Los viajes del Imserso enfadan a los asturianos
Las agencias de viaje critican lo escaso de las plazas, 17.000 para 175.000 posibles beneficiarios, y los usuarios desconfían de una oferta de baja calidad
Un total de 17.000 plazas a repartir entre 175.000 solicitantes. «El reparto es claro, hay una plaza por cada diez personas, y eso es inviable». Manu Pidal, de la agencia Halcon Viajes de Llanes, ejemplifica el enfado de los asturianos con los viajes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Los que benefician a las personas con los 65 años cumplidos y que nacieron para ofrecer viajes asequibles a personas que nunca habían podido viajar. «Pero, treinta años después, seguimos con la misma oferta, escasa, y con un sistema que no funciona». Hoy, ya «no quedan plazas que lleven el transporte incluido». Del resto, «muy pocas».
Lo dice porque la venta de estas ansiadas plazas, que generan colas kilométricas ante las agencias de viaje, se realiza en dos días. Este año, los 6 y 7 de octubre. El presidente de Operadores Turísticos y Agencias de Viaje de Asturias (OTAVA), Íñigo Fernández, explica que la primera jornada «está reservada a las personas con rentas más bajas, que tengan discapacidad o que nunca se hayan beneficiado de estos viajes». La segunda, «para rentas más altas o personas que ya hayan viajado». En la práctica, eso significa que en la segunda jornada «casi no quedan plazas».
Por si fuera poco, Manu Pidal apunta otros problemas. «La propia división entre personas con preferencia para viajar o no la hace el Imserso con unas claves que no conocemos ni entendemos. Por ejemplo, pueden tener preferencia un matrimonio de funcionarios jubilados y no tenerla una viuda». Son ellas, y también los viudos o cualquiera que quiera viajar en solitario «los más perjudicados, porque apenas hay disponibilidad de habitaciones individuales».
Para engrosar más el cabreo, el sistema utilizado por el Imserso «se cae a cada paso. Se colapsa». Explica el presidente de OTAVA que «agencias y particulares estamos al mismo nivel: debemos entrar en una cola virtual, como las que se llevan a cabo para la venta de entradas a grandes conciertos, y esperar a que la petición sea aceptada. A veces, quince minutos después te encuentras con que el sistema te ha expulsado».
Tanto es así que en la agencia de Fernández «hace ya tres años que desistimos de participar con estos viajes ». Manu Pidal, por su parte, sigue con la oferta «aunque es inasumible, lo único que conseguimos es enfadar a los clientes, que piensan que somos nosotros los que decidimos quién tiene preferencia o ponemos los precios o decidimos quién puede viajar a un sitio o a otro». Además, recuerda que «en los últimos años, la licitación de estas plazas ha ido a menos. Los hoteles que participan lo hacen en condiciones muy precarias que, al final, sufren los viajeros». En la misma línea, Íñigo Fernández apunta que «una vez vendidas las plazas, el Imserso cambia por su cuenta el horario o día de los vuelos, así como el hotel, lo que genera malestar a los viajeros sin que nosotros podamos hacer nada por mejorar la situación».
Tanto uno como otro piden al Imserso «mejorar el programa. Debe disponer de mayor oferta, de otro tipo de viajes y, desde luego, de una gestión diferente». Sin olvidar revisar «la condición de preferente, porque personas con alto poder adquisitivo reciben esa condición frente a otros con pensiones muy bajas».