Pola de Siero
«No vamos a revisar los bolsos a las señoras, pero las garrafas con alcohol no van a pasar al prau del Carmín»La hostelería califica de «apuesta valiente» la prohibición del botellón en el Carmín. La Sociedad de Festejos reforzará la seguridad de la romería con la incorporación de nuevas brigadas de Guardia Civil
Los macrobotellones tienen los días contados en el prao del Carmín. Hace días, la Sociedad de Festejos anunciaba a través de un comunicado su intención de vetar el alcohol de alta graduación en la Sobatiella con el objetivo de devolver el espíritu familiar a la tradicional romería polesa. «Muchos vecinos dejaron de subir al prau de la fiesta por el mal ambiente que se formaba estos últimos años con el botellón», explicó ayer la presidenta de la Sociedad de Festejos, Lucía Noval Casielles.
Para controlar el cumplimiento de esta norma en la amplia extensión de la Sobatiella, con varios puntos de acceso, la Sociedad de Festejos reforzará la seguridad de la romería. En el prau de la fiesta habrá más agentes que el año pasado y una nueva brigada de la Guardia Civil se asegurará de que aquellos jóvenes a quienes se prohíba la entrada con bebida alcohólica de fuera del recinto no accedan al mismo por otros puntos. «No vamos a revisar los bolsos a las señoras, pero las garrafas con alcohol no van a pasar al prau del Carmín», aseguró Noval.
La decisión de la organización no ha dejado indiferente a nadie. Quienes más celebran la decisión son los hosteleros, conscientes de las posibilidades de negocio que se abren para ellos. Juan Riestra, del bar La Flaca, cree que la de festejos es una «apuesta valiente que hacía falta abordar». Desde hace ya algunos años, la del 17 de julio es una tarde más bien floja para los hosteleros de la zona. «Hay mucho movimiento, pero pocas ventas porque los jóvenes ya vienen con ello de casa», lamentaba Riestra, que ese día vende a lo sumo algún hielo o refresco para mezclar.
Aunque la hostelería polesa ve con buenos ojos la prohibición, tienen dudas de que pueda llevarse a cabo. «Ojalá se consiga, pero lo veo complicado», afirmó Loreto García, de la sidrería El Madreñeru, que considera los medios de la Sociedad de Festejos demasiado escasos como para vigilar a todos los jóvenes que ese día llegan a la Pola. «Con un presupuesto tan exiguo, ¿cómo controlas a 30.000 personas», apuntó.
También Juan Riestra ve difícil que la Guardia Civil pueda llegar a controlar la totalidad de las entradas: «Hay tantos accesos que no sé cómo se las van a apañar». La Fiesta de Nuestra Señora del Carmen y Carmín, con cuatro siglos de historia, tuvo siempre un espíritu más bien familiar.
Sidra, vino y cerveza sí
La prohibición de entrar al prau con alcohol no aplicará para bebidas de baja graduación como la sidra, el vino o la cerveza. «Si presumimos de ser la romería de Asturias, qué menos que se apueste por la sidra», celebró ayer el cronista oficial de Pola de Siero, Juan José Domínguez. A su parecer, otro asunto en el que convendría meter mano, aparte del botellón, es en la limpieza. «Hace falta más civismo, que cada uno lleve su bolsa y recoja lo suyo porque se forman toneladas de basura en el prau», sentenció.
