La sede del TSJA «compromete la salud de sus trabajadores»
«Es de extrema gravedad que en un edificio así, con el volumen de papel y mobiliario y el estado de la instalación eléctrica, la alarma de incendio esté fuera de uso»
R. MUÑIZ
OVIEDO.
Domingo, 17 de julio 2022, 02:09
El conjunto de patologías descritas por los arquitectos incluye el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA). Su sede en los palacios ... de Camposagrado y Valdecarzana -levantados en los años 1770 y 1779- funciona «en cierta forma como emblema de la institución», según aprecian. Entre magistrados y funcionarios de apoyo, son un centenar los trabajadores que a diario tramitan, interrogan, deliberan y resuelven pleitos.
La inspección se efectuó el 14 y 22 de octubre pasados y de ella concluyeron que Camposagrado es «un edificio en el que las instalaciones han quedado totalmente obsoletas y con necesidades de actuación urgente, ya que algunas comprometen la seguridad del edificio y la salud de los trabajadores». Es el inmueble donde tiene su despacho el presidente del TSJA, Jesús María Chamorro.
En su visita comprobaron que «la instalación de protección y alarma frente a incendios está obsoleta y fuera de servicio. Los usuarios del edificio indican que esta instalación lleva años estropeada». «Esta situación es de extrema gravedad, dadas las características del edificio, la cantidad de papel y mobiliario que en el mismo se acumulan y el estado de la instalación eléctrica». En síntesis, la sede del TSJA incumple la legislación vigente en la materia y «es de extrema urgencia la puesta en funcionamiento de esta instalación y la actualización de los elementos de protección» contra incendios, inciden.
Los arquitectos comprobaron que las salidas de evacuación no están señalizadas y «en gran parte de los pasillos de los edificios hay colocado mobiliario (estanterías y armario) que dificultan la evacuación en caso de emergencia». Las luminarias que deberían ayudar a encontrar la salida «no cumplen con la normativa de aplicación», lo que, sumado a todo lo anterior, «supone un riesgo grave en caso de incendio».
El palacio es un continuo de madera y cables tirados con escaso orden. «La instalación de alargadores y enchufes de tomas múltiples provocan numerosos riesgos y problemas, no solo en la seguridad de la instalación en sí misma, al sobrecargar los circuitos, sino también en el uso y seguridad de los trabajadores».
La instalación eléctrica está «obsoleta» y lo mismo dicen del mobiliario. «En la actualidad son muchos los trabajadores que manifiestan estar utilizando sillas propias dado el estado del mobiliario existente en el edificio», refieren. El constante movimiento de las sillas estaría arruinando el firme de madera.
Problema de filtraciones
Centrándose en la estructura del edificio, los arquitectos observaron patologías «por la aparición de humedades, tanto por capilaridad en la planta baja, como por filtraciones a través de fachada en las plantas superiores». Cinco salas o despachos de la planta primera y la escalera de la segunda a la tercera planta concentran las mayores manchas.
Los trabajadores intentan luchar contra la humedad con aparatos que «de ningún modo» eliminan el problema, «encontrándonos con estancias tales como los archivos 3 y 4, situados en la fachada hacia la calle Eusebio González Abascal, que se encuentran en un estado muy insalubre, aun cuando en ellos existen puestos de trabajo de carácter permanente». Pese a la humedad, hay puntos que llevan 17 años sin repintar.
Otra «patología generalizada» afecta a los techos desmontables de la planta tercera: con viento «es habitual que las placas se muevan y se desplacen. Debe localizarse la zona de cubierta por la que se filtra el aire, de modo que el desplazamiento y posible caída de estas placas de falso techo no causen daños a los usuarios o al resto de instalaciones».
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