Una madre que no se rinde por recuperar a su hijo

Hace dos años y medio comenzó un calvario para Laura A. En noviembre de 2013, Bienestar Social separó de manera abrupta a esta mujer de su hijo en acogida, Jade. El pequeño, de origen nigeriano, tenía por aquel entonces 5 años y se encontraba en el colegio de La Fresneda, donde iba a clase igual que cualquier otro niño, cuando representantes de asuntos sociales acudieron al centro para llevárselo. Jade, sobrino de la entonces pareja de Laura llegó a España tras la muerte de su madre biológica y tanto su familiar como Laura cuidaron de él ya que su estado era grave a su llegada. Durante medio año recibió tratamiento para curar la anemia y las fiebres altas y consiguió ganar peso. Una vez que alcanzó las condiciones normales para un niño de su edad, comenzó a ir a la guardería y después al colegio. El pequeño llevaba una vida normal, rodeado de amigos y familia y estaba perfectamente integrado en la sociedad, «era un niño feliz», recuerda Laura.

Por eso, pese al tiempo transcurrido, no consigue entender por qué le quitaron al niño ya que estaba integrado en La Fresneda y en la familia como un pequeño más. Desde la Administración se aludió a que la madre de acogida no daba el perfil como acogedora, algo chocante para Laura ya que unos años antes le habían dado el visto bueno como acogedora de cara a traer niños del Sáhara para pasar el verano. «Lo cuidé cuando estuvo enfermo, lo quiero y aún me dicen que no tengo el perfil», lamenta entre sollozos.

Otro de los puntos de los que se valió la Administración fue el relativo a los papeles del niño ya que se apuntaba una presunta ilegalidad. «Están expedidos por la Embajada de Nigeria en España ¡cómo van a ser falsos! Tuvimos que ir para que nos dieran una certificación acreditando que los papeles eran legales y nos dijeron que era la primera vez que ocurría esto», apunta la madre de Jade. Pero los trámites realizados por la familia de acogida del pequeño no contaron con el beneplácito del Principado.

Los vecinos de La Fresneda se movilizaron ante la decisión de Bienestar Social y crearon una plataforma de apoyo a la familia reivindicando la vuelta del pequeño. Recogieron más de 70.000 firmas a través de internet apoyando la causa.

Jade, que ahora tiene 7 años pasó a formar parte de un Programa de Familias Canguro, mientras que Laura solo podía ver al pequeño una hora a la semana y siempre con la presencia de personas responsables del programa. Unas visitas que le sabían a poco ante todo el cariño que quiere darle a Jade. La madre guardadora sigue con su lucha para poder recuperar la custodia del pequeño y que vuelva con la familia con la que estuvo tres años integrado perfectamente. «No les importa el dolor del niño», asegura Laura, quien recuerda que el año pasado el pequeño Jade le entregó un monedero por el Día de la Madre pero llamándola Laura, algo que la desconcertó y la lastimó. «Él sabía que yo no era su madre biológica pero como tal me llamaba, el día que le contamos la verdad, se rompió una barrera entre los dos», comenta emocionada.

Laura está desolada porque no sabe dónde se encuentra actualmente Jade, «desde el 5 de diciembre está en paradero desconocido», apunta. La madre guardadora, no se rinde y anhela volver a tener al pequeño en casa y que toda esta pesadilla concluya.