La Universidad de Oviedo necesitará 65 millones más en los próximos ocho años
En el primer semestre, la institución ya ha gastado la partida prevista para todo el año en energía, lo que ha obligado a reajustar objetivos
Había dicho Ignacio Villaverde en alguna ocasión que el presupuesto de la Universidad de Oviedo no podía aumentar mucho más. «Estamos llegando a un punto ... de saturación», decía, con los 219 millones que gestiona este año. Pero las circunstancias obligarán a sobrepasar ese punto de saturación. Y a seguir sobrepasándolo en el futuro. El coste de la energía, la inflación y la previsión de un escenario de futuro «nada halagüeño» hacen que la estimación presupuestaria de la Universidad tenga que ir obligatoriamente al alza. Tanto, hasta los 284 millones de euros que, calcula el rector, necesitaría la institución en el año 2030 solo para cubrir «el coste estructural». Sin contar con posibles modificaciones legales de obligado cumplimiento ni la puesta en marcha de nuevas titulaciones.
Por el momento, el aumento ya se tendrá que notar el próximo año. La Universidad y el Principado ya están negociando las cuentas de 2023, marcadas por el coste de la energía y la inflación, y que deberán ser más altas que las de este ejercicio. El Principado deberá aportar más de los 152 millones que ha puesto en 2022. La Universidad ha negociado ya con la consejería y ha presentado sus propuestas al presidente.
¿Hasta dónde aumentará el presupuesto y la aportación regional? El rector prefiere ser discreto por el momento. Pero hay un mínimo indispensable: cinco millones de euros. Es el coste 'extra' que la Universidad tendrá este año en energía. Y como la previsión es que los precios se mantengan altos el próximo ejercicio, «hay que ser realista», dice Villaverde, y contar con el mismo gasto que este año. La situación es preocupante: en el mes de junio, la Universidad ya había gastado todo lo presupuestado para energía para todo el ejercicio: 2,5 millones de euros. Queda la mitad del año y algunos de los meses más fríos, con la calefacción ya funcionando. Y aunque su funcionamiento está garantizado (haciendo algunos «ajustes» tal y como se hizo en este pasado curso), la previsión es que haya que gastar cinco millones de euros más. Es decir, el gasto final en este ejercicio en energía será de más de siete millones de euros y eso es lo que reflejarán los presupuestos el próximo año. Y todo, pese al «esfuerzo que ha hecho la comunidad universitaria, que ha sido muy generosa».
La realidad, admite Villaverde, es que la elaboración de los presupuestos está siendo «complicada por las circunstancias» y por un horizonte «nada halagüeño». Por eso, entre otras cosas, y para ser «más eficientes en nuestro gasto», la institución ha hecho un «presupuesto base cero», 'olvidándose' de las cuentas de años anteriores y centrándose en las prioridades de cada una de las áreas.
Adaptar programas
Una previsión que debe tener en cuenta lo que ha sucedido este año: que ha habido que retener dinero de todos los vicerrectorados para hacer frente a la factura energética, lo que ha limitado algunas cuestiones. Por ejemplo, el Plan de Investigación tenía previsto invertir algo más de un millón y finalmente no ha sido posible. El rector defiende, no obstante, que se haya podido convocar, aunque de forma menos ambiciosa. La cuestión es que «vamos a necesitar más dinero para hacer lo mismo, porque hacer lo mismo ya no cuesta lo que costaba antes».
Villaverde contó algunas de estas cuestiones este martes a los portavoces de los diferentes grupos en la Junta General del Principado, donde acudió a presentar precisamente ese Plan Estratégico, al que no piensa renunciar pese a las estrecheces económicas, admitiendo, eso sí, que puede que «haya que secuenciar las actuaciones en plazos más largos».
«La nueva ley destroza el sistema universitario, es una calamidad»
Fue muy duro el rector cuando se le pidió su valoración sobre la nueva Ley de Universidades. «Destroza el sistema universitario, es una calamidad». Sin paños calientes. Ignacio Villaverde expresó una opinión que es compartida por el resto de rectores de la Crue, entre otras cosas porque «es un proyecto de ley que se ha hecho totalmente de espaldas a las comunidades universitarias, no se nos ha tenido en cuenta para nada». Villaverde considera que el texto crea «muchos subsistemas».
Hay dos puntos en concreto del proyecto a los que se refirió Villaverde. Por un lado, la propuesta de futuro para los profesores asociados, que «no pasó por el Consejo de Universidades», que obligaría a convertirlo en fijos y que para la institución asturiana supondría «perder el 60% de los docentes».
Tampoco están de acuerdo con la obligación de destinar como mínimo un 5% del presupuesto a investigación. En caso de ser así, habría que detraer dinero a otras partidas.
Villaverde dio estas explicaciones en una sesión en lo que no recibió ninguna pregunta sobre el polémico traslado de Minas a Mieres, pese a la oposición pública de algún partido. «Son contextos distintos», justificó el rector, que no quiso entrar más en el tema tras el acto institucional, si bien defendió una vez más su decisión, ante la urgente falta de espacio en Llamaquique.
Esta misma semana, el viernes, el Consejo de Gobierno de la Universidad aprobará el expediente de traslado y la adscripción de los estudios de Oviedo a la Politécnica.
Ignacio Villaverde destacó la importancia del encuentro de este martes en la Junta General, ya que «la Universidad nunca había venido a sede parlamentaria», algo que el Rectorado pidió de forma voluntaria. El objetivo, explicar «el futuro de la Universidad y el papel que tiene que desempeñar en Asturias. Estoy seguro de que sus señorías entenderán que detrás hay un trabajo muy serio, muchas horas de reflexión, de números y de debate».
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