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El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, delante de la sede de la Consejería. JOSÉ VALLINA
«Tememos que se provoque cierta euforia por la necesidad que existe de normalidad»

«Tememos que se provoque cierta euforia por la necesidad que existe de normalidad»

Pablo Fernández Muñiz Consejero de Salud ·

El consejero de Salud defiende el alivio de las medidas porque «restricciones tan grandes no ayudan a la gente a tener cierta vida»

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Domingo, 9 de mayo 2021, 01:43

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Primer día sin estado de alarma y primero con nuevas medidas, menos restrictivas que en otras comunidades. Pablo Fernández Muñiz (Avilés, 1966) reconoce lo duro que ha sido llegar hasta aquí, pero presume de los nombramientos que hizo al inicio de la legislatura: «Los mejores para afrontar esta situación».

-¿Hay temor ante el nuevo escenario que arranca hoy, sin estado de alarma?

-La situación epidemiológica y el gran avance de la campaña de vacunación nos colocan en una situación bastante favorable para que acaben una serie de restricciones como el toque de queda o los cierres perimetrales. Tenemos la confianza de que, con las medidas a nuestro alcance, podemos hacer una buena gestión.

-Pero, ¿el temor existe?

-La situación social que tenemos de necesidad de normalizar puede provocar cierta euforia. Ese temor lo tenemos todos. Por eso es importante hacer un llamamiento a la prudencia, que se siga trabajando con responsabilidad, como hasta ahora, y que tanto ha ayudado.

-Asturias fue de las primeras comunidades que pidió el estado de alarma y ahora la que tiene menos restricciones. ¿No peca el Gobierno de optimismo?

-No, estamos siendo coherentes. Nos dejamos llevar por lo racional y no por lo emocional. En una situación como la de Madrid sí tendríamos que tomar medidas mucho más duras que las que vamos a poner en marcha. No hay que interpretarlas como una flexibilización de las restricciones, sino una adecuación a la situación epidemiológica y al avance de la campaña de vacunación. Estamos en disposición de afrontar el nuevo escenario sin tener que poner medidas tan duras como las que aprobamos en su momento. Incluso con un nivel epidemiológico similiar, la realidad sobre quiénes pueden enfermar no es la misma.

-Pero ahora la fatiga pandémica es mayor y las posibilidades de relajarse, también.

-Ese riesgo es real. Por eso es necesario mantener la prudencia, racionalidad y resposabilidad. Dicho esto, es más importante que sigamos por este camino que con unas restricciones tan grandes que no le ayuden a la gente a tener cierta vida.

-¿Cuántas sanciones se han puesto durante la pandemia?

-Se ha iniciado el trámite de 50.000. En un año normal, la estructura que había en la Consejería estaba concebida para tramitar de 500 a 800 anuales. Hemos tenido que aumentar el número de funcionarios ante la avalancha. Todas se van a tramitar y a todos les va a llegar su sanción. Las administraciones públicas son lentas, pero seguras.

-¿Hacían falta ejemplarizantes?

-La capacidad sancionadora no me parece lo más importante de la gestión. La generalidad ha actuado con mucha responsabilidad, tanto a nivel individual como de instituciones o empresas. El ejemplo de Asturias que se ve desde afuera es de ejemplaridad. Quien viene comprueba que todo el mundo lleva su mascarilla, y esto no ocurre en todas partes. Hay conductas reprobables pero, aunque sean llamativas, son minoritarias.

-¿Le han increpado en algún restaurante?

-No. Salgo poco pero todo lo contrario. Cuando he ido a comer con mi familia han compartido sus experiencias o problemas. En general, todo el mundo está muy agradecido.

-¿Aunque se dijese que la hostelería suponía el 20% de los contagios?

-No sé a qué estudio se refiere, pero ahora se existe un mayor conocimiento sobre, por ejemplo, la importancia de la ventilación. Tenemos que conseguir normalidad en nuestras vidas, pero con seguridad. No es que antes las medidas fuesen para castigar a alguien y ahora no lo sean, sino que antes no teníamos herramientas para hacer actividades con seguridad y ahora sí. Esto es un camino. Cuando se pueda y mejoren las condiciones se irán dando más pasos.

-Usted nació en 1966. ¿Ha preguntado cuándo le vacunan?

-Llamé un día al teléfono, como todo el mundo, y me dijeron que en julio. Sin embargo, quizá se adelante. En abril nos llegaron más vacunas de las previstas y nos ayudó a pegar un acelerón. Necesitaríamos estar mejor todavía.

-La ministra dijo esta semana que «vamos como un tiro» pero si la capacidad de Asturias era de llegar a administrar 150.000 dosis semanales, estamos lejos.

-Siempre he advertido de que me parece difícil que nos lleguen a distribuir 150.000 vacunas a la semana. Tampoco 100.000. Lo importante es que todo lo que llega se está administrando. No obstante, por la información que tenemos, en mayo van a llegar menos dosis que en abril.

-¿Qué pasa si nos llaman estando de vacaciones?

