Un desfile multitudinario y colorido
Odín y su guardia de valkirias abrieron la comitiva, en la que también participaron los artilugios supervivientes del Descenso de Galiana
J. F. G.
Miércoles, 18 de febrero 2015, 00:18
Valquirias y vikingos desfilaron ayer por el centro de Avilés acompañados de fanfarrias, drakkar, payasos, abejas, hombres árbol, simios y un sinfín de personajes de todo tipo y condición. Unos iban solos, otros en pareja o en familia y la mayoría en animados y ruidosos grupos.
Fue un desfile colorido y multitudinario, con miles de personas a lo largo del recorrido y ligeramente deslucido por los vacíos que se abrieron en su interior, especialmente en la cabeza. En ocasiones entre el paso de un grupo y el siguiente transcurrían varios minutos en los que lo único que se podía hacer era esperar. Afortunadamente no llovía, aunque la temperatura tampoco era excesivamente elevada.
La causa fue, posiblemente, las dificultades que encontraron los artilugios que sobrevivieron al Descenso Internacional y Fluvial de Galiana para ponerse en movimiento desde su lugar de estacionamiento, la explanada que se extiende en la parte posterior del edificio de usos múltiples. La salida estaba prevista para las seis y media de la tarde y la demora tampoco fue excesiva.
Abría la marcha el mismísimo Odín, entronado y escoltado por tres valkirias a caballo. Tras ellos marchaba el grupo los Reyes del Gochu y de la Faba, la asociación juvenil Avante, que a estas alturas ya acusaba ligeramente el desgaste propio de la fiesta y de la responsabilidad de gobierno, lo que no fue óbice para que se entregasen a fondo. Iban, cómo no, de vikingos.
A partir de ahí la caravana era de lo más variopinta. Los miembros de la Cofradía Sardina Arenque, un numerosos grupo de la Asociación de Madres y Padres del colegio de La Carriona, otro más nutrido aún de la Asociación Rey Pelayo, payasos reciclados, galos, una colmena de abejas con sus apicultores, dos hombres árbol muy aplaudidos, coches de choque, vikingos patinadores y un largo etcétera.
Las fanfarrias El Compango, Picante, El Felechu, El Ventolín, L'Estruendo y Pepe El Chelo y distintos grupos de baile marcaban el frenético y divertido ritmo de esta gran parada antroxera. Fue especialmente aplaudido uno de bailarines bolivianos, muy activo. También había grupos de aztecas, vaqueros y galos, entre otros.
Así, poco a poco, entre confeti, serpentinas y aplausos y con sucesivas pausas que los participantes aprovecharon para desplegar sus números, el desfile fue avanzado por las calles más céntricas de Avilés rumbo a la plaza de España, escenario del fin de fiesta, con Alberto Rodríguez como maestro de ceremonias.
Una vez allí todos los grupos participantes realizaron el último esfuerzo con ánimo de arrancar la mayor ovación del público, que pudo seguir el desfile a través de una pantalla gigante, y sobre todo de convencer al exigente jurado encargado de conceder los premios del concurso de disfraces.
También estaba prevista la actuación de las seis murgas inscritas en el concurso, inicialmente previsto para la tarde del lunes y posteriormente aplazado a la de ayer después de que las murgas decidiesen no subirse al escenario, al entender que tal y como estaba no reunía las mínimas condiciones para desplegar su espectáculo. Finalmente el concurso no se celebró para disgusto de muchos, sobre todo de los integrantes de las murgas, que después de meses preparando sus satíricas letras se quedaron sin el premio de actuar ante el público, aunque sí lo hicieron en algunos bares, por su cuenta y sin jurado, por amor al arte.
El veredicto del jurado del concurso de disfraces se hizo esperar. A fin de cuentas tampoco lo tenía fácil, dada la calidad de muchos de los participantes. Pero al final llegó.
El primer premio en la categoría de grupos fue para la Asociación de Madres y Padres de La Carriona, disfrazados con trabajadas prendas confeccionadas únicamente a base de material reciclado. Las ranas de la Asociación Rey Pelayo quedaron en segunda posición, y la tercera fue para las abejas y sus apicultores.
En parejas ganó la que recreaba con sorprendente fidelidad a los protagonistas monos de la película de culto 'El planeta de los simios', seguidos de Las Marionetas y de los árboles andantes, 'Los ents', una raza del mundo de J. R. R. Tolkien, la Tierra Media. Por último, en categoría individual los tres primeros puestos fueron para 'La bruja Selena', 'El sombrero' y 'La niña-abuela Carolina'. En total se repartieron 2.960 euros en premios, todos en metálico.
Era el punto final al Gran Desfile de Carnaval, el penúltimo acto del Antroxu y junto con el Descenso de Galiana, el más esperado y multitudinario. Ya solo queda enterrar a la Sardina para poner el punto final a unas fiestas pasadas en parte por agua que da la impresión de que poco a poco van recuperándose y acercándose al esplendor que alcanzaron allá por los últimos años de la década de los ochenta y primeros de los noventa, cuando con tanto fuerza resurgió el Antroxu de Avilés.