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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Jueves, 22 de octubre 2020, 00:59
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Se suicidó, pero antes organizó la escena de la muerte de tal forma que pareciese un crimen y que las sospechas se dirigiesen hacia su expareja. Ginés Priede Junco se pegó él mismo el tiro en la cabeza que acabó con su vida, tal y como adelantó ayer EL COMERCIO, y lo hizo, según se desprende de las investigaciones de la Guardia Civil, con la ayuda de un amigo que retiró el arma del lugar, de la carretera de Xixún (Siero) en la que fue encontrado el cadáver, a unos 70 metros de la casa de su excompañera sentimental.
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Fue precisamente el desahucio de esa vivienda, propiedad de la mujer, lo que habría desencadenado el plan urdido por Priede Junco, un hombre de 68 años que pasó media vida en la cárcel por distintos delitos. «Las investigaciones llevadas a cabo en torno a la víctima permitieron conocer que se trataba de una persona más bien solitaria, con un círculo de amistades muy reducido, nulo trato con el vecindario, con una relación tensa con su expareja, propietaria de la vivienda donde residía, y con un expediente de desahucio inminente. Esto último le suponía un constante quebradero de cabeza», explica la Guardia Civil una vez compuesto el complejo puzzle en el que llegó a intervenir la Unidad de Comportamiento Delictivo de Madrid.
La laboriosa investigación realizada por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Gijón ha concluido catorce meses después con la detención de dos hombres: A. G. R., de 37 años, vecino de Oviedo y propietario de la escopeta ilegal de caza, con culata y cañones recortados utilizada; y P. Ll. G., de 57 y vecino de Oviedo como supuesto autor de un delito de colaboración al suicidio. Fue este segundo individuo el que supuestamente le facilitó el arma y la recogió del lugar.
Un pequeño fragmento de la escopeta que quedó en la carretera fue crucial para las pesquisas policiales. Los agentes localizaron un mes después en el depósito de armas la escopeta en cuestión, que había sido decomisada durante una disputa. «La investigación se centró en la vida del fallecido y de su entorno, obteniendo datos bastante esclarecedores, como su obsesión con el desahucio y con el suicidio. Había realizado numerosas búsquedas en internet sobre testamentos, antidepresivos que pudieran facilitar la conducta suicida o tiempo de agonía y posibilidad de supervivencia en relación con disparos en la cabeza, así como estadística de muertos o heridos por armas de caza y artículos relacionados con cómo provocar incendios», detalla la Benemérita.
Ginés Priede, «desesperado ante la situación que estaba pasando, de soledad y precariedad económica, planificó su muerte con ayuda de un amigo para que pudiera parecer un homicidio al retirar el arma empleada y así tratar de poner el punto de mira de los investigadores en su exmujer, a la que culpaba de su situación en la que se encontraba», concluye la Guardia Civil.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Siero mantiene abierto el procedimiento en torno a los dos arrestados, uno de los cuales se encuentra en prisión. Fue allí, precisamente, donde conoció al individuo al que tiempo después le daría, supuestamente, coartada después de muerto.
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