-No va a ser un problema. De hecho, está ocurriendo ya. Nadie va a quedar sin vacuna, constantemente se hacen repescas.

-Si no se apura una decisión sobre la segunda dosis con AstraZeneca, ¿se acumularán sin poner?

-Puede haber alguna comunidad autónoma que tenga stock porque no tienen población para ponerla. A nosotros no nos ocurre ni es previsible que pueda suceder en las próximas semanas.

-Pero, ¿podría llegar a suceder?

-No lo creo. Quedan muchas personas de 60 a 69 por poner la primera dosis y muchas más para la segunda. Con las cantidades que nos van a llegar no es previsible. Nuestra población mayor es más numerosa que en otras comunidades.

-Siempre se ha presumido de que España tiene la mejor sanidad del mundo, a lo que sumamos que Asturias lidera la inversión pública por habitante. Y, a pesar de todo, ¿la pandemia ha evidenciado sus debilidades?

-El sistema tiene posibilidades de mejora, las conocíamos y ahora se ha hecho patente. Antes de llegar la pandemia expusimos la hoja de ruta de la Consejería con un plan de Salud aprobado que llega a 2030. Ahí se hacía ver los aspectos a mejorar. En la Atención Primaria es necesario un nuevo enfoque sobre el que se empezó a trabajar antes de la pandemia. También, darle una mayor trascendencia a la Salud Pública y la coordinación sociosanitaria en la que se trabajaba desde la legislatura anterior. Quienes no estaban convencidos de todo ello, con la pandemia ya lo están. Hemos podido gestionar esta situación gracias al refuerzo imprescindible de dispositivos de hospitalización, cuidado de críticos o la reserva estratégica de material. Cuando acabe, volverá a normalizarse.

-¿Este refuerzo deja patente que los recursos eran insuficientes?

-No solo en España, en todos los países de nuestro entorno había recursos insuficientes para atender una pandemia. Eso es una parte a asumir; que ocurriese una pandemia era algo que se hablaba como una de las grandes amenazas del planeta. Pero no vas a tener los recursos que tenemos ahora de forma permanente. Esa necesidad de tener una Salud Pública más fuerte la habíamos detectado antes y ahora tiene que transformarse en una nueva estructura para defendernos.

-¿Qué va a pasar con el refuerzo de personal?

-Esta necesidad de profesionales tiene que ir adaptándose a la situación. En Asturias, y en el resto de España, había una escasez, principalmente de médicos y enfermeras. En los próximos años vamos a tener un problema, porque se siguen jubilando más de los que salen de las facultades. Seguiremos necesitando más. Ahora, podremos seguir contando con enfermeras jubiladas gracias al decreto ley aprobado la semana pasada. También posibilita que las enfermeras que acaban los estudios pueda ser contratadas para reforzar sistema durante los próximos meses de cara a suplir a los que están que tienen que quedar de unas merecidas vacaciones.

-Por tanto, ¿garantiza que todo el personal sanitario tendrá vacaciones?

-Dar vacaciones a los profesionales es algo imprescindible. Además de obligatorio normativamente han estado sometidos a una tensión tremenda durante mucho tiempo. Hace falta que estén en condiciones para seguir adelante.

-¿Cuánto han aumentado las listas de espera?

-Se van a publicar la semana del 20 de mayo, ahora que termina el estado de alarma. En ese momento veremos qué cifras tenemos y el efecto que tendremos que ser capaces de paliar. Además, veremos otro dato que no saldrá ahí, el de diagnósticos ocultos de personas que no llegaron a contactar con los servicios de salud.

-Pero siendo usted el consejero no estará esperando hasta el 20 de mayo para saberlo.

-Estamos trabajando en ello. Las listas de espera son cálculos de unos técnicos.

-¿Conoce la cifra?

-No le puedo dar ninguna, pero puede que no sean tan malas como uno piensa. Independiente de las cifras, la realidad está ahí, hemos tenido menos actividad y hay que recuperarla.

-Mañana arranca la vuelta a la presencialidad en la Atención Primaria, ¿qué plazo se dan para la normalidad?

-Soy reacio a decir vuelta a la presencialidad, porque ni partimos de cero ni vamos a llegar a 100 enseguida. La presencialidad siempre ha existido, los centros nunca han estado cerrados, pero se ha atendido de manera diferente. La atención primaria a una presión asistencial muy grande con un 20% más de actividad respecto a antes de la pandemia. Lo que habrá es un cambio cualitativo y una forma de organizar las cosas diferente. Por ejemplo, adecuar las salas de espera a las personas que van llegando. Todo exige un trabajo que será más sencillo en unos casos y llevará más semanas en otros. Se recuperará la atención a demanda, es decir, que el paciente necesita estar físicamente con su médico, no tanto por su problema.

-¿Cuándo se acabará la crisis sanitaria?

-No me atrevo a decirlo, porque la incertidumbre está ahí.

-¿Y la nueva normalidad?

-Dar una fecha sería hablar de deseos más que de predicciones, y los expertos no son capaces de hacerlas.

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