del diálogo, pero en ningún caso vamos a permitir la catalogación del lobo en el LESPRE».