«El apoyo de Gijón al campus no lo tengo en otros ayuntamientos, que dan bastante que hacer»

Era el de ayer un acto alejado de lo político, la inauguración del encuentro de la Conferencia de Directores y Escuelas con Grados de Ingeniería en el Ámbito de Telecomunicación, que reúne en Gijón estos días a 33 de las 45 escuelas de España. Se encontraba Villaverde cómodo junto al director de la Escuela Politécnica de Gijón, el concejal gijonés y el director general de Innovación, Investigación y Transformación Digital, Iván Aitor Lucas. Y aunque con la EPI ha tenido sus más y sus menos (la última, a cuenta de la intención de implantar Energías Renovables en Mieres, cuestión que por el momento ha quedado en suspenso, tras la advertencia de las numerosas duplicidades de esos nuevos estudios con otros grados ya implantados, principalmente en Gijón), lo de ayer fueron todo alabanzas hacia un campus que es «mascarón de proa de la Universidad de Oviedo desde hace muchos años».

No dio Villaverde, evidentemente, nombres. Pero a nadie se le escapa que la relación con el Ayuntamiento de Gijón dista mucho de la que hay con el de Oviedo, por ejemplo. La presentación y posterior debate del plan estratégico de la Universidad, con la decisión de unificar los estudios de Minas en Mieres, ha supuesto un conflicto abierto, con un posicionamiento del equipo de gobierno ovetense de oposición frontal al equipo de Villaverde, al Consejo Social e incluso al Gobierno del Principado. Tampoco ha sido fácil la relación con el Consistorio de Mieres, en este caso por la decisión de no implantar allí el nuevo grado de Deportes, que finalmente irá a Oviedo.

En todo ese debate, el rector tuvo que pedir en varias ocasiones respeto hacia la autonomía de la Universidad. Incluso lo pidió el Principado. Y lo cierto es que, de los ayuntamientos afectados, el único que dio su apoyo al plan del Rectorado fue el de Gijón lo que, por otro lado, le valió a la alcaldesa, Ana González, más de una crítica, procedente de la oposición política, que la acusó de «no mover un dedo» por el grado de Deportes, por el que Gijón pugnaba desde hace tiempo. El propio Villaverde agradeció ya con anterioridad públicamente su postura: «En tiempos de ruido y furia, de no respetar el espacio de cada cual, agradezco el sosiego, la serenidad y la forma elegante de mostrar posibles discrepancias».

El rector insistió en sus halagos al campus gijonés, «señero» de la Universidad, con una Escuela Politécnica y un un entorno, dijo, «especialmente innovadores, siempre a la vanguardia de los estudios» y aludió al «éxito» de sus grupos de investigación. «Es un campus envidiable», añadió, entre otras cosas por su «ecosistema de cooperación» con el Parque Científico y Tecnológico, dos entidades que, lejos de competir, actúan con «entendimiento y colaboración».